"El demonio me sedujo frecuentemente con cierto placer que yo gozaba en mis agitaciones y en aquellas otras cosas extraordinarias con que excitaba mi cuerpo. Gozaba un extremo deleite oyendo hablar de esas cosas y me sentía tan feliz que daba la impresión de hallarme más gravemente atormentada que las otras."

 Juana de los Ángeles
Tomada del libro de Aldous Huxley Los demonios de Loudun, página 327


"Lo que me resultaba más embarazoso era que la gente no se conformaba con mirar y ver la mano, sino que me planteaba mil cuestiones a propósito de la posesión y la expulsión de los demonios, lo cual nos obligó a imprimir y dar a conocer un opúsculo en el que se informaba al público acerca de los hechos más importantes ocurridos durante la posesión de mi cuerpo por los demonios y su abandono, con explicaciones adicionales sobre la impresión de los nombres sagrados sobre mi mano."


 Juana de los Ángeles
Tomada del libro de Aldous Huxley Los demonios de Loudun, página 382


"No creía posible una posesión sin que mediase consentimiento o pacto con el diablo; y en esto estaba equivocada. Yo no formaba parte de los inocentes, porque miles y miles de veces me había entregado al diablo por el pecado... Los demonios se insinuaron poco a poco en mi espíritu y en mis inclinaciones; de suerte que, por las malas disposiciones que hallaron en mí, me confundieron con ellos, haciéndome una misma cosa en común. Obraban, generalmente, conforme a mis debilidades y a mis deseos espirituales, y lo hacían con tanta sutileza que no me daba cuenta de que el demonio actuaba en mi interior."

sor Juana de los Ángeles


"Siento ciertamente, para mi mayor confusión, que soy yo quien he hecho posible que el diablo cometiese tales fechorías y que él no hubiese tenido el poder de realizarlas si yo no me hubiese aliado con él. En cuantas ocasiones ofrecí fuerte resistencia, todas aquellas furias desaparecieron tan súbitamente como habían venido, pero ¡ay!, sucedía con demasiada frecuencia que yo no hacía gran esfuerzo para resistirlas...
Y no es cosa de maravillarse, pues me di cuenta claramente que, en la mayoría de las ocasiones, fui yo la primera causa de mis desórdenes y que el demonio actuaba influido exclusivamente por las sugestiones que recibía de mí...
(Isacaaron, que era un demonio de la concupiscencia) se aprovechó de mis flaquezas para llevarme a las más horribles tentaciones contra la castidad. Consumó sobre mi cuerpo la operación más brutal y furiosa que pueda imaginarse, después de lo cual me persuadió de que estaba preñada, de manera tal que lo creí firmemente y esta preñez se manifestó con todos sus síntomas."


 Juana de los Ángeles
Tomada del libro de Aldous Huxley Los demonios de Loudun, página 327-330
















No hay comentarios: