De modo general Jung entiende el desarrollo total de la vida del individuo como el gradual abandono del control del yo y la entrada en el dominio del sí-mismo: salida de los valores meramente personales y entrada en aquellos con sentido más impersonal y colectivo. Normalmente se dedica la primera mitad de la vida al establecimiento de una base segura en el mundo: educación, profesión, familia, una identidad personal. Pero en la mitad de la vida amenaza una crisis cuya importancia quedó clara en el trabajo de Jung. Se trata en el fondo de una crisis espiritual, un desafío para buscar y descubrir el sentido de la vida. Ninguno de los instrumentos utilizados en la primera mitad de la vida resultan adecuados para enfrentarse a este desafío. No se trata de nuevas conquistas o adquisiciones; es más una cuestión de descubrimiento del alma, por su propio bien, dejando de lado las conocidas exigencias de gratificación del yo. Por lo tanto a menudo se experimenta como una pérdida, y a menudo se le resiste enérgicamente; sin embargo, la psique, y sus propias poderosas exigencias, persisten en enfrentar a la conciencia con nuevas y desconocidas concepciones acerca del sentido y las posibilidades de la vida. Es aquí donde para Jung comienza el verdadero trabajo de individuación, ya que a partir de este punto todo depende de la expansión de la conciencia. Si no se concibe este cambio como portador del verdadero sentido de la propia vida, y sin la voluntad necesaria para emprender el viaje de descubrimiento interior, es posible caer en la desesperación y en una existencia repetitiva, que de hecho se limita a marcar el tiempo hasta el final. El desafío de la segunda mitad de la vida consiste en prepararse para la muerte con una actitud interrogadora, de búsqueda consciente, aceptando tanto el dolor de la desilusión como el deslumbramiento del crecimiento hacia concepciones siempre renovadas sobre la realidad espiritual y psicológica.
Esto de ningún modo implica que el análisis junguiano o el trabajo de individuación se reserve únicamente a la segunda mitad de la vida. Muchas personas más jóvenes... han encontrado nuevo sentido y objeto a la vida a través de la inspiración y orientación directa de Jung. Lo que se subraya es que la individuación es una empresa espiritual. Es la respuesta consciente a un instinto no reconocido por el pensamiento biológico, un impulso innato y poderoso hacia la realización espiritual y el significado último. Como tal, compromete a la persona en su conjunto, que, en el proceso de emerger a la totalidad, se transforma progresivamente, no en algo diferente, sino en el verdadero sí-mismo: desde su potencial hacia su realidad. Quien, en cualquier edad o condición, esté pronto a atender y responder a este impulso espiritual y fundamentalmente humano, está preparado para el proceso de individuación.

David L. Hart
Tomado del libro “Introducción a Jung” de
Young-Eisendrath y Dawson, pág. 159-160
Cambridge University Press, Sucursal en España, 1999





La transferencia es un concepto importante en el psicoanálisis, tanto freudiano como junguiano. Se refiere a un modo de reaccionar frente al otro como si esa persona fuese una figura emocionalmente importante de la infancia del sujeto (la idea es que los sentimientos sobre la persona del pasado se “transfieren” a una persona del presente). Al mismo tiempo es un modo de reaccionar a otra persona como si fuese una parte de uno mismo emocionalmente importante pero inconsciente, atribuyendo a esta otra persona sentimientos, actitudes y motivaciones que están activos en nosotros pero de forma inconsciente (la idea es que los sentimientos sobre algo interno son “transferidos” a otro externo), de forma que podamos reconocer en la otra persona lo que nos resulta intolerable reconocer en nosotros mismos.”

Elio J. Frattaroli
Tomado del libro “Introducción a Jung” de
Young-Eisendrath y Dawson, pág. 242
Cambridge University Press, Sucursal en España, 1999


Yo apuesto por la sabiduría de la psique, y confío en que la atención a las fuentes arquetípicas del sufrimiento permitan que la psique se autooriente al margen de intervenciones forzadas. Procuro promover la búsqueda de alma antes que la mejoría.

Deldon McNeely
Tomado del libro “Introducción a Jung” de
Young-Eisendrath y Dawson, pág. 285
Cambridge University Press, Sucursal en España, 1999






Lograr una relación consciente con lo inconsciente, sabiendo que existe en nosotros y que influye en todo lo que pensamos y hacemos, solos o acompañados, en pequeños grupos o como naciones, es algo que modifica radicalmente todos los aspectos de la vida.

Ann Ulanov
Tomado del libro “Introducción a Jung” de
Young-Eisendrath y Dawson, pág. 409
Cambridge University Press, Sucursal en España, 1999





Dentro de nosotros suceden cosas con las cuales debemos reconciliarnos.

Ann Ulanov
Citado en el libro “Introducción a Jung” de
Young-Eisendrath y Dawson, pág. 409
Cambridge University Press, Sucursal en España, 1999
¿Existe acaso la posibilidad de experimentar algo si no es mediante la psique? La psique existe. No podemos obviarla. Influye sutilmente tiñendo todo lo que vemos o conocemos como “objetivo” con nuestra propia tonalidad individual, relativa a la constitución física, la familia, la cultura, la historia, el sistema simbólico. Evidentemente nuestras imágenes de Dios también reflejan este condicionamiento.

Ann Ulanov
Tomado del libro “Introducción a Jung” de
Young-Eisendrath y Dawson, pág. 412
Cambridge University Press, Sucursal en España, 1999




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