Los Maestros y los Santos que trabajan en la Senda de la Mano Diestra empezaron a archivar las preciosas crónicas y documentos de las bibliotecas de Lemuria. Cada Maestro fue elegido por el Concilio de la Gran Jerarquía Blanca para que fuera a diferentes secciones del mundo, donde, en seguridad, pudiera establecer una Escuela de la Antigua y Arcana Sabiduría. Se hizo esto para conservar el conocimiento científico y el espiritual del pasado. Al principio, durante muchos miles de años, esas escuelas seguirían siendo un misterio para los habitantes del mundo; sus enseñanzas y las reuniones debían ser secretas. De ahí que aún hoy día son llamadas Escuelas de Misterio o Shan-Gri-Las de la Tierra.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 3
El Señor Muru, como uno de los maestros de Lemuria, fue delegado por la Jerarquía para llevar los rollos sagrados que estaban en su posesión junto con el enorme Disco Solar de Oro a la zona montañosa de un lago recién formado en lo que ahora es la América del Sur. Allí guardaría y mantendría el foco de la llama 2 iluminadora. El Disco Solar era guardado en el gran Templo de la Luz Divina en Lemuria y no era un mero objeto ritual y de adoración, ni tampoco sirvió posteriormente a este solo propósito al ser usado por los Sumos Sacerdotes del Sol entre los Incas del Perú. Aramu-Muru partió hacia la nueva tierra en uno de los plateados y ahusados navíos aéreos de aquella época. Mientras las últimas partes del antiguo continente se despedazaban en el Océano Pacífico, terribles catástrofes tenían lugar en toda la Tierra. La Cadena Andina de montañas surgió en aquella época, y desfiguró la costa oeste de la América del Sur. La antigua ciudad de Tiahuanaco (Bolívia) era en aquel tiempo un importante puerto de mar y una ciudad colonial del Imperio Lemuriano de gran magnificicencia e importancia para la Madre Patria. Durante los subsiguientes cataclismos se elevó sobre el nivel del mar y el clima polar de las altas mesetas eternamente barridas por el viento. Antes que esto tuviera lugar, no existía el Lago Titicaca, el cual es ahora el lago navegable más alto del mundo, por encima de los cuatro mil metros. Así, el Señor Muru, después de su partida de la sumergida Lemuria, llegó al lago recientemente formado. Aquí, en el lugar conocido ahora con el nombre de Lago Titicaca, el Monasterio de la Hermandad de los Siete Rayos cobró existencia, organizado y perpetuado por Aramu-Muru. Ese Monasterio, que fue la sede de la Hermandad a lo largo de las edades de la Tierra, estaba situado en un inmenso valle que tuvo su origen en la época del nacimiento de los Andes, y era uno de esos extraños hijos de la Naturaleza a los que su exacta situación y altitud le daban un clima suave, semitropical que permitía que las frutas y nueces crecieran hasta alcanzar enorme tamaño. Aquí, en lo más alto de las ruinas que otrora estuvieron al nivel del mar, como la Ciudad de Tiahuanaco, el Señor Muru ordenó que se construyera el Monasterio con gigantescos bloques de piedra cortados por la energía de la fuerza lumínica primaria. Esta construcción ciclópea es igual hoy a lo que fue otrora, y sigue siendo un repositorio de la ciencia, la cultura y el conocimiento arcano de los lémures. Los otros Maestros de Lemuria, el Continente Perdido, se dirigieron a otras partes del mundo y establecieron también Escuelas de Misterio, para que la humanidad pudiera tener en todo el tiempo que pasase en la Tierra el conocimiento secreto que había sido escondido, no perdido, sino escondido, hasta que los hijos de la Tierra hubieran progresado espiritualmente lo suficiente para estudiar de nuevo y emplear las Verdades Divinas. La ciencia secreta de Adoma, Atlantis y otras civilizaciones mundiales muy adelantadas se puede encontrar hoy en día en las bibliotecas de dichas escuelas, porque esas civilizaciones enviaron asimismo a hombres sabios para fundar Retiros Interiores y Santuarios a todo lo largo y ancho del mundo. Dichos retiros estaban bajo la guía directa y al cuidado de la Gran