"El tener fe en algo o en alguien es un acto de comodidad; pues es simplemente tomar algo que se nos ofrece ya previamente elaborado para adoptarlo sin cuestionamientos. Es entregar la capacidad de ser constructores de nuestra verdad para convertirnos en simples consumidores de ideas digeridas por otros. Adoptar la condición de feligrés es renunciar a conocer el mismo objeto en el que depositamos nuestra fe."

Felipe Prezioso



"Paradójicamente, cuando más cuidado deberían poner en el camino que los lleve hacia la verdad espiritual, escogen emocionalmente sin importar si dicho camino reúne aunque más no sea algunos requisitos válidos.
En el momento de abrazar un credo, que lógicamente tendrá implicancia en sus vidas, la decisión es tomada bajo las mismas características engañosas con las que escogen un producto muy publicitado en un supermercado. Los infaltables vendedores de ilusiones, ya desde tiempos inmemoriales utilizan un mágico ingrediente, indispensable para evitar cualquier cuestionamiento por parte del "consumidor": fe; sí, fe y nada más que eso.
¿Y que hay detrás de ese impulso llamado fe? Nada que el creyente no haya colocado previamente; solo él la alimenta y mantiene evitando cualquier pensamiento que podría destruir el hechizo generado por la misma necesidad de creer. ¡Para qué razonar, si la fe lo engloba todo!"

Felipe Prezioso

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