"Akenatón trató de cortar de raíz el poder de los sacerdotes del templo de Amón… El templo de Amón era el centro geodésico de Egipto, «el ombligo». La nueva capital… se estableció… en el punto medio entre el punto más septentrional, Behdet, y el límite meridional… La nueva ciudad… se colocó en una situación que parece menos deseable… Incluso el clima era peor… A menos que supongamos que había una razón matemática convincente para elegir aquella situación… hemos de convenir que… «la revolución de Tell al-Amarna» fue el producto de un joven alborotador, o de un fanático religioso, o de un degenerado obsesionado por sus problemas sexuales… Akenatón quería demostrar que Tebas no tenía razón al pretender ser el centro geodésico de Egipto y que él había elegido el centro geodésico conforme a una interpretación absolutamente religiosa del maat, el orden cósmico del que las dimensiones de Egipto constituían una encarnación… Habría que reexaminar íntegramente el papel histórico de Akenatón, tomando como punto de partida lo que él mismo consideraba el paso inicial de su programa."

L. C. Stecchini
Apéndice a PETER TOMPKINS, Secrets of the Great Pyramid, Harper & Row, 1971, pp. 338, 343.
Tomada del libro La serpiente celeste de John Anthony West, página 306



"La idea básica de la Gran Pirámide era que debía ser una representación del hemisferio septentrional de la Tierra, un hemisferio proyectado sobre superficies lisas como cuando se traza un mapa… La Gran Pirámide fue una proyección sobre cuatro superficies triangulares. La cúspide representaba el polo y el perímetro el ecuador. Éste es el motivo de que el perímetro está en relación 2pi con la altura. La Gran Pirámide representa el hemisferio septentrional en una escala de 1:43.200."

Livio Catullo Stecchini
Tomado del libro de Graham Hancock, Las huellas de los dioses, página 206

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