Dichos del exilio
"La tierra es una cárcel,
y los cielos guardan las estrellas fugaces.
Huye,
entra en el trono del
amor,
pues la muerte es una criatura,
y tu lugar es el desierto.
Tu secreto se ha difundido,
y la duración de tu tiempo surge de una rosa.
Visitarás un istmo
y serás aniquilado,
mas tu alma permanecerá indescifrable."
Ahmad Al-Shahawi
El mensaje del desconocido
"No vine para derramar el agua,
Ni para labrar la tierra
ni para cuidar las criaturas que asombraron a su creador,
Sino para terminar mi mensaje."
Ahmad Al-Shahawi
El que vive entre dos minaretes
Si me confieso,
digo:
Soy mil personas,
con un solo nombre
y muchas lenguas.
Me arruina la nostalgia a las montañas,
no me avergüenzo de una pasión anhelada
me hace llorar la campana del amor,
cuando se queda atrancada.
Elegías fúnebres me llevan al sueño
Me emociona un perro errante de unas palabras.
Creo en el elefante si canta poesía,
en la música cuando se crea sí misma
en la flor del Nilo cuando aísla su alma tras una muerte
en el poeta si se quita los zapatos antes de encender una vela
Soy la neblina cuando sonríe,
Los dedos cuando narran,
La tierra en mapas desconocidos,
La razón en la conciencia de la inconsciencia,
La puerta cuando la llaman los visitantes,
El olor de los dedos en el tejido,
El caballero si monta dos caballos con un solo asiento,
El lápiz en su orfandad sin papel.
Soy
El llanto de las estatuas al recordar a sus escultores,
El caminante solo en el monte de su muerte,
El “traga fuego”
El bailarín en verbenas de los jeques de la muerte,
Quien renuncia a sus derechos para ganar el cielo,
una limosna de mis manos
Soy
El tiempo en su arena
La costa perdida en un círculo
El sueño dormido en mi vaso
La distancia entre un sol y otro
que duerme en los hilos de una camisa
El dueño de un diccionario y de un corazón de palabras
El que se multiplica cuando el pájaro pronuncia mi nombre.
La gota errante de agua del río,
Como dos mares beben mi sangre por descuido,
El ritmo cuando crea un lenguaje para los dedos,
El negro cuando duerme en el blanco de la luz,
La historia grabada en el mármol de los profetas,
El Aleph omitido de perezcan las manos de Abu Lahab
Biografía del profeta Yususf sin sus hermanos,
La huida del fin en un sueño.
El pájaro llevándome la revelación divina.
Quien vive debajo de dos nieblas sin conseguir el destete,
El cazador sin “permiso” y sin un “está permitido”
Soy hijo de dos Sharías,
Y de cinco escuelas para vivir en sus manos.
Soy dos letras “ele” en marzo,
la primera en la muerte
Y la otra en mi nuevo nacimiento,
la tierra cuando nace de sí misma
la escultura de una canción,
el pecado del agua está en el agua.
Yo, entre dos líneas,
Yo, el amor cuando se abre la puerta de las manos
Yo, Soad que dijo a la muerte: llévame
para que todos los hilos se integren en el tejido
Yo, Zainab que esperó en su ataúd,
Hasta que los aviones derrotaron el aire,
ciudades… pueblos … yo no estaba allí,
Ciudades que no veo en los espejos
Y no me ven en sus lechos,
El diez cuando sella su cero,
El siete cuando se santifica en su último día,
El escorpión cuando muerde doce días
Y llama a Ahmad al invierno
Y coloca a noviembre en los mapas.
Soy, el océano que mis pies han alcanzado,
el desnudo la palabra le quita su manto
Y se va hacia el sol para tomar su té.
El tiempo cuando limpia el polvo de mi paso,
el sueño quitando la capa de la vigilia,
las estrellas castigan a sus cielos y se caen.
Soy el libro de la duda en la palabra
El templo que dibuja mil escenas de la pasión
El dios cansado cuando pasea por las calles,
Llevando sus secretos después que las arañas los revelaron.
Soy todas las letras que mi nombre no engendró,
los países cuyas manos los geógrafos no consiguieron unir,
el llevado hacia la ultra sombra.
Signo de interrogación que no encontró su línea
El llevado por un acento que une y no se lamenta
del frio del invierno.
Yo, después de la mañana y del hablar,
las sabidurías que volaron desde los muros de los templos,
como mariposas inmortales
Yo soy otro,
Yo no soy Yo
Ahmad Al-Shahawi
Huérfana sombría
¿Qué reservas tú para dentro de un año?
