Campos del sur

"Campos del Sur, abierta patria mía.
Quiero decir su elogio en vaso de oro:
Canto a su augusta plenitud de toro,
A sus cielos brillantes como el día;

Canto a la innumerable tropelía
De la cachirla y al chajá sonoro,
Y aquí mi verso celebrante honoro:
Canto al perfil rotundo de la hombría.

Canto al bagual elástico, a las rubias
Parvas de la abundancia, y a la entrega
Frutal de un cielo generoso en lluvias,

Campos del Sur, países de la aurora
Por no mirarlos tengo el alma ciega;
Mi infancia, de rodillas, aún los llora."

José María Castiñeira de Dios


De la nostalgia

"Al fondo de la tarde
recalaban los pájaros.
Mi corazón andaba como un río entre pulpas
vegetales; corría
con la boca abrasada
por las nubes profundas;
vadeaba unos remansos iguales al silencio
para salvar su música.

Nauta de aquellas aguas mi corazón quería
ser un río en la tierra.

Allí me hizo su huésped
la Nostalgia.
A su vera
se alzaba un caserón de paredes pluviales
y a su nombre los pájaros
morían sin piar
bajo el viento rasante.
Yo me acogí a su reino
y sometí mi vida, mi pasión y mi muerte
a su oscuro mandato.

Oh Señora implacable: de tus manos sin huesos
recibí esta doliente figuración del mundo,
esta forma apenada
que transita mi sangre."

José María Castiñeira de Dios


Eva Perón

Dice, desde el Cielo
"Volveré y seré millones"

Aunque la muerte me tiene
presa entre sus cerrazones
Yo volveré de la muerte,
volveré y seré millones.

Yo he de volver, como el día,
para que el amor no muera,
con Peron en mi bandera,
con el pueblo en mi alegría.
¿qué pasó en la tierra mía
desgarrada de aflicciones?
¿Por qué están las ilusiones
quebradas de mis hermanos?
Cuando se junten sus manos
volveré y seré millones.

Pido un lugar en tu pecho
y aunque lo tengo ya sé
que me das lo que se ve:
sólo un corazón deshecho.
¡Tanto es el mal que te han hecho,
mi pueblo, con sus traiciones
que claman los corazones
y me llaman y ya voy,
desde la muerte en que estoy
presa entre sus cerrazones.

Tantos rostros, tanta pena,
tanta espiga de dolor
y la vida alrededor
con su cepo de condena.
Ya tu suerte me enajena,
pueblo mío, y me sostiene
sólo el amor con que viene
tu llamado hasta mi ausencia;
yo volveré a la querencia
aunque la muerte me tiene.

Yo he de volver, como sea,
junto al pueblo dolorido,
con mi fervor encendido
convertido en una tea
Y sin que nadie me vea,
sin que el opresor se alerte
no el cancerbero despierte
ventearé casa por casa;
para reavivar la brasa
yo volveré de la muerte.

Toda mi vida es un río
que anda rodeando la tierra
con ese pendón de guerra
que sólo al pueblo confío.
¡Mi pueblo, este signo mío,
este amor sin más razones!
Presa entre sus cerrazones
y porque soy libre y fuerte,
yo volveré de la muerte,
volveré y seré millones.

José María Castiñeira de Dios


Plegaria en la noche

 Señor, que nunca me negaste nada,
nada te pido para mí, te pido
sólo por cada hermano dolorido,
por cada pobre de mi tierra amada.

Te pido por su pan y su jornada,
por su pena de pájaro vencido,
por su risa, su canto y su silbido,
hoy que la casa se quedó callada.

Te pido, con palabras de rodillas,
una migaja de tus maravillas,
un mendrugo de amor para sus manos,

una ilusión, sólo una puerta abierta;
hoy que la mesa se quedó desierta
y lloran, en la noche, mis hermanos.

José María Castiñeira de Dios




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