"¿Cómo se muere literariamente? Por el olvido, pero para un escritor la muerte literaria es la misma muerte, el fin de su vida, la que termina con su obra. Después, los reconocimientos que pueda recibir es comprensible que poco le interesen, si se permite la broma macabra, porque difícil es que pueda disfrutarlos."

Fernando Rodríguez Lafuente



"Es cierto y es falso. Se publica, en el caso de ambos -no en el del común, por ganar dinero, por vivir de lo que se escribe y demás-, y en el de los otros, también por mor de un narcisismo, legítimo sin duda, por una inocente vanidad, y en los más pintorescos ejemplos, por una secreta soberbia de saberse imprescindible, necesario, con la juvenil idea de transformar con sus escritos las sociedades."

Fernando R. Lafuente
(ABC Cultural, 17-11-2012)



"La posteridad es un invento para el que se queda; ya señaló Marcel Duchamp que al final “los que se mueren son siempre los otros”. La soledad en la vida y el silencio de la muerte. La vida la vives o la mueres, como la obra. La muerte fija todo y anula el sentido. No hay manera de contemplar las cosas que vienen, pasan y se van sino como un sueño de intervalos felices. No hay otra. Ya sentenció Gracián que “todo es circunstancia”. Un autor quiere, busca ser reconocido en vida. He ahí la razón de publicar. No es una cuestión fácil."

Fernando R. Lafuente


“Madrid siempre fue una ciudad abierta, ajena al provincianismo.”

Fernando R. Lafuente




"Sabios hasta la broma privada, en una de las comidas que celebraba los domingos en Buenos Aires, allá por los años treinta del siglo pasado, Jorge Luis Borges con Alfonso Reyes, entonces embajador de México en Argentina, éste le preguntó a Borges algo sustancial: “¿Por qué publicamos?” Y lo que hoy se tiñe de cierta sorna no lo es en absoluto, pues Borges le contestó: “Reyes, para dejar de corregir”.

Fernando R. Lafuente




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