Tan sólo las máscaras,
un cielo, exilio,
lugares que crearon tus pies,
aire que, por azar, pasó por el ojo de la aguja,
un libro lleno de equívocos sobre la marcha de mi secreto
hacia la letra de tus manos y la puerta de tu lengua,
éxodo devoto hacia un dios
que, dormido, olvida las normas de su credo,
almohada de sueños
que revive muertos,
oscuros lienzos colgados de alambres
de un cielo desprendido de la mano de un carcelero,
imágenes de una ausencia que, tras recorrer la Tierra,
vuelve a su poeta paciendo niebla,
aves solitarias que cruzan inmóviles vientos
hacia el olvido,
hastío que hiere el son de la flauta
antes de refugiarse en su escondrijo,
agua de alquimia de la nada
que filtra tiempo de la edad de la luz,
corola de cosas que atraviesa el árbol del sueño
y baja al pozo sola,
enamorada de nombres tatuados en un cielo,
río que nace en tus manos y luego vaga
hacia una pila abandonada por la leyenda en la canícula,
que declara el luto del génisis, de la cabeza del trono
y de un mar que, de la sal, prende lenguas de fuego.
¿Qué reservas tú más que una flor de acacia
que recuerda tiempos de desamor,
sombras de candelas muertas,
caballos hechos de partículas de polvo,
y palomas que se aman en la niebla?
¿Qué otra cosa que un cielo de lánguida voz,
una ausencia que toca sus dudas,
cae de la ventana de la palabra
como un verso que ha sobrado al poeta
y, ahora, duerme al pie de la puerta como sombra
huérfana?
¿Qué otra cosa reservas tú
más que una letra que ha sobrado a la lengua de nuestros mayores
y muere sola en su soledad:
no le valió ninguna revancha.
Nadie sabe dónde estás.
¿Dónde está el supremo nombre?
¿Dónde está en la Tierra el árbol de tu perfume?
¿Dónde estoy yo de ti, dónde?"
Ahmad Al-Shahawi
Nadie piensa en mi nombre
"Nadie piensa en mi nombre
al haber puesto el sol en el infierno,
al haber perdido el cielo cuya sabiduría acaba de morir,
después de haber entrado solo la morada del cero, precedido por una
sombra negra.
Deliro en la lejanía,
cuelgo mi letra como una estatua rota,
entono una canción con un sentimiento de pérdida
me amortajo con el agua seca,
me hundo en la eternidad herido por noches perversas,
mis pájaros agonizan silenciosos y cabizbajos.
Aislado subo por el aire
hecho una flauta
huérfana.
Me llega el llanto del mar por mi,
recorro la luz
por si así llevo el sonido al fuego.
Nadie piensa en una cueva silenciosa
nadie piensa en un ángel perdido en la multitud,
nadie entreteje con estrellas un fuego,
nadie pinta los ojos con la imagen del mundo,
nadie deja al nieto de herencia una lámpara apagada.
Me vence el sueño
porque nadie se fijará en un nombre fugaz,
ni ningún espejo me ha de reconocer jamás.
Olvidado en lo desconocido,
letra final del final de la noche.
Me extiendo como un hilo asesinado por el habla,
nadie nos protege del frío,
nadie vuelve la cabeza cortada a la luna,
tengo extendida la palma de la mano,
y mi destino se ata a sus ojos."
Ahmad Al-Shahawi
Odio el verbo odiar
"Odio el algodón
Que un día me obligó inclinar la espalda.
Odio al sol y a la luna en mis manos
Porque no me convertí en un poeta.
Odio la noche porque me trajo dos desgracias
Que iban a dejar sediento a El Nilo.
Odio una neblina perdida
Que pensó en casarse con una idea mía.
Odio el camino que yo me imaginaba que era largo
-en la infancia-
Porque humilló mi pierna adrede.
Odio la arcilla
que piensa que mi luz está amasada con su agua.
Odio el campo de arroz
Que averió el reloj de oro de mi madre
Y regaló nuevas agujas a la tierra.
Odio el Aleph
cuando se desnuda, en un momento de debilidad, de su acento
Odio a la geometría
Porque no me pudo construir en el espacio
ni siquiera una tumba.
Odio la clase de ciencia,
Porque fracasé en hacer casar un ácido con un solo alcaloide.
Odio el día
porque revela el secreto de una gata
Odio el verbo odiar, porque anulará la imaginación
mil años más,
y concederá a las mujeres otros crímenes interminables."
Ahmad Al-Shahawi
No hay comentarios:
Publicar un comentario