El amor completo, el que incluye pasión (eras), amistad (philia) y ternura (ágape), no llega de improviso como un demonio o un ángel que se apodera de nosotros, también existe la voluntad de amar o de no amar. No sólo el amor nos "posee", también lo poseemos a él: nadie es víctima del amor sin su propio consentimiento.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 2


¿Quién dijo que hay que soportarlo todo o resignarnos a una vida insulsa y sin sentido, por amor? ¿De dónde sacamos que para el amor no hay ley? No sólo traspasa los límites racionales del amor quien vulnera los principios de la persona supuestamente amada, sino quien acepta sumisamente el desamor, la descalificación, el engaño o cualquier otra forma de ofensa. Si nunca te indignas con tu pareja, pueden pasar dos cosas: o vives en el autoengaño o estás viviendo con un santo o una santa, lo cual es igualmente preocupante.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 3



En realidad, no sé si Dios es amor, pero de lo que estoy seguro es que el amor interpersonal, el que nos profesamos en el día a día, aquí en la Tierra, está bastante lejos de cualquier deidad.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 5



El amor no lo justifica todo, no es Dios, aunque hayamos establecido esa correlación a través de los tiempos.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 7


Acoplarse a las exigencias razonables de cualquier relación afectiva, acercarse al otro sin perder la propia esencia, amar sin dejar de quererse a sí mismo, requiere de una revolución personal, de cierta dosis de subversión amorosa que permita cambiar el paradigma tradicional del culto al sacrificio irracional por un nuevo esquema en el que el auto-respeto ocupe el papel central. ¿Amar con reservas? Sí, con la firme convicción de que amarte no implica negociar mis principios.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 12


¿Cuándo pierde el amor su sentido vital? Al menos, en tres situaciones: primero, cuando no te quieren; segundo, cuando tu realización personal se ve obstaculizada; y, tercero, cuando se vulneran tus principios. Dicho de otra forma: estaré a tu lado .siempre y cuando me sienta amada o amado, pueda llevar adelante mis proyectos de vida y no vulneres mis principios y valores. De no ser así, el amor y la pareja deberán entrar en cuarentena.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 13




Platón definía la política como el arte de vivir en sociedad.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 12




Lo que te hace evolucionar es un regalo, lo que te lleva a involucionar es un estorbo.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 17


Aunque pueda parecer evidente para un observador imparcial, en el ojo del huracán, la tormenta no se percibe, el clima parece apacible y tranquilo. El autoengaño y la ignorancia funcionan de manera similar. A veces estamos tan embotados, tan acostumbrados al sufrimiento que no nos damos cuenta. Cuando esto ocurre, el dolor funciona como las termitas: por fuera, la casa luce como nueva, pero mientras tanto sus cimientos están siendo carcomidos lentamente. La, mente puede acostumbrarse a la tristeza y a la ansiedad hasta considerarlas normales.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 22


¡Benditos sean los silencios amigables, el consentimiento implícito que acompaña una sonrisa o el gesto afirmativo que no modula! Una buena pareja no habla tanto como la gente cree, sino lo suficiente para mantener vivo el interés.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 23


Para resolver los problemas de cualquier relación necesitamos, además del afecto, otras habilidades cognitivas y comportamentales, como, por ejemplo, estrategias de resolución de conflictos, paciencia, gestión pacífica, aprender a ajustar las diferencias individuales, establecer alianzas y acuerdos amorosos y competencias por el estilo.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 27



Si privilegiamos siempre el sentimiento sobre la razón, estaremos predispuestos a pasar fácilmente de la ilusión a la desilusión.

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Los límites del amor, pág. 28


Cuando hablo de racionalidad afectiva, sobre todo en las malas relaciones, no me refiero a que debamos "saber" por qué amamos a alguien, sino "por qué" no deberíamos amarlo, que es, sin duda, más importante y esclarecedor.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 29



Se puede amar en el adiós.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 30



El único amor estable que puedo concebir es aquél que surge de los acuerdos, la amistad de pareja y la afinidad en algunos intereses básicos.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 3



Llámese casorio, noviazgo o relación de amantes, la "atención despierta", al mejor estilo budista, es imprescindible para sobrevivir en pareja.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 32



Una buena separación es siempre mejor y más saludable que un mal matrimonio, no solamente para la pareja sino también para los hijos.

