“Allí donde la toques, la memoria duele.” 

Yorgos Seferis


Anhelo

"Sin color, sin cuerpo 
este cariño que vaga 
disperso, apiñado, 
una y otra vez disperso, 
palpita sin embargo 
en el bocado de la manzana, 
en la incisión del higo,
en una cereza grana, 
en el grano de un racimo. 
Tanta Afrodita difusa por el aire 
dará sed y palidez 
a una boca y a otra boca 
sin color, sin cuerpo."

Yorgos Seferis seudónimo de Georgios Seferiadis


Balance

"He viajado, me he cansado y escrito poco
pero pensé mucho en el regreso, cuarenta años.
El hombre en todas las edades es un niño:
la ternura y la brutalidad de la cuna;
a lo demás le pone límite la mar, como a la orilla,
a nuestro abrazo y al eco de nuestra voz."
                                                                                      
Yorgos Seferis
De "Poesía completa"  Alianza Editorial, Madrid, 1986

Versión de Pedro Bádenas de la Peña



Caligrama

Las pirámides
son los senos de la arena
donde mama el cielo
y esta palmera
es el falo del sol
hincado en la soledad absoluta
                                       
Yorgos Seferis    
De "Poesía completa" 



El regreso del exiliado

"—Viejo amigo ¿que buscas?
Después
de años de exilio has vuelto
con imágenes criadas
bajo cielos extranjeros
lejos de tu tierra.

—Busco mi antiguo jardín;
los árboles me dan a la cintura
las colinas parecen terraplenes
de niño en cambio
solía jugar sobre la hierba
bajo enormes sombras
y corría por horas
sin aliento en las laderas.

—Viejo amigo, descansa
te irás acostumbrando poco a poco;
juntos subiremos
por los caminos que una vez conociste;
nos acomodaremos juntos
bajo el domo de los sicómoros
volverán poco a poco a ti
tu huerto y tus laderas.

—Busco mi antigua casa
con altas ventanas
oscurecidas por la hiedra
busco la antigua columna
que miraba el marinero.

¿Como quieres que entre en ese aprisco?
Los techos me dan a los hombros
y no importa qué tan lejos mire
veo hombres de rodillas
como si estuvieran diciendo sus plegarias.

—Viejo amigo ¿no me oyes?
te irás acostumbrando poco a poco
tu casa es esta que aquí ves
y a esta puerta llamarán
muy pronto tus amigos y familiares
para darte un dulce bienvenida.

_¿Por qué tu voz es tan distante?
Alza un poco la cabeza
para entender lo que me dices.
Mientras hablas te vas volviendo
gradualmente más pequeño,
como si te hundieras en la tierra.

—Viejo amigo, detente un instante y piensa
te irás acostumbrando poco a poco.
Tu nostalgia ha creado
un país inexistente, con leyes
ajenas a la tierra y a los hombres.

—Ahora ya no escucho ni un murmullo.
Hasta mi último amigo se ha hundido.
Es extraño cómo, de tiempo en tiempo,
lo allanan todo en torno.
Aquí mil carretas con cuchillas pasan
y todo lo siegan."

Yorgos Seferis
Traducción de Selma Ancira y Francisco Segovia
De: “Bitácora I” – 1940
Incluído en “Mythistórima – Poesía Completa”
Ed. Galaxia Gutenberg – 2013©




Me desperté con esta cabeza de mármol en las manos
que me agota los codos, no sé dónde apoyarla. 
Y caía en el sueño a medida que del sueño yo salía
así se unieron nuestras vidas y será muy difícil volver a se-
 pararlas.
Miro los ojos: ni abiertos ni cerrados
hablo a la boca que está a punto de hablar constantemente
sostengo las mejillas que la piel traspasaron. 
Estoy sin fuerzas ya.

Mis manos se me pierden y me vuelven
mutiladas.

Yorgos Seferis
Fragmento de Mithistórima / III



Me pesa

"Me pesa que he dejado que se me fuera de los dedos un ancho
río
sin haber bebido ni una gota.
Ahora me hundo en la piedra.
Un pequeño pino sobre la tierra roja,
no tengo más compañía.
Cuanto amé se ha perdido con las casas
que eran nuevas el pasado verano
y se derrumbaron con el viento de otoño."

Yorgos Seferis


Negación

"En la playa escondida
y blanca como paloma
tuvimos sed un mediodía
pero el agua era salada.

En la arena dorada
escribimos su nombre;
suave sopló la brisa
y la letra se borró.

Con qué coraje, con qué aliento,
con qué deseos y pasión
tomamos nuestra vida: ¡qué error!
y la vida tuvimos que cambiar."

Yorgos Seferis



Nuestro país está cerrado, todo montes
que día y noche tienen como techo el cielo bajo.
No tenemos ríos no tenemos pozos no tenemos fuentes,
tan sólo unas cisternas retumbantes, vacías también
 ellas, que tanto veneramos.
Un sonido sordo y estancado, idéntico a nuestra soledad,
idéntico a nuestro amor,
idéntico a nuestros cuerpos.
Y nos parece extraño que hayamos podido construir
 en tiempos
las casas las cabañas los apriscos.
Y nuestras bodas con sus coronas frescas y alianzas
se vuelven enigmas insolubles para el alma.
¿Cómo nacieron y crecieron nuestros hijos?

Nuestro país está cerrado. Lo cierran
las dos negras Simplegades. El domingo
en los puertos cuando bajamos a tomar el aire
vemos iluminarse en el crepúsculo
leños rotos de viajes que aún no terminaron
cuerpos que ya no saben cómo amar.

Yorgos Seferis
Fragmento de Mithistórima / X


"¿Qué iban a hacer los desdichados, peleando y bebiendo día y noche sangre emponzoñada de serpientes? Siglos de veneno: generaciones de veneno"

Yorgos Seferis


“Tu vida es lo que has dado.”

Yorgos Seferis









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