“A menudo, es una cuestión de sensibilidad. Los libros que amamos dicen algo sobre nosotros, y sobre nuestros amigos. Explorar la estantería de alguien puede decirte tanto como leer su diario. El camino más rápido a la intimidad no es compartir una cama o un día de fiesta, sino compartir un libro.”

Jeanette Winterson
La niña del faro



"Combate cuerpo a cuerpo entre los vivos y los muertos. Resucitación boca a boca entre el poeta y la palabra. Bésame con el hueco de tu boca, la cueva donde las palabras se excavan, las palabras cubiertas de arena bajo el tiempo. Bésame con el hueco de tu boca y recibiré el don de lenguas."

Jeanette Winterson
Arte



"Cómo deseé ser aquella inocente pieza de acero inoxidable cuando se llevó la cucharada de sopa a los labios. Habría cambiado toda la sangre de mi cuerpo por medio litro de caldo vegetal. Déjame ser un taco de zanahoria o un fideo para que me metas en tu boca. Tuve envidia del panecillo. La miré partir y untar cada trocito con mantequilla, empaparlo lentamente en el tazón, dejar que se volviera grueso y grávido, que se hundiese bajo el peso rojo oscuro y que resucitara al glorioso placer de sus dientes.
(...)
Las patatas, el apio, los tomates, todo había pasado por sus manos. Cuando me tomé la sopa la filtré para saborear su piel. Había estado allí, debía quedar algo de ella. La encontraría en el aceite y las cebollas, la detectaría a través del ajo. Sabía que había escupido en la sartén para ver si el aceite estaba a punto. Es un viejo truco, todos los chefs lo hacen, o lo hacían. Y supe, cuando le pregunté qué había en la sopa, que había suprimido el ingrediente fundamental. Te saborearé, aunque sea a través de tu cocina."

Jeanette Winterson
Escrito en el cuerpo




"- Cuéntame un cuento, Pew.
- ¿Qué clase de cuento, pequeña?
- Uno con final feliz.
- En el mundo eso no existe.
- ¿Uno con final feliz?
- No, un final."

Jeanette Winterson
La niña del faro



"Ella se inclinó sobre él y lo besó. En la boca. Sus labios estaban secos y salados e inertes. No era un cuento de hadas. El amor no podía despertarlo.
Dos sillas duras con tapicería de vinilo amontonadas asiento sobre asiento. Una manta azul muy fina que olía a desinfectante. El sueño al lado de la alta cama blanca y de sus barandillas metálicas de seguridad. El sueño bajo el parpadeante monitor de su vida. Más allá de la cápsula de la habitación están las luces brillantes del mostrador de las enfermeras y los neones de las noches hospitalarias. Pero aquí está la lámpara baja que ilumina su cara y el verde, rojo y azul del monitor y fuera, al otro lado de la ventana, la incesante procesión de cientos de coches, todos volviendo a casa, no como tú. Todavía parte del tiempo. No como tú.
Las largas vigilias nocturnas.
Te quiero y no puedo hacer nada.
Clo estaba sentado con gesto ausente delante del televisor apagado cuando Perdita volvió a casa del hospital. Estaban haciéndole más pruebas. Le habían dicho que se fuese a casa a descansar.
Entró en su pequeña habitación donde el sol proyectaba rombos de luz en el suelo limpio. Todo parecía igual y nada era igual. La ilusión de los objetos.
Al principio durmió inquieta, luego profundamente. Era ya de noche cuando despertó. Se duchó y se cambió, unos tejanos y una sudadera, y fue al piso de abajo.
Clo estaba recogiendo las cosas de la noche anterior. La vio y sonrió."

Jeanette Winterson
El hueco del tiempo



"En algún lugar entre el miedo y el sexo está la pasión. La entrada a ella es repentina. La salida es peor."

