"Escribir: quitar con un cincel, lenta y tenazmente, capas de peso a las palabras viejas.
Escribir: acariciar la almendra resultante a manos llenas.
Escribir: trazar un territorio en el que desnudarse. 
Escribir: zambullirse entonces en el agua fresca.
Escribir: poner en los platos de una balanza los granos fértiles de lo vivido. Decidir hacia qué lado vale la pena tratar de inclinar el peso de las palabras.
Escribir el censo del mal para no olvidarlo en los días de calma. 
Escribir el censo del bien para no olvidarlo en los días de dolor.
Escribir: deslabazar diccionarios para sacar con pinzas de entomólogo todo hilo conductor de las ideas recibidas, de las connotaciones que lastran.
Escribir: componerlos de nuevo, sin ellas, en una tierna cábala.
Escribir con la ilusión nerviosa del que inventa nuevos dulces nombres en una carta de amor. 
Escribir con la revolucionaria firmeza del que incluye pensamientos políticos en una carta de amor.
Escribir: adoptar de los idiomas ajenos las palabras salvajes. Traducir de un lenguaje antiguo las memorias de la valentía. 
Escribir: sumarse a la cadena de fuerzas que empuñan un ariete para abrir una puerta.
Escribir: alzar un leve vuelo por encima de los días.
Escribir: amar. 
Escribir: llorar a veces, y a veces celebrar.
Escribir: andar.
Escribir denuncio. 
Escribir dudo. 
Escribir acompáñame."

Laura Casielles

No hay comentarios: