¡Mala noticia!: nadie cambia por el hecho de leer un libro, ¡ni de ir al psicólogo! ¡Buena noticia!: pero se puede lograr, de manera sorprendentemente radical, con un poco de esfuerzo diario. Efectivamente, la transformación de uno mismo requiere práctica y esfuerzo. Pero se trata del aprendizaje más importante de la vida de uno: el pasaporte a una vida mucho mejor, mucho más feliz y plena.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 2
Cuando disponemos de la capacidad de ser independientes de las circunstancias se abre un mundo de posibilidades a nuestro alrededor porque perdemos todos los miedos: —¿Trasladarse al extranjero? ¡Genial, porque nosotros sabemos estar a gusto en cualquier lugar! —¿Cambiar de trabajo? ¡Ningún problema, porque hasta vendiendo naranjas en una esquina seríamos felices! —¿Soltero? ¿Casado y con diez hijos? ¡Genial de todas formas! La sensación de liberación que se experimenta al comprender que no dependemos de lo exterior ya es un gozo en sí misma. Saber que seremos felices, aunque estemos en una silla de ruedas, enfermos en un hospital o como sea es uno de los frutos, en realidad, de cualquier religión bien entendida. Ése será nuestro tercer beneficio terapéutico: la libertad de ser feliz suceda lo que suceda.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 8
¡Los ricos no son poseedores de las cosas! Lo son quienes saben apreciarlas.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 10
Todas las mañanas me doy un ligero paseo por mi hermosa Barcelona. Escucho música a través del milagroso Spotify. Y celebro que nado en la abundancia, básicamente porque nada necesito y, sin embargo, dispongo de tanto...
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 18
Enamorado de una banana Cuentan que los pigmeos de África utilizan un curioso truco para cazar monos. Construyen una jaula con barrotes muy juntos, de forma que entre tronco y tronco apenas cabe la mano del animal, y dentro depositan una banana grande y hermosa. El mono ve la reluciente fruta y, salivando, mete la mano entre las pequeñas aberturas que hay entre los barrotes. Lo que después sucede es asombroso: el mono no puede sacar la banana de la jaula porque no pasa por los estrechos huecos del maderamen ¡y se queda aferrado a la fruta! ¡Es incapaz de soltarla! Los pigmeos acuden entonces y le lanzan una red encima. Así de simple. Quizá sea estúpido el comportamiento del mono, pero la verdad es que el ser humano, una y otra vez, hace algo muy similar. Cuando nos negamos a renunciar a algo nos quedamos atrapados en una jaula mental que nos produce todo tipo de ansiedad. Yo he visto a tantas personas aferradas a la banana de tener hijos, a la de que vuelva determinada pareja, a la de recuperar la salud... que su vida era una auténtica jaula, una prisión muy oscura.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 20
De hecho, la definición de «neura» podría ser: la absurda idea de que una situación cualquiera de la vida NO se puede disfrutar. Descubrir lo contrario es el camino hacia la salud. La gente más fuerte y feliz es capaz de gozar con todo, incluso encargándose de una enfermedad grave.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 33
Por ahí, en el ancho mundo, existen personas excepcionales. Tienen tanta energía positiva que la transmiten sin quererlo a los demás. La contagian. Viven en otra longitud de onda y su vibración remueve las ondas cerebrales circundantes, otorgándonos pasión por la vida.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 33
La visualización es un ejercicio basado en la lógica cognitiva. Imaginamos escenarios ¡que son posibles! Entre otras cosas, porque muchas personas los viven así. ¡Son factibles y son nuestro objetivo! El talante, a la hora de llevar a cabo la visualización, es esforzarse por imaginar lo propuesto en la medida de lo posible, buscar imágenes en nuestra memoria o en nuestra imaginación, indicarnos el camino a seguir. ¡Con ahínco y perseverancia!
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 45
Una de las paradojas del rendimiento es que cuanto menos nos preocupamos, mejor rendimos. Sin miedo, activamos el placer, el amor, el disfrute... y entonces todo fluye. Y muchas veces sucede algo maravilloso que es que el trabajo no sólo no cansa, sino que ¡energiza! Ahí está el secreto de las personas que despliegan un mayor rendimiento. No temen en absoluto hacerlo mal, sólo disfrutan. Ahora tú también conoces el secreto; sólo necesitas aplicarlo con fuerza.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 53
Transformar la «anticipación de estrés» en «anticipación de goce
1. Ajustar el sistema de valores
El primer punto de nuestro esquema, «ajustar el sistema de valores», es fundamental para eliminar la ansiedad porque ahí reside la base del problema. Nos agobiamos por el temor al fracaso, pero cuando nos damos cuenta de que lo único que cuenta es el presente —el amor y la conexión—, el fracaso ya no tiene sentido.
