"Hablar con los muertos es fácil. ¡Claro que es una locura pensar así!, ¿verdad? Al menos en principio... Nadie en su sano juicio es capaz de aceptar sin más la posibilidad de que aún podamos conversar con amigos y familiares que ya han cruzado el Umbral. Sin embargo, amigo lector, estoy convencido de que tú mismo te asombrarías si supieras la cantidad de personas que no solamente creen en esa posibilidad sino que, además, afirman mantener fluidos diálogos con los espíritus.Te sorprenderías más aún si supie­ras que todo el mundo puede comunicarse con el más allá, de hecho, son millones de personas, entre ellas miles de niños y adolescentes, que han coqueteado con el miste­rio, llamando al «otro lado» y, lo más curioso de todo, recibiendo respuestas.
No me he vuelto loco, en absoluto. Imagínate, amigo lector, que esta inquietante posibilidad es una realidad. ¡Sería fantástico! Volver a tener noticias de aquellos que ya se marcharon. Hablar de nuevo con nuestros padres y hermanos, con nuestros hijos y abuelos, tener la posibilidad de mantener una conversación con personajes históricos, del calibre de Cristóbal Colón, Mozart o incluso Juana de Arco.
Sí. Yo también pienso que todo esto parece una auténtica locura. Quizá lo sea, pero hay miles de personas repartidas en todo el mundo que aseguran haber encontrado un sistema para comunicarse con el más allá. Realizan sus sesiones de espiritismo a diario, sin grandes rituales, sin preparativos complicados ya que, apa­rentemente, existe una forma muy barata y sencilla de coquetear con el Otro Lado, donde los espíritus se presentan para responder a nuestras preguntas o para lanzar mensajes determinados.
Curiosamente, ese mismo «sistema de contactól es utilizado por otras personas para recibir supuestas comunicaciones de seres extraterrestres y aquí es donde quizá tus labios dibujen una pequeña sonrisa irónica. ¡No es para menos!
¿Cómo es posible que un mismo instrumento, una misma herramienta, puede ser­vir para permitir el diálogo con los espíritus y, también, para mantener largas conver­saciones con alienígenas? Está claro que el fenómeno no parece muy serio. Pero lo es.
Desgraciadamente, toda la seriedad que podría tener un fenómeno de esta enver­gadura, desaparece cuando toca el turno de presentar el utensilio a utilizar: la ouija.
Probablemente es la única experiencia considerada paranormal que ha trascendido la frontera de la parapsicología para colarse en la vida de personas ajenas por comple­to al mundo del ocultismo y que la utilizan con apasionamiento, deseosos de hacer preguntas a los espíritus porque, aunque no te lo creas, es muy raro que «ellos» no hagan acto de presencia durante las sesiones. Un leve empujón a un vaso de cristal y... ¡el contacto se ha producido! ¡Los muertos han hablado!
Sin grandes rituales. Sin preparativos complicados. De la forma más sencilla y vulgar. Una pregunta, una respuesta. El dialogo se produce. Nuestro mundo toma contacto con el más allá donde seres de ultratumba se manifiestan; o con los habitantes de otros planetas. Poco importa.
Sí. Una completa locura que.a tenor de la evidencia,funciona.Un simple tablero don­de están inscritas las letras del abecedario, los números del O al 9, las palabras «SÍ», «NO, «HOLA» Y «ADIÓS» y un vaso, son los elementos necesarios para echar por tierra cual­quier pensamiento racional o, al menos, eso es lo que aseguran los millones de usua­rios de este sistema, que si bien no es demostrativo de nada, funciona, porque el vaso se mueve, recorre la tabla colocándose sobre las letras que formarán la respuesta a nuestra pregunta. Sí. Funciona. El vaso se mueve. Los mensajes se reciben, pero... ¿cómo podemos estar seguros que son los espíritus quienes han acudido a nuestra lla­mada? ¿Debemos aceptar sin cuestionarlo que los extraterrestres también utilizan este sistema para mantener contacto con los humanos?
Puede parecer absurdo, y de hecho lo es, pero si aceptamos los resultados de las experiencias obtenidas por las personas que utilizan la ouija, debemos aceptar ambas alternativas. Sin embargo, no podemos estar seguros de que las respuestas procedan de los muertos y mucho menos de seres de otros planetas. Es más, me atrevo a asegu­rar que no existe ninguna prueba que lo demuestre.
Ni espíritus, ni extraterrestres, a pesar de que el vaso, a través de su fascinante movi­miento, se identifique como una persona fallecida. Sólo tenemos su mensaje, la res­puesta a una pregunta. No es suficiente para defender el contacto con los muertos. Pero este es un detalle que suelen pasar por alto los practicantes del tablero, quienes por lo general aceptan sin más la realidad del fenómeno, sin cuestionarse nada, pen­sando (y es un gran error) que los espíritus empujan el vaso para dialogar con los vivos.
