Me gustaría poner en vuestro conocimiento algunos de los medios con los que yo creo podríamos reforzar a las personas amantes, tiernas, encantadoras y no ablandables. En primer lugar, el individuo amante ha de preocuparse de sí mismo. Esto es lo más importante. Y no quiero decir que deba encerrarse en su ego. Hablo de alguien que realmente se preocupe de sí mismo, que diga: “Todo se filtra a través de mí, de modo que cuanto más me desarrolle, tanto más tendré para dar. Cuanto mayor sea el conocimiento, tanto más tendré para dar. Al aumentar la comprensión, mayor será mi habilidad para enseñar a los otros y para convertirme yo mismo en el ser humano más tierno, más maravilloso, más bello y más fantástico del mundo.”

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 18


La educación debería consistir en el proceso de ayudar a todos para que cada uno descubra su singularidad personal para enseñarle a desarrollar esa cualidad, y después mostrarle cómo compartirla, puesto que ésa es la única razón de poseer algo. Inmaginemos lo que sería este mundo si, a lo largo de todo el camino, la gente se dirigiera a ti diciéndote:
-Es bueno que seas único; es bueno que seas diferente. Muéstrame las diferencias para que, a lo mejor, yo aprenda de ellas.
Pero seguimos viendo que los procesos, una y otra vez, intentan que todo el mundo sea igual.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 19


Las etiquetas son un fenómeno distanciador. Nos empujan, alejándonos los unos de los otros.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 24




Al discutir el amor, sería conveniente considerar las siguientes premisas:

Uno no puede dar lo que no posee.
Para dar amor has de poseer amor.

Uno no puede enseñar lo que no comprende.
Para enseñar amor hay que comprender el amor.

Uno no puede conocer lo que no ha estudiado.
Para estudiar el amor has de vivir en el amr.

Uno no puede apreciar lo que no reconoce.
Para reconocer el amor has de estar receptivo al amor.

Uno no puede dudar sobre aquello en que desea confiar.
Para confiar en el amor tú debes estar convencido del amor.

Uno no puede admitir aquello a lo que no se rinde.
Para rendirte en el amor has de ser vulnerable al amor.

Uno no puede vivir aquello a lo que no se dedica.
Para dedicarte al amor has de estar siempre creciendo en amor.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 43-44





La consideración de una madre levantándose durante la noche y cuidando de su hijo, o llevando a cabo el millar de tareas exigidas a una madre del siglo XX, por ejemplo, puede ser sencillamente el sentimiento de satisfacción por haber creado una vida, o la sonrisa del niño, o por el calor del niño, acurrucado junto a ella. Pero, a pesar de ello, necesita esa compensación, o abandonaría al niño. Según cómo satisfagan estos actos sus necesidades, así responderá ella. Se ha observado que, en el caso de madres de niños autistas, totalmente incapaces de responder, las madres tienen tendencia a abandonarlos, a sostener menos al niño, a acariciarle y mimarle menos y, generalmente, responden menos a su hijo.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 45


… la forma en que cada uno aprenda lo que es amor será determinada, de alguna manera, por la cultura en la que se eduque.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 48


Yo no querría formar sociedad con un arquitecto que posea pocos conocimientos sobra la construcción o con un agente de cambio que casi no conozca el mercado de la Bolsa. Y, sin embargo, formamos lo que esperamos sean relaciones amorosas permanentes con personas que apenas saben lo que es el amor. Ellos igualan el amor con el sexo, la atracción, la necesidad, la seguridad, el romance, las atenciones y un millar de cosas similares. Ciertamente, el amor es todo eso, y, no obstante, ninguna de esas cosas. Alguien, en una clase de amor, dijo: “Yo quisiera que ella pudiera amarme más y necesitarme menos.”
De modo que la mayoría de nosotros nunca aprendemos a amar. Jugamos al amor, imitamos a los amantes, tratamos el amor como un juego. No es extraño que muchos de nosotros nos muramos de soledad, nos sintamos ansiosos e insatisfechos, incluso en relaciones al parecer muy estrechas, y siempre estemos buscando que, sin duda, ha de estar ahí. “¿Es eso todo lo que hay?, pregunta la canción.
Hay algo más. Es esto sencillamente…, el potencial de amor ilimitado existe dentro de cada persona, ansioso por ser reconocido, esperando ser desarrollado, anhelante de crecimiento.
Nunca es demasiado tarde para aprender algo para lo cual tú tienes un potencial. Si deseas aprender a amar, has de comenzar por el proceso de descubrir lo que es el amor, descubrir las cualidades que hacen a una persona amorosa y cómo se desarrollan. Cada persona tiene su potencial para el amor. Pero el potencial nunca se desenvuelve sin trabajo. Y esto no significa dolor. El amor, especialmente, se aprende mejor en la maravilla, en el gozo, la paz, en el vivir.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 53-54



Muéstrame tu árbol. Muéstrame quién eres, y entonces sabré por donde puedo comenzar.