Hermandad Blanca, Jerarquía de los mentores espirituales de la Tierra. El valle del Monasterio de la Hermandad de los Siete Rayos es conocido como el Valle de la Luna Azul y está situado a buena altura al norte de los Andes, en el costado peruano del Lago Titicaca. El Señor Muru no estableció inmediatamente después de su llegada el Monasterio junto al Lago Titicaca, sino que pasó varios años viajando, estudiando y ayunando en el desierto, donde se reunió con otros hombres que habían escapado de la catástrofe. Lo acumpañaba originalmente su aspecto femenino, Arama-Mara (Diosa Meru), cuando partió de Lemuria en la ahusada nave aérea. Esas no eran naves espaciales, sino que eran empleadas por la Madre Patria para el comercio entre la colonias. La Hermandad de los Siete Rayos existía desde tiempos inmemoriales y había vivido en la Tierra en la misma época que la Raza de los Mayores, hará cosa de mil millones de años. Empero, nunca había tenido antes un monasterio donde los estudiantes de vida, altamente adelantados en l a Gran Senda de la Iniciación podían reunirse en armonía espiritual para mezclar el flujo de su corriente vital. Cada estudiante cobraba existencia en uno de los Siete Grandes Rayos de Vida, tal como lo hacemos todos, y esos Rayos debían ser mezclados por cada discípulo que tejía su Rayo, como si fuera un hilo coloreado, en el tapiz que simbolizaba la Vida Espiritual del Monasterio. Por lo tanto, era llamada la Hermandad de los Siete Rayos, y se la conocía asimismo como la Hermandad de la Iluminación.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 3
El gigantesco Disco Solar de Oro estaba sujeto por cuerdas del más puro oro en un santuario situado en el Templo más importante de la Luz Divina de la Madre Patria de Mu. Frente al Disco, sobre un altar, que era un pilar tallado en un bloque de sólida piedra, resplandecía la eterna Luz blanca de la cristalina Llama Maxin, la Divina Luz Ilimitada de la Creación. Alrededor del año 30.000 A. de C. La Luz Maxin se apagó en el Altar a causa de la maldad de algunos sacerdotes-científicos del Gran Mu. El Disco Solar permaneció en su santuario, empero, hasta el momento de la destrucción final y de su hundimiento en el mar en 10-12.000 A.de C. Como hemos dicho anteriormente, ese Disco no era usado meramente como objeto de adoración, ni tampoco como la representación simbólica de nuestro Sol Solar. Era también un instrumento científico, y el secreto de su poder provenía originalmente de las tinieblas del pasado en la época de la Raza de los Mayores. En parte, era un objeto de adoración porque se lo empleaba en los servicios ritualísticos del templo como foco o punto de concentración para aqu4ellos que meditaban. Servía asimismo como representación simbólica del Gran Sol Central, o Sol Cósmico, el que, a su vez, simboliza al Creador. Como instrumento científico se lo usaba conectado con un complejo sistema de espejos de oro puro, reflectores y lentes para producir la curación en los cuerpos de aquellos que estaban dentro del Templo de la Luz. En verdad, esa era la razón por la cual se lo 3 llamaba el Templo de la Luz Divina. Además de todas esas funciones, el Disco Solar era un punto focal para la concentración de calidad dimensional. Cuando el disco era golpeado por un sacerdote científico, que entendía su manera de operar, establecía ciertas condiciones vibratorias que podían producir intensos terremotos y, si proseguían por mucho tiempo, provocar una modificación en la rotación de la Tierra misma. Cuando se lo hacía armonizar con el peculiar modelo de frecuencia de una persona podía transportar a dicha persona a cualquier lugar donde quisiera ir con sólo crear la imagen mental del viaje. Era, por consiguiente, un objeto de transportación. El Disco Solar de Oro de Mu no estaba hecho de oro ordinario, sino de oro que había sufrido una transmutación, y tan insólito en sus cualidades que era un metal translúcido similar, evidentemente, al metal de los ovnis a cuyo través es casi posible mirar. El Señor Muru trajo ese Disco consigo cuando viajó al Lago Titicaca, y se lo colocó en el templo subterráneo en el Monasterio de la Hermandad de los Siete Rayos. Aquí, lo emplearon cotidianamente no sólo dos discípulos de vida, sino también los Maestros y los Santos de las Escuela de Misterio de todo el mundo para ser teletransportados a la ida y a la vuelta y así asistir al Concilio o participar en alguna Ceremonia de Transmisión.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, páginas 5-6
