Once minutos


Algunos libros nos hacen soñar, otros nos acercan a la realidad, pero ninguno puede huir de aquello que es más importante para un autor: la honestidad para con lo que escribe.

Paulo Coelho
Once minutos, pág. 2


Porque soy la primera y la última, yo soy la venerada y la despreciada, yo soy la prostituta y la santa, yo soy la esposa y la virgen, yo soy la madre y la hija, yo soy los brazos de mi madre, yo soy la estéril y numerosos son mis hijos, yo soy la bien casada y la soltera, yo soy la que da a luz y la que jamás procreó, yo soy el consuelo de los dolores del parto, yo soy la esposa y el esposo, y fue mi hombre quien me creó, yo soy la madre de mi padre, soy la hermana de mi marido, y él es mi hijo rechazado. Respetadme siempre, porque yo soy la escandalosa y la magnífica.

Himno a Isis, s. III o IV (?), descubierto en Nag Hammadi
Paulo Coelho
Once minutos, pág. 2


¿Qué es lo más importante de esta vida? ¿Vivir o fingir que he vivido?

Paulo Coelho
Once minutos, pág. 82


La pasión hace que uno deje de comer, de dormir, de trabajar, de estar en paz. Mucha gente se asusta porque, cuando aparece, derrumba todas las cosas viejas que encuentra. Nadie quiere desorganizar su mundo. Por eso, mucha gente consigue controlar esta amenaza, y es capaz de mantener en pie una casa o una estructura que ya está podrida. Son los ingenieros de las cosas superadas. Otra gente piensa exactamente lo contrario: se entrega sin pensar, esperando encontrar en la pasión las soluciones para todos sus problemas. Descarga sobre la otra persona toda la responsabilidad por su felicidad, y toda la culpa por su posible infelicidad. Está siempre eufórica porque algo maravilloso sucedió, o deprimida porque algo inesperado acabó destruyéndolo todo. Apartarse de la pasión, o entregarse ciegamente a ella, ¿cuál de las dos actitudes es la menos destructiva? No sé.

Paulo Coelho
Once minutos, pág. 86


—El que observa, y descubre a la persona con la que siempre ha soñado, sabe que la energía sexual sucede antes que el propio sexo. El mayor placer no es el sexo, es la pasión con la que se practica. Cuando esta pasión es intensa, el sexo viene a consumar la danza, pero nunca es el punto principal.

Paulo Coelho
Once minutos, pág. 119


El arte del sexo es el arte de controlar el descontrol.

Paulo Coelho
Once minutos, pág. 139


Es gracioso, cuando se vive en una ciudad, siempre se deja para después conocerla, y generalmente se termina por no conocerla nunca.

Paulo Coelho
Once minutos, pág. 172


Sí, te amo mucho, como nunca he amado a otro hombre, y justamente por eso me voy, porque si me quedase el sueño se convertiría en realidad, deseo de poseer, de desear que tu vida sea mía... en fin, de todas esas cosas que acaban convirtiendo el amor en esclavitud.

Paulo Coelho
Once minutos, pág. 183

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