“En genio inventivo, un español puede dejar atrás a las eminencias de las naciones más cultas.”

Ramón Silvestre Verea Aguiar y García 


"Mientras el hombre se considere el amo de la mujer, mientras le niegue la igualdad civil, mientras no la mida con la misma vara que a sí mismo, no podrá decir con verdad que ha dado un paso en la senda del verdadero progreso."

Ramón Verea



"No sé si alguno de los inventores que me precedieron alguna vez soñó con una máquina calculadora; pero sé que todos los dispositivos inventados hasta ahora no hacen más que contar, porque su rango no sucede para sumar y restar operaciones que no tienen nada que calcular [...] el segundo, solo hace el mío. [...] La aritmética mecánica se redujo para sumar y restar: inventé la multiplicación mediante un sistema incomparablemente más rápido y más seguro que el intelectual. [...] Debido a que era precisamente tan aritmética, pensé en una máquina que hacía más que Yo: no te equivoques. Con este pensamiento comencé a estudiar la historia de la invención, y lo que había hecho para abandonar el proyecto, me alentó [... ] Me alegra decir que nada ha servido a los trabajos de quienes me precedieron. No he mejorado ninguna de las máquinas existentes: he inventado una completamente nueva en el principio fundamental y en sus detalles más esenciales [...] Mi objetivo de realizar un invento, a primera vista imposible, no era nunca la esperanza de pagar una parte de los miles de pesos que tengo gastado. Tampoco soñé con la celebridad que otros han adquirido por menos, y que no ruego. Mis móviles eran, primero, un poco de amor propio; segundo, mucho amor nacional: el deseo de demostrar que en un genio inventivo, un español puede dejar atrás las eminencias de las naciones más cultas; tercero, el deseo innato de contribuir algo al avance de la ciencia; y cuarto, y último, entretenimiento según mis gustos e inclinaciones. He inventado uno completamente nuevo en el principio fundamental y en sus detalles más esenciales [...]"

Ramón Verea



“Vine muchos años después a Nueva York y conocí hombres de todas las religiones. El resultado de mi observación y de la lectura de los periódicos y escritos religiosos fue el convencimiento de que en todos los credos había muchos malos y algunos buenos, y de que cada uno creía ser su religión la única verdadera. Entonces principié a pensar sobre las religiones y a recordar el dogma católico. Desde ese día fui librepensador.”

Ramón Verea


“Yo creía que el catolicismo tenía razones convincentes hasta la saciedad para demostrar que era la única religión verdadera; mas quiso la suerte, o la desgracia, que entrase en un seminario conciliar. Estudié la teología y vi que era un castillo de naipes; que no resistía ni el más leve soplo de la razón. Argüí y me contestaron con la autoridad de los teólogos, de los Santos Padres y de la misma Iglesia; esto es: con el testimonio de los más interesados. Pedía razones y me mandaban creer; persistí en que me convenciesen y me expulsaron a la primera oportunidad, porque vieron en mi al futuro librepensador.”

Ramón Verea










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