En 21 de enero de 1956, el Bienamado Arcángel Miguel del Sol pronunció una conferencia en Su Retiro de Banff, en las montañas Rocosas del Canadá. Lo que sigue a continuación es un extracto de dicha conferencia: “Muchos de los Templos usados en Atlantis y Lemuria han sido levantados en los reinos etéricos. Algún día, cuando el hombre esté pronto para recibirlos descenderán suavemente. Una o más de las preciosas piedras empleadas en la construcción de esos Templos se depositaron en las manos de un Sumo Sacerdote o del Jefe de una Orden Espiritual con la cual se ponen en conexión con la Jerarquía Celestial. Hay varias docenas de piedras de Mi Templo en posesión de individuos que están hoy día en varios puntos de la superficie de la Tierra…”
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 8
El Disco permanecerá en el Lago Titicaca hasta el día en que el hombre esté espiritualmente pronto para recibirlo y emplearlo nuevamente. En ese día el Disco de Oro será sacado de su cámara subterránea y se lo colocará en lo alto del Monasterio de la Hermandad. Los peregrinos de la Nueva Aurora lo verán desde muchos kilómetros de distancia reflejando los gloriosos rayos del Sol. Provendrá del Disco un innegable sonido de la más pura armonía que llevará a los muchos seguidores de la luz en el hollado sendero hasta la antigua puerta de la Hermandad de los Siete Rayos, y entrarán en el Valle de la Luna Azul para reunirse en la confraternidad del Padre.
(…)
Después de haberse enfriado el planeta Tierra y estar pronto para recibir habitantes, llegó del espacio una raza que no era humana, aunque era de la raza del verdadero hombre original. Era la raza llamada Ciclópea, y esta es conocida con el secreto y arcano conocimiento como la Raza “L” o, simplemente, los “Eles”. Antes de venir al planeta Tierra atravesaron el espacio siguiendo todos los grandes ciclos del Tiempo; eran Titanes que viajaban por el camino de las estrellas (y lo siguen haciendo en otra dimensión de Tiempo y Espacio) y que siempre buscaban las mejores pasturas del espacio para su ganado. Fueron la primera vida sobre la Tierra y son los Inmortales de nuestras leyendas, la Raza de Dios o la Raza de los Mayores que precedió al Hombre.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 3
En julio de 1957 el Bienamado Maestro el Morya dijo: Aquellos peregrinos que buscan ser guiados y la iluminación espiritual de hoy en adelante serán atraídos por la América del Sur tal como lo habían sido anteriormente por el Oriente. Para este fin, los Rectores de las Fuerzas de la Naturaleza y del Reino Elemental realizan los preparativos para proporcionar medios naturales de acceso al hasta ahora no tocado Foco Espiritual de Iluminación en las Montañas de los Andes. Las informaciones sobre el Retiro de Aramu-Muru en el Lago Titicaca, Perú, fueron dadas hace mucho tiempo a aquellos que estaban prontos para dicho conocimiento. El Rayo Permanente entra en el planeta Tierra por dos lugares. El Aspecto Masculino entra por el Himalaya en el Oriente y el Aspecto Femenino por el Lago Titicaca. El Aspecto Masculino fue prominente a todo lo largo de las edades de la historia de la Tierra, pero ahora el Aspecto Femenino se está destacando a medida que la Tierra penetra más profundamente en las vibraciones del Séptimo Rayo. El Aspecto Femenino, por su entrada en la zona del Monasterio de la Hermandad de los Siete Rayos, llegará a ser evidente en el futuro. Interesa subrayar que tanto por la cultura como por otros aspectos el Tibet y el Perú se parecen a tal punto que una fotografía de uno cualquiera de estos países puede muy bien tomarse por la del otro. Pero si comprendemos que en la superficie de la Tierra hay dos zonas por las cuales penetra el Rayo Permanente, la explicación es sencilla.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 13