Tras un detenido análisis, podemos considerar que cada hombre está solo. Al margen de cuánta gente lo rodee, o de lo famoso que pueda ser, en los instantes más significativos de su vida es probable que el hombre se encuentre solo. El momento del nacimiento es un mundo “solo”, como lo es el momento de la muerte. Entre estas dos importantes ocasiones queda la soledad de los momentos de llanto, de lucha para el cambio, de decisión. Son momentos durante los que el hombre se enfrenta consigo mismo, pues nadie puede comprender realmente sus lágrimas, sus esfuerzos, o los complejos motivos que dictan sus decisiones. La mayoría de las personas permanecen esencialmente extraños, incluso para aquellos que los aman.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 55


El amor es como un espejo. Cuando se ama a otra persona, tú te conviertes en su espejo y él se convierte en el tuyo… Y reflejando cada uno el amor del otro, tú ves el infinito.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 58



Cada hombre vive el amor a su modo limitado y no parece relacionar la confusión y la soledad resultantes con su falta de conocimientos sobre el amor.

Pág. 59


… el temor a la soledad y la falta de amor es tan grande en la mayoría de nosotros que es muy posible que nos convirtamos en esclavos de este miedo. Si ocurre así, estamos dispuestos a separarnos incluso de nuestro propio yo, cualquier cosa, para salir al encuentro de las necesidades de otra persona y, d esta manera, esperamos ganar una compañía íntima para nosotros.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 59-60


Casi todos nosotros continuamos comportándonos como si el amor no fuese algo que se aprende, sino que parece que está dormido en cada ser humano y, sencillamente, espera surgir en pleno florecimiento en algún momento místico de clarividencia. Muchos aguardan ese momento toda la vida. Parece que rehusamos enfrentarnos con el hecho obvio de que la mayoría de nosotros pasamos nuestra vida intentando encontrar el amor, intentando vivir en el amor, y muriendo sin haberlo descubierto realmente.

Pág. 59


"Si un hombre tuviera que perseguir en la calle su propio yo, ¿qué tipo de pensamientos guiadores tendría sobre su cambio de existencia? Quizá descubriría que su cerebro todavía no está muerto, que su cuerpo aun no se ha desecado, y que a pesar del punto en que se hallara en aquel momento, es todavía el creador de su propio destino. El puede modificar ese destino tomando la firme decisión de cambiar formalmente, luchando contra su resistencia mezquina al cambio y al temor, aprendiendo más sobre su mente, intentando seguir una conducta que satisfaga sus propias necesidades, realizando actos concretos y no limitándose a teorizar sobre ellos (yo tengo fuertes convicciones al respecto... dejemos, de hablar y comencemos a actuar), utilizando la vista, el oído y el tacto como nunca lo había hecho, creando algo con sus propias manos sin exigirse perfección, descartando las maneras de pensar autodestructivas, escuchando las palabras que dirige a su esposa, sus hijos y sus amigos, escuchándose a sí mismo, escuchando las palabras y mirando a los ojos de aquellos que le hablan, aprendiendo a respetar los procesos de sus propios encuentros creativos y teniendo fe en que ellos lo llevarán pronto a alguna parte. Hemos de recordarnos, sin embargo, que no hay camino posible sin un trabajo duro y sin ensuciarse las manos. No existen fórmulas ni libros que memorizar sobre el desarrollo de la personalidad. Sólo puedo decir: Existo, soy, estoy aquí, estoy transformándome, haciendo mi vida y nadie más lo hace por sí. Debo asumir mis propios defectos, errores transgresiones. Nadie puede sufrir como yo por mi no-ser, pero mañana será otro día, y debo decidir levantarme de mi lecho y vivir de nuevo. Si fracaso, no tengo el consuelo de culpar a otro, a la vida, a Dios."

Zinker, final de un documento que tituló On Public Knowledge and Personal Revolution. Tomado del libro de Leo Buscaglia "Amor, Ser Persona", pág. 55-56. Ed. Plaza/Janés.


La cultura y la sociedad, tienen el poder, si nosotros decidimos formar parte de ellas, para afectar a nuestros pensamientos, limitar nuestras selecciones, moldear nuestra conducta, enseñarnos su definición de ajuste y mostrarnos lo que quiere decir con la palabra amor.