Si esto ya de por sí resulta descabellado, todavía hay más, porque el tablero ouija no se limita solamente a ser un instrumento a través del cual se permite o facilita el diálogo con los muertos. A través de esta tabla, aparentemente inofensiva, se han recibido mensajes de «otras inteligencias» que se han identificado como duendes, gnomos, hadas, personas vivas, seres diabólicos, vampiros, hombres lobo y toda una fauna sin fin, lo cual no hace más que restarle importancia y seriedad a un fenómeno que, sin duda, .se convierte en un objeto de feria. Al menos, no me negarás que es un instrumento bas­tante original, ¿no?
El debate está servido. Mientras para muchos las sesiones con el tablero no son más que una broma de mal gusto y rechazan cualquier intervención paranormal y/o sobre­natural, otros están convencidos de su aplastante realidad.
Los escépticos tienden a pensar que siempre hay algún bromista en el grupo y que, por consiguiente, los mensajes recibidos son parte de la ocurrencia de uno de los presentes. Para otros, es la mente de los usuarios lo que se expresa durante las sesiones, pero la mayoría de los usuarios se toman al pie de la letra sus propias experiencias y en ellas, aparentemente, son los espíritus los que gozan de un privilegio absoluto.
El debate, hoy por hoy.es absurdo. La ouija funciona, de eso no queda ninguna duda, todavía nos queda desentrañar cuál es el origen de las respuestas y eso es algo que se pretende dilucidar en estas páginas porque.en contra de lo que podrías pensar.el autor está convencido de que los comunicantes que se presentan en estas pretendidas sesiones de espiritismo poco (o nada) tienen que ver con el mundo del más allá. No son espíritus, lo cual no resta importancia al fenómeno, al contrario y puedes estar de acuer­do o no conmigo, pero la ouija (conocida también como vasografía) es bastante más compleja.
Creamos o no en la realidad del fenómeno, en las inquietantes posibilidades que se presentan ante nosotros cuando decidimos colocar el dedo sobre el vaso, lo cierto es que miles de personas están convencidas de que es un sistema, como muchos otros, que les abre la puerta al «Otro Lado», donde el mundo de los espíritus se desnuda ante nuestros ojos.
Creamos o no en la realidad del fenómeno, en los oscuros secretos que oculta su práctica, lo cierto es que la ouija se utiliza cada vez más en ambientes jóvenes, donde niños y adolescentes ejecutan sus propias sesiones, convencidos de la autenticidad de sus experiencias.
Creamos o no en la realidad del fenómeno, lo cierto es que los propios investigado­res no tenemos una idea clara sobre la identidad de los comunicantes que se expresan a través del tablero, por lo que nos tenemos que mover en el terreno de las hipótesis, donde se encuentra la posibilidad de que, efectivamente, los espíritus o los extraterrestres acudan a nuestra llamada. Pero debe quedar claro que se trata de eso, una posibi­lidad y no una contundente realidad.
Creamos o no en la realidad del fenómeno, a pesar de que algunos se tomen a bro­ma estas historias y se burlen de aquellos que participan en una sesión, lo cierto es que existen muchas personas repartidas por todo el mundo que lo han pasado francamen­te mal por culpa de la ouija, al sufrir experiencias desagradables porque esta práctica no está exenta de ciertos riegos.
La práctica ouija se ha convertido en una moda entre los jóvenes, que suelen ser las personas más afectadas a la hora de sufrir las consecuencias de este Sistema de Contacto porque, al margen de su autenticidad, muchos niños y adultos han experi­mentado lo indecible por culpa de un tablero que puede trastornar al usuario.
Desde estas páginas no se aconseja el uso de la ouija, todo lo contrario, pero como más de un lector va a hacer caso omiso a estas indicaciones, al menos quiero ofrecer la información suficiente para que tus experiencias sean lo más simples y benévolas. Desgraciadamente uno de los principales peligros de este fenómeno es la poca infor­mación seria que existe, en cambio el interesado se podrá empapar de jugosos rumo­res, historias inventadas, hechos imposibles, normas absurdas y comentarios fuera de lugar. Espero haber logrado con esta obra cubrir esa carencia.
No existe un Manual Básico para el usuario de la ouija.es más, resultaría bastante com­plicado escribir uno porque a pesar de ser una práctica muy sencilla, hay cientos de for­mas diferentes para llevar a cabo una sesión.
El lector podrá encontrar en otros libros, pero sobre todo en Internet, diversidad de opiniones, consejos, pautas a seguir para protegerse de la influencia de los malos espí­ritus durante el desarrollo de una experiencia y ha llegado el momento de parar ese disparate. Lo que tienes en tus manos es la forma más directa, sencilla y real de llevar a cabo una sesión, donde se te enseñarán las cosas que no debes hacer; los principales errores que se cometen y varios consejos que de algún modo te ayudarán a estar infor­mado que es, en suma, lo que en realidad pretendo.
Espero que este viaje te agrade, que las páginas que vayas pasando te sean útiles y que conozcas un poco mejor el fascinante y loco mundo del «tablero maldito».Conoce el «Juego de los espíritus» donde, no lo olvides nunca, nada es lo que parece."

José Manuel Durán Martínez







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