Phra Sumangalo, monje del Monasterio del Angel de la Guarda (Wat Doi Suthep Xieng Mai, Tailandia), escribió recientemente a la Abadía, diciendo: “Asia está espiritualmente en bancarrota. Pero vos estáis en una región que tiene su pralaya –periodo de descanso o de sueño- y ahora vuelve a despertar a las cosas del Espíritu. América del Sur es, más que cualquier otra tierra, el país del futuro en todos los aspectos, una tierra de promesa espiritual”.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 14
La individualidad del hombre está bajo la dirección de los grandes Siete Rayos de la Vida, y siempre es guiado por las poderosas fuerzas que obran dentro de esos Rayos. Todos nosotros entramos en la Vida consciente en uno de esos Rayos, y toda nuestra experiencia de Vida sufre la influencia del Rayo por el cual hemos descendido. En las Escrituras Santas, los Siete Rayos son llamados los “siete espíritus ante el Trono”. El primer Rayo es el camino de la Dirección; el Segundo Rayo es el camino de la Educación; el Tercer Rayo es el camino de la Filosofía; el Cuarto Rayo es el camino de las Artes; el Quinto Rayo es el camino de la Ciencia; el Sexto Rayo es el camino de la Devoción; y el Séptimo Rayo es el camino de la Ceremonia. Los Colores Esotéricos de los Rayos son: 1) Rojo, 2) Azul Claro, 3) Verde, 4) Amarillo, 5) Indigo, 6) Rosa, 7) Violeta.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 18
Aramu-Muru (Dios Meru) dijo en el Lago Titicaca: “…en adelante no guardaremos silencio. Empero no abrimos aún nuestra senda ni nuestra entrada al profano, ni tampoco las perlas de la gran sabiduría, serán echadas a los cerdos, porque hay “cerdos” sobre la Tierra y en la Tierra. Pero el planeta no tardará en quedar limpio de ellos. No son merecedores aún de recibir la Divina Sabiduría. Nos ocupamos de los millares de corazones y almas hambrientos, y prestamos oído a su hambre y sabemos dentro de nuestro ser que esa hambre sólo puede ser saciada con el verdadero maná que proviene de nuestro Infinito Padre. No os sorprendáis si podéis oír ahora libremente las palabras de la Gran Hermandad Blanca que es la Jerarquía para todas las Hermandades de la Tierra. ¡Llegó ahora el momento de la acción! Llegó para nosotros el momento de hablar, y hablaremos, porque estamos allanando diligentemente el camino para que Sus pasos sean oídos en todo el mundo. El Reino ya no está cerca, el Reino está aquí, y El ha de manifestarse pronto a todos los hombres. Hemos esperado este tiempo con ansiedad a lo largo de los siglos. ¿No es acaso el momento de regocijarse aun cuando sobrevenga una catástrofe en el mundo? Pero mediante esta purificación catastrófica el hombre heredará la divinidad. Buscad en las colinas la salvación que se acerca. No desesperéis por causa de la catástrofe, sino contempladla como un agente de Iluminación y belleza. “Todo será hecho nuevo” como está escrito. ¡Sólo quedará la Verdad!”. “En adelante todos los Retiros y Santuarios, las Escuelas de Misterio, los Shan-Gri-Las de la Gran Hermandad Blanca trabajarán en un contacto más estrecho y abrirán sus puertas a aquellos que están prontos para la Senda de la Luz. Sus lugares secretos de escondite serán revelados, pero solamente a los Estudiantes de Vida que permanecen en Su Luz. Los Retiros Interiores han sido, en verdad, un misterio para el mundo exterior; han obrado en secreto para que la humanidad supersticiosa e ignorante no se volviera contra ellos y los destruyera. Han conservado el antiguo y arcano conocimiento para que el Remanente heredase el legado Espiritual en el momento del Nuevo Amanecer. Ya ha sonado la trompeta; oímos a lo lejos los apagados sonidos de la Séptima Trompeta. ¡Las huestes de ángeles han proferido su llamamiento y ahora nos daremos a conocer!”.
