"Fui a Egipto hace unos 30 años viendo diversas cosas, luego volví hace 10 años, y hace 6 meses estuve casi 1 mes. Ésta última vez estuve buscando información sobre los trépanos egipcios. Mi primera sorpresa fue que en el Museo de El Cairo, recuerdo que la penúltima vez que fui había una sala en la que estaban trozos de piedras trabajadas con dichas herramientas, pero la última vez descubrí que habían sido extirpadas, eliminadas del museo. Los conservadores del museo se habían tomado la molestia de eliminar todo lo concerniente a dichas piedra trabajadas por herramientas antiguas. ¿Qué les parece? ¿No es casualidad que las hayan tirado? 
Andando un día por Egipto, hay basureros de piedras en donde tiran los restos de las grandes obras, tuve la suerte de encontrar 4 ó 5 piedras taladradas por dichas máquinas. Una de ellas, cerca de Sakkara, tenía una perforación de 5centímetros (2 pulgadas) aproximadamente, pero no se veía mucho el interior. Metí el dedo índice, y comprobé una cosa que ya sabía: que el perfil de la perforación en vez de ser rectilíneo era ondulado, una onda sinusoidal perfecta. La separación de cada onda era de medio centímetro, y además me llamó la atención la suavidad que tenía el corte. Si hubiera sido trabajado por fuerza de ruptura técnica, como nuestros trépanos, arrasando y rompiendo la piedra, habría quedado basto, pero la "egipcia" había dejado una huella completamente lisa, pulida y suave. Evidentemente, según mi opinión como técnico, aquello no fue producido por un procedimiento de abrasión sino por algún otro procedimiento de alta tecnología, tipo láser, que perfora, se mete en la piedra y la deja suave. Esa es la impresión que me ha dado la perforación dejada por la máquina antigua que, como dije, fue fotografiada por Petrie." 

José Álvarez López



"Hay como una especie de tabú de los científicos. Es incongruente, pero hay que calificarlo así. Por ejemplo, en un libro publicado en España por editorial Aura titulado “El mensaje de la gran pirámide”, en la página 100 aparece la fotocopia de una plancha nº 40 del libro de Petrie “Pyramids and temples of Gizah” (“Pirámides y templos de Gizah”): al pie de la página aparece la frase “un tabú que dura 100 años”. 
Fíjese que barbaridad decir eso, que haya un tabú que dure 100 años y que los científicos decidan que no se remueva. El tabú tiene que seguir por imperio de los científicos. Esto es un contrasentido total. ¿Cómo puede haber un tabú en ciencia? Hay tienen ustedes la prueba, la plancha nº 40 de un libro de Petrie, publicado en 1901 es impublicable por los científicos por un tabú; yo la publiqué, convirtiéndola en una herejía científica, por eso la publiqué. Ustedes me preguntarán ¿por qué motivo se hace ese tabú con esa plancha de Petrie? Se trata de una serie de fotografías de piedras trabajadas con máquinas-herramientas especiales de la antigüedad, de las cuales hay toneladas en Egipto. Voy a aclarar que Petrie está considerado el arqueólogo más grande del mundo y el creador de la denominada “arqueología científica”; no obstante, le aplican el tabú a Petrie. ¿Qué les parece? Este profesor, censurado por sus colegas, publicó y fotografió en su libro piedras que fueron trabajadas con máquinas-herramientas de 4000 años de antigüedad, y demuestran que tenían una capacidad de trabajo que no tienen las herramientas modernas. Ustedes dirán ¿esto lo dice usted? Sí, es cierto. En el libro de Petrie (1901) -que no se ha vuelto a publicar- ya que en la ciencia hay un “index” de libros prohibidos, y el libro de Petrie está en dicho “index”. Pueden consultarlo en la biblioteca del British Museum, Londres, en la Biblioteca Nacional de París y en el Museo de El Cairo, los únicos 3 sitios del mundo en donde se puede consultar. Petrie envió desde Londres allá por 1900 a un equipo de ingenieros especialistas en máquinas-herramientas comandado por Benjamin Baker, que habían inventado la máquina-herramienta de más calidad por aquel entonces. El torno fue inventado por dicho ingeniero, al que debemos respetar como un gran técnico. Baker analizó una veintena de piedras en las que se veían las huellas de las herramientas que las trabajaron (sobre el 3000 A. C.) Dichas piedras estaban tiradas en los basureros egipcios con los restos de las construcciones de templos, pirámides, etc. 
Baker hizo un informe que ocupa 5 páginas en libro de Petrie; empieza así: “Si un ingeniero moderno fuera capaz de reproducir la herramienta antigua, no sólo se haría millonario, sino que revolucionaría la industria moderna…” Imagínense ustedes, para un inglés, la posibilidad de hacerse millonario es lo que más le importa. Se lanzaron a la tarea de averiguar el secreto del trépano egipcio, con un equipo de 20 ó 30 ingenieros. Seguía el informe: “…se trataba de un taladro para piedra que penetraba y horadaba la piedra…” como los que tenemos actualmente en canteras, pozos petrolíferos, etc. Pero el taladro egipcio era muy particular: al analizar las piedras egipcias, las huellas se veían, ya que bajaban 1 centímetro, mientras que en las modernas la huella baja 0.10 cm. Hay una gran diferencia entre 1 cm. y 0.1 cm. (yo he visto las fotos personalmente). 
Trataron de descubrir como funcionaba el trépano egipcio: por movimiento rotatorio inverso, o sea, por contragolpe, la herramienta entra por un lado y después por el otro. No se puede, por esto y lo otro; una herramienta que entra por dentro de otra: no se puede, por esto, y lo otro…; máquina por polvo abrasivo, por ablandamiento químico… descartan todos los procedimientos que se le pueden ocurrir a un ingeniero y llegan a la siguiente conclusión, que quiero destacar: 
Un taladro moderno de acero al cromo-vanadio y punta de diamante, aguanta 50 kilos máximos, pero el egipcio aguantaba sin lugar a dudas ¡MÁS DE 2000 KILOS! ¡Fíjense que herejía científica e histórica es decir esto, dicho por Benjamin Baker, uno de los técnicos más grandes de todos los tiempos!
¿No es un tabú que ustedes no se hayan enterado antes de esto, y que se enteren por mí, casi 100 años después de haber sido publicado en 1901? ¿No es una monstruosidad? ¿No es un baldón para nuestra civilización?... ¡Es cuestión de una barbarie incrustada en nuestras instituciones científicas!"

