"El hombre moderno ha sido absorbido por una masa de material impreso que, lo haya solicitado o no, le es entregado en su buzón o al atravesar las puertas de su casa. En un principio los impresos de hoy se diferencian de los antiguos menos en la forma que en la cantidad. Pero a medida que la cantidad se incrementa, la forma a su vez empieza a cambiar: la velocidad con la que los modernos consumidores de impresos deben absorber estos hace que la forma de los impresos deba adaptarse a las condiciones de la vida moderna. Como norma nosotros no solemos leerlos tranquilamente línea a línea sino más bien echando un vistazo general y sólo si logra captar nuestro interés pasamos a leerlo en detalle.

La forma y el estilo de la tipografía antigua estaba adaptada a las necesidades de sus lectores, que disponían del tiempo suficiente para leer línea a línea de una manera sosegada. Para ella, la función todavía no jugaba ningún papel significativo. Por esta razón la tipografía antigua tenía menos que ver con la función que con lo que era conocido como «belleza» o «arte» y por esto los problemas estéticos (elección del tipo, mezcla de tipos y ornamentos) dominaban sobre cualquier consideración sobre la forma. Es por esta razón que la historia de la tipografía desde Manuzio no es más que la búsqueda de la claridad de la apariencia (la única excepción comienza en el periodo de Didot, Bodoni, Baskerville y Walbaum) encarnado en el desarrollo de tipos históricos y ornamentos.

Esto dejó para nuestra época encontrar una respuesta al problema de la forma o diseño. Mientras que hasta ahora la forma ha sido considerada como algo externo, un producto de la «imaginación artística» hoy estamos más cerca de reconocer su esencia a través de los renovados estudios de la naturaleza y más especialmente de la tecnología (que es solamente un tipo especial de naturaleza). Ambas, naturaleza y tecnología, nos enseñan que la forma no es independiente sino que depende de la función (propósito), independientemente de los materiales utilizados (orgánicos o técnicos) y de como hayan sido estos utilizados. Así es como se originaron las maravillosas formas de la naturaleza y las igualmente maravillosas formas de la tecnología.
Asimismo, podemos describir las formas creadas por la tecnología también como orgánicas (en un sentido intelectual) al igual que las creadas por la naturaleza, pero lo normal es que mucha gente vea solamente las formas superficiales de la tecnología, que admiren su belleza – de aeroplanos, coches o barcos- en vez de reconocer que la perfección de su apariencia es debido a la precisa y económica expresión de su función.

Durante el proceso de elaboración de la forma ambas, tecnología y naturaleza, usan las mismas leyes de economía, precisión, mínima fricción y más. La tecnología por su propia naturaleza nunca puede ser un fin en si misma, sino un medio para conseguir un fin y puede, por esto, forma parte de la vida espiritual de los hombres sólo indirectamente mientras que los restantes campos de la creatividad humana se elevan por encima de las formas puramente funcionales o técnicas.
Pero ellas también, siguiendo las leyes de la naturaleza, se orientan en busca de la claridad y pureza de su apariencia. De este modo, el descarte por parte de la arquitectura de las fachadas ornamentadas y los muebles decorados y el desarrollo de sus formas derivadas de la función del edificio hace que estos se construyan no de fuera hacia adentro, sino de dentro hacia afuera, el camino natural.

Así también la tipografía se libera de sus formas superficiales y formalistas del presente llamadas «tradicionales» y que son diseños que llevan largo tiempo fosilizados. Para nosotros, la sucesión de estilos históricos, reacciones encontra del Jugendstil o «Art Nouveau», no son más que pruebas de incompetencia creativa.
No puede, y no debe, servirnos de ayuda hoy en día la extrema inflexibilidad de la tipografía de siglos anteriores, ella misma condicionada por su propio tiempo. Nuestra era, con objetivos totalmente diferentes y con diferentes caminos y tecnologías disponibles, debe dictar nuevas formas externas. Aunque su significado es innegable, pensar hoy que la Biblia de Gutenberg representa un logro que nunca podrá ser alcanzado es una ingenua y romántica tonteria.
Si queremos realmente probar nosotros mismos el valor de los logros del pasado que son claramente significativos, debemos fijar que nuestro propios logros trasciendan a nuestro tiempo. Sólo podrán llegar a ser «clásicos» si son atemporales.

La esencia de la nueva tipografía es la claridad. Esto la pone en deliberada oposición a la antigua tipografía cuyo objetivo era la «belleza» y cuya claridad no tiene nada que ver con el alto nivel que se requiere hoy en día.
Esta extrema claridad es necesaria hoy porque las múltiples cantidades de impresos que reclaman nuestra atención, requieren una gran economía de expresión."

Jan Tschichold


"La forma y el estilo de la tipografía antigua estaba adaptada a las necesidades de sus lectores, que disponían del tiempo suficiente para leer línea a línea de una manera sosegada. Para ella, la función todavía no jugaba ningún papel significativo."

Jan Tschichold


"Tipografía perfecta es sin duda el más difícil de alcanzar de todas las artes. Escultura en piedra solo se le acerca en la obstinación."

Jan Tschichold










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