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El Secreto de los Andes, página 15
El Señor Muru se refirió a este particular el 20 de Julio de 1957 al decir: “Por muchas, muchas edades hemos guardado y, sustentado el Foco de la Llama de Iluminación que tanto nosotros como vosotros honramos esta noche. Alienta ver que entre los más adelantados unos pocos de la raza hallaron el camino que los condujo al corazón de las Montañas de los Andes donde mora la Llama. En el futuro, cuando los precursores espirituales hayan allanado las sendas emocionales, mentales y etéricas que llevan hacia el Retiro Místico, más y más miembros de la humanidad llegarán a ser físicamente conscientes de la irradiación espiritual que es mantenida dentro de las Montañas de los Andes, y veréis que todos aquéllos que por muchos años se han aferrado al deseo de entrar en la gran Cordillera de los Himalayas, orientarán su peregrinaje espiritual hacia el Oeste”.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 19
Cuando los hermanos de las tierras del espacio interestelar aterricen, se verán frente al Remanente que ha quedado, y dicho Remanente será reunido en las diversas ubicaciones donde se hallan los Retiros Interiores de la Gran Hermandad Blanca en la superficie del planeta. 1. Los secretos y Verdades de la más remota antigüedad serán revelados por primera vez al mundo exterior de los profanos. Los Retiros Exteriores ubicados cerca de los Santuarios Interiores recibieron la autorización, y se hizo el llamamiento para que “vinieran de entre ellos”. 3. En 1957 se resolvió que todos los Retiros Interiores serían elevados a una nueva vibración en contacto más estrecho con la Jerarquía. Aramu-Muru (Dios Meru) anunció en 1956 a aquellos estudiantes del Mundo Exterior que eran miembros de la Hermandad de los Siete Rayos que había autorizado el establecimiento de un Retiro Exterior en un valle oculto del Perú, y que dicho Santuario estaría situado al norte del Monasterio, su cuerpo gobernante, en el Lago Titicaca. La Hermandad tendría en adelante tres salidas para su servicio: 1. El Monasterio, Lago Titicaca (Retiro Interior). 2. La Abadía, el Valle Oculto, Perú. (Primer Retiro Exterior conocido con el nombre de Santuario Intermedio). 3. Prioratos. (Varios grupos no “traídos entre ellos” debido a que se los necesitaba en el mundo del materialismo como agentes de distribución para las palabras de la Gran Hermandad Blanca. Servirían en la calidad de Retiros Exteriores Secundarios).
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 22
Si oís el Llamamiento, si renunciáis a todo y venís al valle escondido, en verdad, un valle encantado por los antiguos moradores de la tierra con el nombre de Lugar de las Flores donde viven las Pequeñas Gentes de la leyenda, ¡venid, trayendo únicamente vuestra alma!
