A mí mismo
"Están grises ya mi sienes,
mi cabeza es cana y viejos
son mis dientes; ya no tengo
mi agradable juventud.
De la vida más sabrosa
me quedó no mucho tiempo;
por lo cual sollozo, a veces,
mucho al Tártaro temiendo.
Porque horrible es la caverna
de Plutón, y trabajoso
el descenso; y quien desciende
no podrá nunca subir."
Anacreonte
El amor
Cuando la media noche se acercaba
y el signo de la Osa se volvía
a la mano de Bootes;
cuando los hombres en el blando lecho
yacían, del trabajo fatigados,
el Amor a mi puerta cauteloso
llegóse, golpeando las aldabas.
-¿Quién a estas horas – dije- hasta mi puerta viene, a turbarme el sueño?
-Abreme – contéstome el caminante-;
soy un niño; no temas por tu vid:
azótame la lluvia,
y en la cerrada noche me he perdido.
Al escuchar sus quejas,
de compasión se estremeció mi pecho
y encendiendo mi lámpara,
abrí la puerta y penetró el muchacho.
Traía el arco al hombro
colgado, y el carcaj lleno de flechas.
Sentados junto al fuego,
calentaba sus manos con mis manos
y le enjugaba el húmedo cabello.
Mas él, quitado el frío
quiso probar el arco, y si la cuerda
rota del agua estaba.
Tendiólo, y con el dardo,
me hirió en el corazón, con venenosa
herida, como un tábano rabioso.
-¡Alégrate, amigo,
huésped –dijo riendo-;
el arco estaba sano,
mas tú quedas herido para siempre!
Anacreonte
Eros
"De nuevo me partió Eros con enorme mazo,
cual un herrero, y en el tempestuoso torrente me templó."
Anacreonte
Indómita
"¿Por qué, potrilla tracia,
me observas de reojo
y me huyes, implacable,
creyendo que no soy
experto en nada útil?
Pues sabe que hábilmente
el freno te pondría
y tomando tus riendas
doblarías conmigo
las lindes del estadio.
Ahora paces en prados,
brincas con ligereza
retozona: no tienes
ningún jinete diestro
que a tus lomos se suba."
Anacreonte
"La guerra no perdona a los valientes, sino a los cobardes."
Anacreonte
La lira
"Quiero ensalzar cantando a los Atridas,
quiero cantar a Cadmo,
mas de mi lira los sonoros nervios
tan sólo amores dicen.
Otra lira pulsar en otro tono
quise, con nuevas cuerdas
y al pretender cantar al fuerte Heracles,
tan sólo amores respondió mi lira.
Héroes, dejad de enardecer mi mente,
porque mi lira, sólo amores canta."
Anacreonte
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