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Los límites del amor, pág. 38


El miedo al futuro y la incertidumbre ante lo que vendrá hacen que muchas personas se paralicen y no sean capaces de tomar decisiones acertadas. ¿Por qué cuando traspasamos los límites del amor maduro y entramos en una relación enfermiza, aun a sabiendas de lo que ocurre, no hacemos nada al respecto? Una de las razones es el miedo al futuro; a lo desconocido, a equivocarse, a sentir culpa, a arrepentirse y a la soledad afectiva. La expectativa de un porvenir incierto hace que se prefiera lo malo a lo posible.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 43





Ciertas mujeres se sienten especialmente atraídas por hombres débiles, inútiles, con problemas de adicción, acomplejados, fracasados, pobres o que viven "cuesta abajo". Estos varones desprotegidos y abandonados ejercen sobre ellas una extraña fascinación: rescatarlos del pantano y ponerlos en orden. Es el papel de la redentora que confunde el amor con la asistencia social. Para colmo, estos varones en decadencia son supremamente hábiles para detectar y conquistar a cuanta mujer/niñera pase por su lado, basta con mostrar su mejor rostro de chiquillo desvalido. Una vez instalados en el regazo de su mecenas de turno, se aferran a la fuente de seguridad con la típica angustia de separación del niño temeroso. Así, la relación afectiva adquiere tintes de adopción y madrinazgo. La metáfora: la mujer/madre y el hombre/niño. El asunto se complica con el paso del tiempo, porque la no retribución va generando, en la nodriza amorosa, resentimiento y cansancio, ya que el infante piensa que no tiene nada qué agradecer y mucho qué exigir. Estos varones empequeñecidos se relacionan por medio del chantaje emocional y de las rabietas infantiles. Además, existen dos complicaciones adicionales para la mujer atrapada en estos vínculos casi incestuosos: ¿cómo hacer el amor con un "hijo adoptado" sin entrar en pánico? Y ¿cómo abandonar un "hijo adoptado" sin sentirse mala? Culpa anticipada, miedo y lástima, todo revuelto, con altas dosis de amor maternal y deseo sexual en descenso. Mientras tanto, el espíritu de sacrificio sigue su decorosa marcha; ayuda al por mayor, servicio, donativos y caridad, pese a que la mejoría del varón brilla por su ausencia.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 56


Síndrome de la nodriza: La ayuda compulsiva o codependencia

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 54


Síndrome de la geisha: La complacencia ilimitada

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 60



El término "servidumbre" debe asimilarse al de sumisión, a una actitud que se opone a la autonomía y la independencia. Por eso, la servidumbre o el servilismo psicológico no debe confundirse con la virtud de la humildad: el humilde no se considera superior, mientras que el servil ha dejado de quererse a sí mismo o ha comenzado a odiarse.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 63



Si estás profundamente convencida de que tu misión en la vida es ser la administradora del hogar, mientras el "dueño" de la "empresa familiar" es tu media naranja, no tienes una relación afectiva, sino una "relación laboral".

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 68


A manera de resumen, y para que no te genere estrés el tema, te menciono a continuación algunas características básicas que tiene una pareja individualista responsable. Como veras, representan ciertas ventajas importantes:
• Estimula la reciprocidad, para que no se anule el "yo" de parte y parte.
• No descarta emociones como la compasión, la empatía u otros sentimientos de aproximación.
• Promueve el desarrollo del potencial humano.
• Al ser racional y razonable, no renuncia a su sentido de Justicia.
• Siempre busca el consenso.
• Por definición, es pluralista, ya que concibe el mundo como un conjunto de autoconciencias entrelazadas.
• Siempre respeta las propias preferencias e inclinaciones, hacia ambos lados.
• Se preocupa por la pareja cuando realmente vale la peña hacerlo, ya que distingue la preocupación sana de la obsesiva.
• Reconoce y exige los derechos humanos.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 71


Propongo dos cambios básicos en la manera de concebir el amor: 1. Revisar nuestra mitología del amor de pareja y reemplazar algunos de los valores tradicionales (fusión/comunión, generosidad y deber) por otros más orientados a fomentar el bien común y más adaptados a nuestros tiempos (solidaridad, reciprocidad, autonomía). Llamaré a esta modalidad amor democrático (cuya inspiración es la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano: libertad, igualdad, fraternidad). 2. Incluir en las relaciones afectivas los derechos humanos, considerando que lo privado, lo que ocurre de puertas para adentro, también debe ajustarse a los principios que definen la dignidad de las personas (respeto, consideración y no dominación). Llamaré a esta modalidad amor digno (cuya inspiración es la Declaración Universal de los Derechos Humanos). Si una relación afectiva se mantiene dentro de los principios del amor democrático y del amor digno, además de contar con el soporte sentimental, será placentera, alegre, incitante y; estable. La pasión no tiene por qué perderse y puede seguir siendo horizontal, dentro y fuera de la cama. Si haces el amor “democráticamente", sentirás que tú también cuentas, que tu ser está tan presente como el deseo que te impulsa. Si haces el amor con "dignidad", nunca te convertirás en un objeto sexual. Y una vez asegurados estos dos pilares, podrás enloquecerte hasta donde se te dé la gana, porque existirá en ti la profunda f convicción de que no harás lo que no quieras hacer.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 76


Las relaciones de pareja pueden ser consideradas una comunidad amorosa de dos, una díada, donde los miembros se afectan mutuamente y establecen vínculos de correspondencia. La relación comunitaria se basa en lo que tenemos en común y no en una concordancia absoluta. El amor de dos es un intercambio de información, emociones, ternura y fluidos.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 80





