"Uno de los ejes fundamentales de un proceso terapéutico es que el cliente vaya ampliando el conocimiento que tiene acerca de su persona, de modo que cada vez pueda llevarse mejor consigo mismo y cuidarse más de acuerdo con sus necesidades. Frecuentemente, el hecho de “no conocerse” tiene que ver con los aspectos que la persona excluye de sí misma. […] Al mantener apartados determinados rasgos o aspectos de nosotros mismos, nos vemos reducidos a funcionar como personas incompletas, potenciándose así el círculo vicioso de cuanto menos identidad propia tengo, más inseguro me siento y más necesitado estoy de la aprobación de los demás."

María Colodrón

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