"Cada vez sabemos menos."

Norberto Bobbio


 “El pesimismo no es una filosofía sino un estado de ánimo. Yo soy un pesimista de humor y no de concepto.”

Norberto Bobbio


"En la sociedad democrática el poder fluye de la base al vértice; en una sociedad burocrática, por el contrario, se mueve del vértice a la base."

Norberto Bobbio
El futuro de la democracia 



"En la vejez cuentan más los afectos que los conceptos."

Norberto Bobbio


“Es necesario que los intelectuales ejerciten el espíritu crítico para romper los monopolios de la verdad.”

Norberto Bobbio

"La característica de la democracia, sobre la cual no he dejado de insistir en estos años, es el carácter público de los actos gubernamentales; pues sólo cuando este acto es público los ciudadanos están en condiciones de juzgarlo, y de esta forma ejercer ante él una de las prerrogativas fundamentales del ciudadano de una democracia, a saber, el control sobre los gobernantes."

Norberto Bobbio
El futuro de la democracia 


"La democracia de los modernos es el Estado en el que la lucha contra el abuso de poder se desarrolla en dos frentes, contra el poder desde arriba en nombre del poder desde abajo y contra el poder concentrado en nombre del poder distribuido."

Norberto Bobbio
El futuro de la democracia 



“La democracia representativa y la democracia directa no son dos sistemas alternativos, en el sentido de que allí donde existe uno no puede existir el otro, sino que son dos sistemas que pueden integrarse recíprocamente. (…) En un sistema de democracia integral las dos formas de democracia son necesarias, pero no son, consideradas en sí mismas, suficientes,” 

Norberto Bobbio


"La guerra es uno de los problemas centrales de
nuestro tiempo; hay quien afirma que es el problema central. No puede sustraerse a la reflexión sobre el mismo el filósofo que intenta trazar, a través de la experiencia del pasado, la vía, o las posibles vías, del futuro; y mucho menos puede hacerlo el filósofo del derecho, debido a los múltiples nexos que guerra y derecho tienen entre sí.
Hay por lo menos cuatro modos de considerar la relación entre guerra y derecho: la guerra como antítesis del derecho, como medio para realizar el derecho, como objeto del derecho, como fuente de derecho. Estos cuatro modos parecen contrastar entre sí, pero el contraste es aparente.
Ni siquiera se trata, como incluso podría suponerse, de cuatro puntos de vista diferentes sobre la guerra. Se trata, en cambio, sencillamente, de cuatro modos diferentes de entender el derecho y por tanto del hecho de que en las cuatro relaciones indicadas el término «derecho» presenta acepciones diversas. Cuando se habla de la guerra como antítesis del derecho, se entiende por «derecho» el ordenamiento jurídico en su totalidad; cuando se habla de la guerra como medio para realizar el derecho, se entiende «derecho» en su acepción de justa pretensión que se debe hacer valer contra el recalcitrante, incluso recurriendo a la fuerza, o sea de derecho subjetivo; cuando se habla de la guerra como objeto del derecho, se entiende «derecho» en su acepción más común de regla de conducta, o sea como norma jurídica; por último, cuando se habla de guerra como fuente de derecho, se entiende «derecho» en su acepción más vasta e incluso más indefinida de justicia. En las páginas que siguen llamaremos a estos cuatro modos de considerar la guerra en relación con el derecho guerra-antítesis, guerra-medio, guerra-objeto, guerra-fuente."

Norberto Bobbio
El problema de la guerra y las vías de la paz


"La justificación de la prolongación indefinida de los poderes plenos está casi siempre basada en la gravedad extraordinaria y por tanto en la duración imprevisible de la crisis. La distinción—introducida por Carl Schmitt—entre dictadura comisaria y dictadura soberana, refleja la diferencia entre los plenos poderes como institución prevista por la Constitución y los plenos poderes asumidos por encima de la Constitución del jefe destinado a subvertir el antiguo régimen y a instaurar el nuevo."

Norberto Bobbio
El futuro de la democracia 


“La primera equivocación de la que debemos liberarnos es que democracia representativa signifique lo mismo que Estado parlamentario. Del mismo modo que no todo Estado representativo es un Estado parlamentario, así también el Estado parlamentario puede no ser una democracia representativa.”