Tu relación es solidaria cuando: En los momentos difíciles de la pareja, los dos están presentes. Cada uno se preocupa por el bienestar del otro. Cada quien defiende al otro y la relación, si se ven amenazados de cualquier forma. Ninguno de los miembros cuenta intimidades a extraños que puedan afectarlos. Ambos se hacen cargo de las responsabilidades asumidas y están al tanto de lo que le ocurre a la otra persona. Ninguno desprestigia al otro, ni a la relación. Luchan hombro a hombro por las metas comunes, sin recostarse en el otro. Cada cual siente que puede contar con el otro. Los dos se toman en serio. Ninguno subestima los problemas que pueda tener la relación. No es solidario contigo quien hace caso omiso de tus intereses, los subestima o no hace un esfuerzo para comprenderías, pese a tus pedidos y redamos racionales.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 81



Tu relación se basa en la reciprocidad cuando: El intercambio afectivo y material es equilibrado y justo. Los privilegios son distribuidos equitativamente. El acceso a los derechos y deberes es igual de parte y parte. Ninguno de los miembros intenta sacar ventajas o explotar al otro. No hay la sensación de "estafa" afectiva. No tienes que recordarle a tu pareja lo que necesitas. Ninguno piensa que merece más que el otro. Existe una correspondencia mutua sobre lo fundamental. Tu pareja no es recíproca, si no le importa lo que piensas y sientes. En el amor, el que da, casi siempre espera recibir o tiene expectativas al respecto, Es el equilibro natural del amor justo y equitativo.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 82


¿Habrá mayor placer que amar con independencia? Al amor juramentado y vuelto a juramentar le falta espontaneidad (…) El amor sano no es una tabla de mandamientos ni un listado de códigos, sino un proceso vital de descubrimiento y crecimiento personal. Amas a una persona cuando respetas su capacidad de crearse a sí misma.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 84


Tu relación es libre y autónoma cuando:

• Puedes disponer de tu tiempo y tus cosas.
• Expresas tus puntos de vista cómodamente.
• Puedes desarrollar tus actividades tranquilamente.
• No debes pedir permiso.
• Las obligaciones no te asfixian.
• Tu pareja no te vigila.
• Sientes que creces como persona. No debes justificar y explicar cada comportamiento frente a tu pareja como si fuera un juez.
• Obras de acuerdo con tus decisiones.
• Puedes expresar el amor como quieras.
• Tu pareja escucha seriamente tus quejas. No respeto tu autonomía, tu libertad y tu independencia quien te quita la posibilidad de actuar, querer o conocer de acuerdo con tu buen entender y parecer.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 85


Expresiones como: "Me perteneces" o "Eres mía o mío" no son otra cosa que la sintomatología de una necesidad imperiosa de posesión que suele traducirse en emociones destructivas, como los celos, el rencor, la ansiedad o la depresión.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 85





Aunque no siempre sea fácil lograrlo, el amor digno se ubica en un punto medio entre "ser totalmente para el otro" y "ser totalmente para sí". No es excluyente, sino asertivo, en tanto es capaz de discernir claramente el territorio de sus reivindicaciones y de marcar límites. El concepto del amor digno descansa sobre dos pilares que la cultura del amor incondicional ha desechado: el respeto y la defensa de los derechos humanos. La máxima que lo rige es tajante: "Si no eres capaz de amar y que te amen con dignidad, mejor no ames". De la tolerancia al respeto ¿Hay que tolerarlo todo? Obvio que no. Al igual que cualquier principio de vida, la tolerancia tiene sus límites.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 85



Recuerda: de la tolerancia a la estupidez sólo hay un paso, y es la ingenuidad.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 87


La intromisión indebida en la mente de un individuo es quizás la peor forma de violencia, porque la víctima no siempre se da cuenta de lo que está ocurriendo y puede acostumbrarse a los ataques. No sólo hay una permisividad cultural del maltrato psicológico y del acoso moral, también existe en las personalidades débiles una resignación a la tortura psicológica que a veces Sorprende.


Walter Riso
Los límites del amor, pág. 88


Una relación sólidamente estructurada, cuyo vínculo está guiado por un propósito determinante, requiere de la buena distribución de eros, philia y ágape. Amor justo y digno, bajo los auspicios del erotismo y la ternura, tan honesto como alegre, tan respetuoso como arrebatador. Un amor sensible, compasivo y seguro que se mueva dentro de los derechos humanos, sin vestigios de esclavitud o servilismo, es una de las experiencias más maravillosas que nos puede ofrecer la vida. Y lo opuesto, la entrega enfermiza y el sometimiento decadente en nombre de un amor descabellado es una de las formas más tristes de autodestrucción. Depende de cada uno de nosotros elegir el camino.

Walter Riso
Los límites del amor, pág. 92


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