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 30
¡El hombre se sorprenderá mucho cuando descubra cómo sucedió la historia en realidad!
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 30
La antigua Orden de la Mano Roja ha trabajado a todo lo largo de la historia de la Tierra para conservar la Sabiduría Secreta, el Conocimiento Arcano. Los miembros de esta Orden son los guardianes del vasto depositorio de la Tierra que contiene tesoros más preciosos que el oro o las gemas. Son ellos quienes poseen los secretos que son la herencia del hombre en América del Sur.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 31
Los archivos de la historia de Mu y de su caída, del destino de Atlantis y de los secretos del iluminado Imperio Amazónico conocido en las leyendas con el nombre de Paititi y de los cíclopes que llegaron a la Tierra hace mil millones de años, y de los habitantes del espacio interestelar, existen en cámaras especiales que están ocultas en las grandes Ciudades Perdidas del inexplorado interior de la América del Sur. Si bien es cierto que nuestros hermanos del espacio nos enseñarán muchas cosas en la Nueva Edad, también nos dicen que es mucho mejor recobrar el así llamado conocimiento perdido de la Edad de Oro o Edad Saturnal de la Tierra en que los hombres hablaban con los dioses y los ángeles. Nos dicen que dicho conocimiento es nuestra verdadera herencia y pertenece a los hombres buscadores de la Verdad de la Tierra.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 32
¿Quién pudo tallar la piedra de tal modo que viendo una figura desde cierto ángulo las formas se modifican y arrojan sombras en el valle, donde, a medida que la luz cambia, extrañas criaturas se mueven como si estuvieran vivas?
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 37
Querido estudiante de Luz ¿no captas la visión que la Jerarquía Celestial desea que conozcamos? ¿No alcanzas a ver el futuro cuando los Hombres del Espacio y los Maestros de la Tierra para guiar al Remanente 16 que aún vive en este planeta? Como las catástrofes fueron causa de que el Conocimiento Arcano permaneciese escondido, harán ahora que el mismo Conocimiento sea revelado otra vez a los hombres que padecen de hambre espiritual. Pero no temas esos cambios que se producirán en el mundo.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 43
Desde la época en que los Hijos de los Dioses conocieron a las hijas de los hombres y el animal-hombre apareció en la Tierra, el hombre ha luchado por salir de la bestialidad y llegar a la angelidad. Pero el pensar equivocado ha de emerger porque los elementos se niegan a seguir siendo contemplados como lo han sido por milenios en la Tierra. ¡Los elementos! ¡Es vida inteligente!. Forman parte del Uno Infinito, y debido a que son parte del Uno Infinito ya no responderán más al pensar equivocado del hombre. Y se rebelarán, provocando grandes mareas e intensos vientos. ¡Millones de seres humanos han de perecer! Volverán a nacer en otros mundos apropiados a su nivel de progreso. Y debido al remanente que ha de quedar, la Tierra será purificada
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 46
¿Pues no hemos servido acaso incontables milenios en muchas tierras, bajo muchos nombres, bajo muchas razas?.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 61
Hablo con vehemencia porque lo que digo lo siento con vehemencia.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 87
Decidle lo siguiente a vuestro pueblo: Las gentes del espacio son seres tridimensionales como nosotros. No son fantasmas. Hay seres de otras dimensiones que están trabajando con la Confederación del Espacio, pero no se presentarán en vuestras salas de recibo. Son los mentores de los Hermanos del Espacio que vienen en forma física. Hemos afirmado antes que todos los seres espaciales no son tridimensionales. Aquellos que operan en las naves espaciales por encima de vuestro mundo se pueden ver, sentir y tocar lo mismo que vosotros, son tridimensionales. El universo de Dios está completamente ordenado. La razón por la cual se ven las naves espaciales se debe a que las gentes de los otros mundos todavía las necesitan y las construyen para viajar.
Juan Angel Moliterni
El Secreto de los Andes, página 87