Las almas que pueblan el espacio son precisamente lo que denominamos Espíritus. Y éstos no son otra cosa que las almas de los seres, despojados de su envoltura corporal. Si los espíritus fuesen seres aparte, su existencia sería más hipotética, pero si admitimos que hay almas, hemos de admitir también la existencia de los espíritus, que no son otros que las almas; si admitimos que las almas están por todas partes, hemos de admitir igualmente que los espíritus existen por doquier. Y en consecuencia, no podríamos negar la existencia de “vidas espirituales”, sin negar la “vida de las almas”.
Allan Kardec
Los Mediums, página 11
Hemos observado siempre que aquellos que creen antes de haber visto, solo porque han leído y comprendido, lejos de ser superficiales, son, por el contrario, los que más reflexionan, y se acercan más al fondo que a la forma. Y así, para ellos la parte filosófica es la principal; los fenómenos propiamente dichos son el accesorio. Todo el que reflexiona comprende muy bien que se podría hacer abstracción de las manifestaciones, y que por tal razón no subsistiría menos la doctrina. Las manifestaciones son corroboraciones, confirmaciones, si bien no son la base esencial, el observador serio no las rechaza, sino, por el contrario, espera las circunstancias favorables que le permitirán ser testigo.
Allan Kardec
Los Mediums, página 21
“El espiritismo se funda en la existencia de los Espíritus, pero no siendo éstos más que las almas de los seres humanos, desde que hay hombres hay Espíritus. Sin embargo, ¿de qué manera sería posible comunicarse con éstos, puesto que unos y otros moran en distintas esferas, en distintas dimensiones? Para obviar esta dificultad, la Naturaleza, siempre sabia y precavida, ha dotado y sigue dotando a ciertos individuos de ambos sexos con unas facultades paranormales que les permiten realizar materializaciones o al menos entablar diálogos con los seres desencarnados a los que llamamos Espíritus, una especie de intermediarios voluntarios entre una y otra esfera, entre nuestro mundo terrenal y el mundo espiritual, o sea el Más Allá.
Allan Kardec
Los Mediums, página 171
"El nombre de Dios no tiene influencia sobre los espíritus imperfectos sino en la boca de aquel que puede servirse de Él por sus virtudes; en la boca del hombre que no tuviera sobre el espíritu ninguna superioridad moral, es una palabra como otra cualquiera. Lo mismo sucede con las cosas santas que se les opone. El arma más terrible es inofensiva cuando está en manos inhábiles para poderse servir de ella o incapaces de llevarla."
San Luis
Tomada del libro de Allan Kardek, Mediums, páginas 48-49
… sería tanta irreverencia el tratar de igual a igual a los espíritus superiores, como ridículo el tener una misma deferencia para todos sin excepción. Hay que tener veneración para los que lo merecen, reconocimiento para los que nos protegen y asisten, y para todos los otros una benevolencia de la cual necesitaremos probablemente, nosotros mismos un día.
Allan Kardec
Los Mediums, página 51
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