Pág. 65


El niño está continuamente a merced de sus maestros; del ambiente en el que vive y de aquellos individuos con los que entra en contacto. Todos ellos son responsables de enseñarle a amar. Sus padres, por supuesto, serán sus maestros más influyentes. Ellos causarán el mayor impacto en el niño, y le enseñarán únicamente la clase de amor que ellos han aprendido y sólo en el grado en que lo han aprendido. Ya que ellos, también, han estado a merced de sus maestros y su cultura. Los maestros solamente pueden enseñar aquello que han aprendido. Si el amor aprendido es inmaduro, confuso, posesivo, destructivo, exclusivo, así se lo transmitirán y enseñarán a sus hijos. Si, en cambio, han conocido un amor creciente, libre, maduro, ése es el amor que enseñarán a sus hijos. El niño no puede resistirse a sus maestros, tiene muy poco o ningún poder para hacerlo. A fin de poder sentirse mínimamente cómodo, debe aceptar lo que se le ofrece. De hecho, es capaz de hacer pocas preguntas porque posee escasos conocimientos, y nada para poder comparar. Se le administra su mundo a cucharadas, se le entregan las herramientas para atender sus demandas y los símbolos con los que organizarlo. Incluso se le enseña qué cosas son importantes, y cuáles no tienen valor, los sonidos que ha de escuchar y lo que significan. En otras palabras, se le enseña a ser un tipo determinado de amante humano. Para ser amado en correspondencia solamente ha de escuchar, ver y contestar como los otros hacen. Es una cuestión sencilla pero el precio que paga su individualidad es muy grande.

Pág. 66-67


Solamente cuando el amor exige es cuando produce aflicción.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 68





La mayoría de nosotros nunca aprendemos a amar. Jugamos al amor, imitamos a los amantes, tratamos el amor como un juego. No es extraño que muchos nos muramos de soledad, nos sintamos ansiosos e insatisfechos, incluso en relaciones al parecer muy estrechas, y siempre estemos buscando en otras partes algo más que nosotros sentimos que, sin duda, ha de estar ahí... Nunca es demasiado tarde para aprender algo para lo cual se está capacitado potencialmente. Si deseas aprender a amar, has de descubrir lo que es el amor, las cualidades que hacen a una persona amorosa y cómo se desarrollan. Cada persona tiene su potencial para el amor, pero aquél nunca se desarrolla sin esfuerzos; esto no significa dolor. El amor, especialmente, se aprende mejor en la maravilla, en el gozo, la paz, en el vivir.

Pág. 72-73


El amor es activo, no pasivo. Está continuamente comprometido en el proceso de abrir nuevas puertas y ventanas para que puedan ser acogidas nuevas ideas y preguntas. Comparte en conocimiento y ofrece un terreno de prueba para poner en práctica lo que se ha aprendido. Prepara una mesa apetitosa, atrayente, de sibarita, pero no puede obligar a nadie a comer. Concede a cada uno la libertad de seleccionar y rechazar de acuerdo con sus gustos. El amor se ofrece como un ágape continuo del que nutrirse, y cuanto más se ingiera y digiera, tanto más vigorosas serán nuestras energías. No podemos excedemos en la nutrición, pero tendremos más que ofrecer cuando los otros acudan a la fiesta. El potencial del amor es ilimitado.

Pág. 92



El amor auténtico siempre crea, nunca destruye. En esto radica la única promesa del hombre.



El amor es siempre cambiante y requiere un continuo aprendizaje.


Un amante está siempre alerta, atento, escuchando, esperando, sintiendo, ajustándose, reajustándose y cambiando.



Cuando el amor es verdaderamente responsable, uno tiene el deber de amar a todos los hombres. El hombre no tiene otra alternativa sino aceptar este deber, pues, cuando no lo hace, descubre que sus alternativas están en la soledad, la destrucción y la desesperación. Asumir esta responsabilidad es, para él, llegar a un compromiso con el encanto, el misterio y el crecimiento. Es una dedicación al proceso de ayudar a los otros a darse cuenta de su propio amor a través de él. Hablando sencillamente, ser responsable en amor, es ayudar a los otros hombres a amar. Ser ayudado hacia la realización de tu amor, es ser amado por los otros hombres.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 100

Trabajar en amor es trabajar en alegría. Vivir en amor es vivir en alegría.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 103




La mayor cosa que un hombre puede ser es ser humano, con la fortaleza y la fragilidad que eso significa.
El hombre tiene voluntad y, por este motivo, guía su vida en buena parte. Los efectos devastadores de las fuerzas externas no se experimentan con frecuencia a lo largo de toda una vida. De modo que el hombre es libre de utilizar sus poderes internos para crear su propia vida. Puede escribir su propio diálogo, rodearse con los actores que él escoja, pintar su telón de fondo y arreglar su música ambiental. Entonces, si no le gusta la comedia que ha creado para sí, solamente podrá culparse a sí mismo, pero incluso en ese caso puede escoger: puede salir del escenario y producir una nueva comedia. Un hombre libre sigue siendo libre incluso en la prisión más oscura. La mayoría de la gente desesperada tiene poco conocimiento y menos voluntad para mejorar un poco sus cosas. Están convencidos de que todo es inalterable. Mientras el hombre tenga voluntad, seguirá disfrutando de algún control sobre sus reacciones, respuestas y decisiones. En este aspecto puede asumir la responsabilidad de su propia vida. No está solamente a la merced de fuerzas superiores, pues él mismo es una fuerza poderosa.

