"Los niños; argumentaría yo, tienen el derecho humano a no tener sus mentes incapacitadas debido a que fueron expuestas a las malas ideas de otras personas... sin importar quienes sean esas otras personas. Los padres, correspondientemente, no tienen una licencia otorgada por Dios, para imponerle a sus hijos una cultura en cualquier forma que ellos escojan: No tienen derecho a limitar los horizontes del conocimiento de sus hijos; ni de criarlos en una atmósfera de dogmas y supersticiones; ni para insistir en que ellos sigan las sendas estrechas y derechas de su propia fe. En pocas palabras, los niños tienen derecho a no tener sus mentes confundidas por los sin sentidos; y nosotros; como sociedad, tenemos la obligación de protegerlos de eso. Así que nosotros no deberíamos permitirle más a los padres enseñarle a sus hijos en qué creer; por ejemplo, en la verdad literal de la Biblia, o que los planetas gobiernan su vida, en la misma forma en que no le permitimos a los padres sacarle los dientes a sus hijos o encerrarlos en un calabozo."

Nicholas Humphrey



"Si los humanos, como los lobos, son mínimamente sugestionables, entonces la hipnosis consiste simplemente en lograr un aumento gradual de la sugestión mediante retroalimentación positiva… Con cada nueva sugestión realizada y confirmada la convicción del sujeto de su propia sugestionabilidad se ve reforzada aún más. Obviamente, es importante que las sugestiones no fracasen, ya que, una vez que el sujeto comience a dudar del poder de la hipnosis, empezará a dudar de la sugestión hipnótica de que él es sugestionable, y el círculo se romperá."

Nicholas Keynes Humphrey
en New Scientist, 2 de septiembre de 1976, p. 486
Tomada del libro La serpiente celeste de John Anthony West, página 234



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