José Álvarez López



"... resulta que existe una relación entre la precipitación coloidal y las pirámides. Eso lo investigué en Florencia con el profesor Piccardi, con quien tuve el honor de trabajar 3 meses sobre precipitación coloidal. El método de Piccardi consistía en medir la velocidad de precipitación coloidal del oxicloruro de bismuto. Se pone 1 cm3 de cloruro de bismuto en el fondo de un tubo de ensayo transparente y 10 cm3 de agua, y se produce un líquido lechoso que comienza a decantar; deja de decantar, y se produce una columna de líquido transparente de 2 cm. que va aumentando. La medida de la velocidad de producción de este líquido transparente , o sea, la velocidad de precipitación del coloide era la línea de investigación de Piccardi. 
Entonces colocamos varios tubos de ensayo. El primer tubo lo pusimos dentro de un blindaje de cobre, formando lo que se llama una “jaula de Faraday”; el segundo lo dejamos a la intemperie; el tercero tenía al lado un transmisor de 1500 megaherzios que daba su situación; el cuarto estaba bajo una pirámide de cartón de 30 cm. de lado. Hicimos simultáneamente la precipitación en los 4 tubos, midiéndola en los aparatos de Piccardi: 

Vimos que el tubo que estaba en el blindaje de cobre precipitó 1cm3 más o menos de precipitado en 1 minuto. 

El segundo tubo que estaba a la intemperie en el laboratorio precipitó 1 cm3 en 3 minutos. 

El tercer tubo que estaba junto al transmisor de 1500 megaherzios precipitó 1 cm3 en 5 ó 6 minutos. 

Y el cuarto tubo que estaba bajo la pirámide NO PRECIPITÓ EN MEDIA HORA. Ciertamente era impresionante. Entonces se veía cosa curiosa: la energía de la pirámide permitía la floculación permanente, o sea que el coloide no podía flocular, no precipitaba. Por asociación de ideas se dice que el envejecimiento de los mamíferos ocurre cuando el citoplasma precipita como coloide dentro de la célula. Con lo cual, si se pudiera evitar la precipitación del coloide citoplasmático se arreglaría la vida humana.
Entonces, si los faraones se introducían en las pirámides, por algún procedimiento especial, conseguían atrasar el envejecimiento, ya que no precipitaba el citoplasma de sus células. Bueno, eso es realmente curioso; nosotros seguimos investigándolo en el laboratorio del Instituto de Estudios Avanzados y encontramos otra cosas curiosas: que la pirámide tenía la virtud de modificar el accional de la enzima. El funcionamiento de la enzima dentro de la pirámide quedaba modificado. Por ejemplo, rápidamente, la enzima llamada UREASA (que transforma la urea en amoníaco) que se utiliza para hacer análisis clínicos, si se coloca en un tubo de ensayo con urea, forma una cantidad “X” de amoníaco, en 5 minutos, por ejemplo. Si se mide con cualquier método electrónico, la ureasa colocada bajo la pirámide tenía un 150 % más de rendimiento que otra no colocada, demostrando que hay una relación entre la forma piramidal y la enzima. Hicimos un catastro de enzimas. La invertasa, que transforma la sacarosa en glucosa aumentaba el 80 %. En cambio, había un 80 % de disminución de la eficacia en el cuajo, que produce menos queso bajo la pirámide. Es recomendable que los que hacen queso no pongan sus instalaciones bajo las pirámides.
Elevamos un informe a la Facultad Bioquímica de la Universidad de Córdoba, y no les interesó investigarlo como diciendo que no estaba previsto dentro de su investigación. ¡Los científicos tienen tabúes, y los tienen que investigar! Yo considero que es necesario investigar el accional de una enzima bajo una pirámide ya que, aunque a primera vista no pareciera que pudiera tener influencia alguna, experimentalmente se ha demostrado lo contrario."

José Álvarez López







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