Norberto Bobbio


"La teoría neocontractualista de Rawls, que históricamente continúa la gran tradición de pensamiento contractualista que va de Hobbes y Locke a Rousseau y Kant, se sitúa actualmente, junto con la filosofía analítica, en el ámbito de esa corriente que, en contra de las posiciones subjetivistas y emotivistas características del más radical empirismo lógico, tiende a reforzar la racionalidad de la ética (Hare, Baier, Toulmin, Brandt, Frankena, Urmson, Chisholm, etc.). Una forma de entender la teoría contractualista de Rawls es, de hecho, la de ver en ella una propuesta de establecimiento racional de los valores, o mejor de ciertos valores, lo que equivale a decir una propuesta de cuáles deben considerarse como buenas razones para dar la propia adhesión a determinados principios (de justicia) más que a otros.
Como es sabido la idea fundamental de Rawls es la siguiente: se imagina que unos sujetos racionales son llamados para decidir libre e imparcialmente -o sea, "velo de ignorancia" que impide en modo igual a cada uno cualquier conocimiento particular de sus propias futuras preferencias, de sus propias intenciones, valores y planes de vida- sobre cuáles principios generales deben ser modeladas las instituciones fundamentales de la sociedad en la que posteriormente ellos y sus descendientes deberán vivir. Pues bien, la propuesta de Rawls es que sean considerados principios aceptables de justicia (de las instituciones) esos principios sobre los que se pondrán de acuerdo por unanimidad las partes en semejante eventualidad contractual imaginaria; o sea, el hecho de que unos seres racionales, en una situación contractual del tipo indicado, acepten por unanimidad ciertos principios (de justicia) más bien que otros, debe considerarse, según Rawls, una buena razón (o tal vez incluso una razón concluyente) para considerar a esos principios, antes que otros, como válidos, razonables o aceptables."

Norberto Bobbio
Crisis de la democracia



"La vida política se desarrolla mediante conflictos que jamás son resueltos definitivamente, cuya solución se da mediante acuerdos momentáneos, treguas, y aquellos tratados de paz más duraderos que son las constituciones."

Norberto Bobbio
El futuro de la democracia 




"Lo importante no es creer o no creer, sino pensar o no pensar."

Norberto Bobbio


“No hay otra cosa que perjudique más el espíritu del ciudadano participante que la indiferencia de quienes cultivan su ‘particular’. Ya lo habían dicho los antiguos: ‘consideramos a quien no participa en la vida del ciudadano ―indicaba Pericles en una famosa frase citada por Tucídides― no como alguien que mire por sus propios asuntos, sino como un individuo inútil.’[1] Rousseau lo sabía muy bien: ‘Tan pronto como el servicio público deja de constituir el principal cuidado de los ciudadanos, prefiriendo prestar sus bolsas a sus personas, el Estado está próximo a su ruina.’ Al respecto podemos citar una de las frases lapidarias que lo caracterizan: ’Desde que al tratarse de los negocios del Estado, hay quien diga «¡qué me importa!», se debe contar con que el Estado está perdido.’[2]
De cualquier manera, una cosa es cierta: los dos grandes bloques de poder descendente y jerárquico en toda sociedad compleja, la gran empresa y la administración pública, hasta ahora no han sido afectados por el proceso de democratización; y hasta que estos dos bloques resistan la presión de las fuerzas que vienen de abajo, no se puede decir que la transformación democrática de la sociedad se haya realizado. Ni siquiera podemos decir que esta transformación de hecho sea posible; solamente podemos decir que de ahora en adelante el avance de la democracia se medirá por la conquista de los espacios que hasta ahora están ocupados por los centros de poder no democráticos.”

[1] Tucídides, La guerra del Peloponeso, II, 40.

[2] Contrato social, III, 15.

Norberto Bobbio (1984), El futuro de la democracia. sobre la democracia representativa y directa. p.66.
Traducción de José Fernández Santillán. Tercera edición (2001). Quinta reimpresión (2008). Fondo de Cultura Económica.


"Normalmente no pretendo tener la última palabra. No me gusta ni me proporciona la menor satisfacción. Detesto las discusiones inacabables, debidas únicamente a razones de prestigio y no a la necesidad dialógica. Tras el intercambio de opiniones trato de arreglármelas para evitar la ruptura y recurro a la vía de la conciliación. Al final prefiero tender la mano a volverme de espaldas. La finalidad del diálogo no es mostrar que eres el mejor, sino llegar a un acuerdo o por lo menos aclararse recíprocamente las ideas."

Norberto Bobbio


"¿Qué autoridad pública realmente los puede tolerar y proteger, si no aquella que se funda en el reconocimiento de los derechos del hombre, entre los cuales el primero —del que se derivan todos los demás— es la libertad de opinión? [...]. La democracia permite el libre desarrollo del conocimiento de la sociedad, pero el libre conocimiento de la sociedad es necesario para la existencia y la consolidación de la democracia."

Norberto Bobbio
Tomada del libro de Pedro Baños, La encrucijada mundial, página 73














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