2. Visualizar la situación como gozosa
Tras «ajustar el sistema de valores», el segundo punto consiste en «visualizar» la tarea de otra forma: en vez de algo que asusta, tenemos que esforzarnos para verla como la ocupación más bella de nuestra vida…
El hecho de decirle a nuestra mente que NO SÓLO no hay nada que temer, sino que HAY MUCHÍSIMO para disfrutar es un golpe para nuestra neurosis, de forma que desaparece fácilmente la sugestión del miedo. Cuando debatimos sobre nuestros temores solemos cometer el error de ser poco ambiciosos. Es decir, sólo planteamos que el miedo es infundado, que no hay nada que temer. Pero es mejor ir más allá y decirnos: «El temor no sólo es infundado, sino que es totalmente delirante porque, en realidad, ¡la situación es fantástica! ¡Quizá la mejor de mi vida!». Y esto no es sólo un truco mental, sino que ¡es la realidad! Porque TODO en la vida puede ser excelso, genial. ¡Para muchos lo es! ¿Por qué no va serlo para nosotros?
3. Simplificar la tarea
Tras los dos primeros pasos —«ajustar el sistema de valores» y «visualizar la situación como gozosa»—, de repente suele llegar, de manera natural, el tercer paso: «simplificar la tarea». Efectivamente, casi de una forma milagrosa, se nos ocurre una solución ingeniosa que lo hace todo fácil. Y ello se debe a que nos liberamos del temor y activamos la ilusión. Con esa disposición mental se nos ocurren «terceras vías» maravillosas: más sencillas, razonables y efectivas…
Cuando nos sacamos la presión y visualizamos sólo disfrute aparecen esas ideas simplificadoras que lo hacen todo más sencillo. Pero atendamos: esas ideas simplificadoras sólo surgen estando relajados, habiendo aplicado antes los dos primeros pasos: • Ajustar el sistema de valores. • Visualizar la situación como gozosa.
4. Confiar en que crezca poco a poco
Con frecuencia olvidamos que el verdadero éxito es fruto del disfrute y del crecimiento natural a partir de lo sencillo. Muchas veces nos da la impresión equivocada de que las personas han conseguido sus logros gracias al talento y un trabajo enérgico y rápido. Pero eso no es verdad. Las grandes realizaciones suelen surgir sin darnos cuenta. Fruto de un proceso fácil y natural (y, sobre todo, propulsado por el goce) …
simplificar nuestros objetivos es siempre una buena estrategia. Y, a partir de ahí, dejarlos crecer. Si nos movemos siempre guiados por el disfrute, no cesaremos de crecer.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 54-59
Manifiesto del Club de las Personas Maduras y Realmente Inteligentes
Hoy, y para siempre, me inscribo en el Club de las Personas Maduras y Realmente Inteligentes: Creemos en la maravillosa esencia del corazón humano. Creemos que en la cooperación se halla nuestra verdadera fuerza. Somos la auténtica potencia del mundo. Somos más y mejores. La belleza no nos importa: ¡somos compañeros de Stephen Hawking! La mera inteligencia nos da igual: ¡somos síndrome de Down! El ridículo no existe: todos fallamos por igual. Unámonos todos los seres humanos sensibles y emocionalmente inteligentes. Mantengamos nuestra bandera en alto. Dejemos a los locos a un lado para que, tarde o temprano, se den cuenta... De cómo viven las personas adultas: los creadores de belleza y bondad.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 82
Yo les suelo decir a los pacientes: —Imagina que te diese a escoger entre dos sobres. El de la derecha contiene «recuperar a tu pareja» y el de la izquierda «la felicidad plena», que consiste en vivir cada ámbito de tu vida de una manera extática. Pero sólo puedes escoger uno. Todos los pacientes responden: —¡Escogería el sobre de la izquierda: «la felicidad plena»! Pues ésa es la realidad de la vida. La plena madurez emocional exige saber renunciar a todo —cuando toca—, dándose cuenta de que podemos ser inmensamente felices sin eso que hemos perdido. Ésa es la clave. Es precisamente cuando nos apegamos a un determinado bien cuando nos hacemos neuróticos y débiles. ¡Ésa es la trampa de la infelicidad!
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 102
Cuando las personas estamos mal tenemos una oportunidad de oro de crecer porque estamos mucho más abiertos al aprendizaje. Se abre una brecha, como en la cabeza de Saúl, por donde puede entrar una nueva dimensión de armonía interior. Cuando estés agobiado, triste, dolorido, quizá hundido —con o sin razón—, mira a tu alrededor, por favor. Y piensa que las hermosas hojas de los árboles te están hablando, el cielo azul brilla para ti, las líneas simétricas de los edificios elegantes están conectados contigo. Están intentando demostrarte que todo es «amor». Que tú formas parte de ello y eres tan grande y armónico que nada de lo que te preocupa es digno de mención. Ábrete a ello. Esos días —en los que te encuentres sacudido— serán un regalo para ti. Porque son autopistas hacia el crecimiento. Acepta el reto y ponte a trabajar en tu racionalidad, despójate de tus apegos, renuncia y sé feliz. El trabajo de crecimiento personal es, a veces, fulgurante como el rayo que le cayó a Saúl, pero en general necesita varias sesiones de trabajo intenso que, acumuladas, dan su precioso fruto. Plantéate un trabajo a varios días o varias semanas. Haz que el día de hoy, aunque funesto, pueda convertirse en el principio de una gran transformación. Memoriza cuándo empezó todo: celebra el día de hoy. Dentro de poco dirás: «En tal fecha dio inicio mi increíble revolución interior».
