EL HOMBRE EN BUSCA DE SI MISMO
La experiencia de vacío suele provenir del sentimiento que tienen las personas de su impotencia para hacer algo útil en relación con sus vidas o con el mundo en el que viven. La vacuidad interior es el resultado a largo plazo de la acumulación, por parte de una persona, de convicciones propias acerca de sí mismo, es decir, su convicción de que no puede actuar como una entidad en la dirección de su propia vida, o cambiar la actitud que otras personas tienen para con ella, o influir de hecho en el mundo que la rodea. De este modo engendra el profundo sentimiento de desesperación y futilidad que tienen muchas personas en la actualidad. Y en segunda renuncia a querer y a sentir debido a que no puede establecer una real diferencia entre lo que quiere y lo que siente. La apatía y la ausencia de sentimiento son también defensas contra la ansiedad. Cuando una persona enfrenta continuamente peligros que es incapaz de superar, al final, su último bastión defensivo es evitar incluso el sentimiento de peligro.
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Cuando una persona sufre una continua ansiedad durante un largo periodo, su cuerpo está propenso a las enfermedades psicosomáticas. Cuando esto le ocurre a un grupo sus miembros se vuelven unos contra otros, tarde o temprano, si no logran ponerse de acuerdo sobre las medidas constructivas que deben tomar (...) La ansiedad es asimismo el común denominador psicológico de muchas alteraciones psicosomáticas, como por ejemplo, las úlceras, muchas formas de padecimientos cardiacos, etc. La ansiedad es, en fin, la versión moderna de la gran plaga blanca; el mayor enemigo de la salud y el bienestar humanos.
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La ansiedad es la sensación de sentirse "atrapado", "abrumado", y en vez de agudizarse, nuestras percepciones se vuelven, por lo general, confusas o vagas... La gente experimenta ansiedad de muchas maneras distintas: como un "corroer" interno, como una opresión del pecho, como un azoramiento general; también' pueden describirlo como la sensación de que todo el mundo estuviera gris o negro en derredor, o como si tuvieran un gran peso encima, o como el sentimiento de terror que experimenta un niño pequeño al sentirse perdido... La ansiedad puede asumir toda clase de formas e intensidades, ya que es la reacción básica de un ser humano ante un peligro que amenaza su existencia o algún valor que identifica con ella... La ansiedad nos golpea en lo más intimo de nosotros mismos, es lo que sentimos cuando nuestra existencia como individuos se ve amenazada.
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Que la conciencia de sí mismo y la libertad van juntas lo demuestra el hecho de que cuanto menos autoconsciente es una persona mayor es su falta de libertad. Es decir, cuanto más controlado está por las inhibiciones, represiones, y condicionamientos infantiles que ha "olvidado" conscientemente, pero que inconscientemente todavía lo dirigen, tanto más sufre la compulsión de fuerzas sobre las cuales no tiene control alguno.
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Cuando las personas se sienten amenazadas y ansiosas se vuelven más rígidas y cuando dudan son proclives al dogmatismo; y en consecuencia pierden su vitalidad. Utilizan los restos de los valores tradicionales para construir una coraza protectora y luego se visten con ella; o hacen una abierta y aterradora retirada hacia el pasado.
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uscar la verdad implica siempre correr el riesgo de descubrir algo que desearíamos no ver. Requiere ese tipo de relación con el propio sí mismo y esa confianza en los valores últimos que nos hace atrevemos al riesgo de ser arrancados de las creencias y de los valores cotidianos según los cuales vivimos.
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El envanecimiento y la vanagloria son, por lo general, signos extremos de la vacuidad interior y de la inseguridad; una muestra de orgullo es una de las máscaras más comunes de la ansiedad... La persona que se siente débil se vuelve fanfarrona; el individuo inferior es jactancioso. El desarrollo de los músculos, la verborrea, el machismo, la desvergüenza, son todos ellos síntomas de la ansiedad oculta.
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