Pág. 102


A menudo, el hombre está tan convencido de lo que los otros creen, dirán o pensarán, que cesa de escuchar lo que él cree, piensa o dice.


Somos mucho menos de lo que podríamos ser.


El amor responsable necesita expresión. Amor es comunicación. Así como el hombre debe asumir la responsabilidad de expresar su alegría, de la misma manera es responsable en dejar que su aflicción y su soledad sean conocidas. En la realidad, parece que cuanto más miserable se siente uno, tanto más construye defensas y racionalizaciones, y alza muros detrás de los cuales gruñir. Es un incomprendido. No le aman. Se abusa de él. Se le explota. En otras palabras, cuanto más parece necesitar un amor comprensivo, tanto más se aleja de cualquier posibilidad de recibirlo. El “síndrome de hacer pucheritos” es un perfecto ejemplo de esto. Si uno necesita algo, ha de permitir que los demás conozcan su necesidad, o es posible que nunca sea satisfecha.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 104



Cada vez más, da la impresión de que estamos perdiendo la alegría de la espontaneidad  la admiración hacia la espiritualidad. Parece habernos alienado el hecho de que todos formamos parte de todo y de todos, y nos hemos retirado hacia el egocentrismo y el provincianismo. Como resultado, nosotros, y el mundo en que vivimos, en gran parte, seguimos teniendo un potencial no desarrollado. Somos mucho menos de lo que podríamos ser.
La existencia se parece a un intrincado tapiz en el que ninguna parte puede quedar sin realizar si hemos de experimentar la sublime totalidad. En este sentido, ninguna vida es más o menos signifiativa que cualquier otra, ni ninguno de nosotros es más o menos responsable, puesto que, en cada uno de nosotros, radica una parte vital del todo. A menos que todos asumamos la responsabilidad de actualizar nuestras existencias viviendo como personas en completo funcionamiento, perpetuaremos la larga historia e incorregible pérdida de posibilidades, que por sí solas pueden consumar el cuadro. Continuaremos alentando preocupaciones hacia nosotros mismos y hacia los demás, y la pregunta de Confucio "¿Por qué el mundo se inquieta por sí mismo? Todos los caminos conducen al mismo lugar. Todos los pensamientos llevan a las mismas conclusiones. ¿Por qué el mundo se preocupa por sí mismo?", persistirá.”

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 135-136


Con frecuencia se dice que la mejor señal de nuestra madurez radica en nuestra habilidad para constituir unas crecientes, significativas y duraderas relaciones.

Leo F. Buscaglia
Amor/Ser persona, página 181




La existencia se parece a un intrincado tapiz en el que ninguna parte puede quedar sin realizar si hemos de experimentar la sublime totalidad. En este sentido, ninguna vida es más o menos significativa que cualquier otra, ni ninguno de nosotros más o menos responsable, puesto que, en cada ser humano radica una parte vital del todo. A menos que todos asumamos la responsabilidad de actualizar nuestras existencias viviendo como personas en completo funcionamiento, perpetuaremos la larga historia e incorregible pérdida de posibilidades, que por sí solas pueden consumar el cuadro.

Pág. 174


Cuanto más prendo acerca de la gente y del mundo en que vivo, más incapaz me siento de expresar a los demás lo que he aprendido.

La muerte no es nada más que el agotamiento de un tiempo prestado.
Si debe descubrirse el significado de la vida, es algo intrínseco a cada etapa que asumamos el desafío de actualizar cada momento de cada día mientras lo vivimos.

Pág. 233


Los sueños no realizados son la principal causa de un dolor inútil. Tal vez, si permitiésemos que la gente y el mañana nos deparase sorpresas, hallaríamos, como por casualidad, valores insospechados.

Pág. 300


Nuestras vidas son documentos originales que sólo nosotros podemos crear, y, o bien los creamos, o nunca existirán.

Pág. 51


Son muchas las personas que han arrastrado consigo un dolor inútil, durante la mayor parte de sus vidas, un dolor con el que nunca se han enfrentado, o resuelto, y que, a través de los años, ha hecho acumularse fuertes sentimientos de amargura, miedo, odio y venganza; todo esto, incluso después del dolor, o su causa, ha sido olvidado. Ha servido sólo para volverlos suspicaces, insensibles y escépticos. Cuando nos aferramos al dolor, acabamos castigándonos a nosotros mismos.

Pág. 311