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 109
La queja es el gran enemigo de la felicidad. Es insidiosa y mentirosa. La queja nos dice que siempre nos falta algo para estar bien, cuando la realidad es que nadamos en la abundancia. Ninguna, absolutamente ninguna queja es real: ¿pareja?, ¿salud completa?, ¿otro trabajo? ¡Venga ya!
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 109
Si nos demostramos a nosotros mismos que podemos disfrutar de la vida en todas y cada una de las situaciones, ¡seremos plenamente libres! Y, sobre todo, libres para crear un mundo personal todavía mejor. Básicamente, por dos razones: a) Porque estaremos llenos de energía. b) Porque no le tendremos miedo a nada.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 111
• Todos los seres humanos fallamos y nos ponemos neuróticos.
• Pero podemos aprender a encajar bien la neurosis ajena.
• Antes que nada, recordemos: «En el momento de locura, prohibido razonar».
• Las cinco herramientas básicas son: «el humor», «el amor», «el surrealismo», «decirle que sí como a los locos» y «dejarle solo».
• Si practicamos mucho, sabremos emplear cada herramienta en su justa medida, para cada ocasión.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 131
La cárcel es lo que tú quieres que sea.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 138
He comprendido que, en este mundo, todos somos «tontos» puesto que sabemos muy poco acerca del sentido de la vida, sobre las preguntas básicas de la existencia.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 143
Dos viajeros, uno que venía del norte y otro que venía del sur, se encontraron por casualidad en un punto del camino y decidieron seguir juntos para hacerlo más entretenido. —¿Hacia dónde te diriges? —preguntó el que venía del norte. —A donde pueda encontrar un auténtico maestro —respondió el del sur—. Llevo años de búsqueda, pero no desespero. Sé que es difícil encontrar a un auténtico gurú. —¿Y qué harás cuando lo encuentres? —volvió a preguntar el compañero. —¡Oh, ése será un gran momento! Me postraré a sus pies, mi corazón se estremecerá y seguramente lloraré. Dios quiera que llegue ese día —contestó. Pasaron varias jornadas y ambos compartieron muchas vivencias. Una mañana el hombre que venía del norte dijo: —Ha llegado el momento de separarnos. Tú sigue tu camino que yo seguiré el mío. —¿Adónde irás? —preguntó su compañero. —Continuaré mi búsqueda. —¿Qué búsqueda? —La de un auténtico discípulo. Es difícil de encontrar. Pero no desespero.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 151
En el mundo de la pareja he oído muchas veces la siguiente expresión: «¡Me quería cambiar, transformarme en otra persona, y eso no lo podía tolerar!». Existe la idea de que no es bueno querer «cambiar» a alguien. Sin embargo, yo estoy convencido de lo contrario; esto es, creo que conviene influir en los demás. Es lo natural y facilita la convivencia. Incluso diría que las buenas relaciones son aquellas en las que se da una transformación hermosa de ambos: cambiar dulcemente y dejarse transformar, aprender y permitir que nos enseñen; modelarnos mutuamente para convertirnos en personas mejores. Esta hermosa educación mutua es básica para cualquier relación, pero en el ámbito de la pareja se revela mucho más importante ya que nuestro cónyuge es la persona con la que más convivimos, con la que más construimos.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 164
Puedo asegurar con toda fiabilidad que TODOS los miedos neuróticos (pensamientos irracionales, emociones agudas o sensaciones desagradables) se liquidan si los afrontamos empleando los cuatro pasos a los que nos hemos referido: «Afrontar», «Aceptar», «Flotar» y «Dejar pasar el tiempo».
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 190
La cabeza no puede parar y charla como un tocadiscos estropeado. ¡En nuestro coco hay más ruido que nueces! ¡En el coco de todos!
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 209
… las emociones negativas son corrientes de energía, una energía que tiende a circular y perderse de forma natural. Si la dejamos pasar a través de nuestro cuerpo, no habrá nada que temer. El problema es que, una y otra vez, el miedo nos impulsa a bloquear esa energía. Y ésta entra en loops, circuitos cerrados que se retroalimentan y recalientan el sistema.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 213
Los seres humanos nos liberamos a base de encontrarnos con nosotros mismos. No somos la tensión que sentimos periódicamente. Esas emociones no tienen nada que ver con nuestra esencia. Nosotros somos los que percibimos esas cosas.
Rafael Santandreu
Nada es tan terrible, página 234
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