Jeanette Winterson
La niña del faro



“Hay cosas en nuestras vidas que no podemos o queremos afrontar. Si triunfas puedes evitar algunos problemas… estás demasiado ocupada, no tienes tiempo. Pero si algo es demasiado grande empujará y presionará hasta irrumpir. El detonante puede ser externo —en mi caso fue la pérdida de una relación y el descubrimiento de los papeles de mi adopción— pero aunque esté fuera, el trauma es interno y saltará y lo infectará todo.”

Jeanette Winterson


"La venganza y la tragedia a menudo suceden al mismo tiempo. El perdón redime el pasado."



Jeanette Winterson


“Los libros son, para mi, un hogar.”

Jeanette Winterson


“Perder a alguien que amas es alterar tu vida para siempre. Y no lo superas, porque es la persona que amas. El dolor acaba, llega gente nueva, pero la grieta nunca se cierra. ¿Cómo iba a cerrarse? La individualidad de alguien que importaba tanto como para llorarle no se vuelve anodina con la muerte. Este vacío en mi corazón tiene tu forma, y nadie más puede llenarlo. ¿Por qué iba a querer que alguien lo llenara?”

Jeanette Winterson
Escrito en el cuerpo



"Puede que parezca sorprendente que los físicos busquen la belleza, pero en realidad no tienen otra opción. Hasta ahora, no ha habido excepción a la regla de que la solución demostrable a cualquier problema resulta ser una solución estética."

Jeanette Winterson



"¿Qué otros lugares hay en el mundo además de los que se descubren en el cuerpo de un amante?"

Jeanette Winterson
Escrito en el cuerpo



"Sin dejar de gemir ligeramente, con la pata herida, el perro así lo hizo, y el hombre emprendió rápidamente el camino de regreso a la casa parroquial en busca de una cuerda.
No encontró a nadie en la casa. Su esposa había salido. Su hijo estaba en la escuela. La cocinera dormía antes de que el obispo llegara a cenar. Dark se alegró de no tener que dar explicaciones, de no tener que exasperarse. Un problema compartido era un doble problema, pensó. La gente intentaba ayudar, pero lo único que conseguía era entorpecer. Mejor era contener los problemas, como con un perro rabioso. Entonces se acordó de su perro y dejó a un lado otras consideraciones más complejas. Eran sus consideraciones. No las compartiría con nadie, jamás. Guardaría el secreto.
Encontró la cuerda en el cobertizo donde guardaban el carruaje. Se la echó sobre el hombro. Metió una pesada estaca metálica y un mazo en un saco y cogió un arnés de poni para izar al perro. Luego volvió al acantilado, absolutamente resuelto ante la tarea que tenía por delante, e intentando dominar la tensión nerviosa que se había convertido para él en un estado mental de lo más común. A menudo tenía la sensación de que su mente se desmenuzaba. Solo haciendo uso de la mayor disciplina podía encontrar para sí la paz natural que solía dar por supuesta. Paz mental... daría cualquier cosa por volver a encontrarla. Ahora trabajaba para alcanzarla, del mismo modo que trabajaba su cuerpo boxeando. 
El hombre caminaba enérgicamente intentando no pisar las amapolas que brotaban de todas las grietas del suelo que contenían algo de tierra. No conseguía que crecieran en su jardín, y ahí brotaban de la nada. Quizá utilizara esa imagen para su sermón...
Pentecostés. Le encantaba la historia del Grial, que llegaba a la corte del rey Arturo durante la celebración de Pentecostés. Le encantaba, y le entristecía, porque ese día todos los caballeros se habían comprometido a volver a encontrar el Grial, y la mayoría de ellos se perdieron, e incluso los mejores fueron destruidos. La corte quedó rota; la civilización, arruinada. ¿Y por qué? Por culpa de una visión onírica que no tenía ninguna utilidad en el mundo de los hombres.
La historia le espoleó."

Jeanette Winterson
La niña del faro


"Tengo una teoría según la cual cada vez que haces una elección importante, la parte de ti que se queda continúa la otra vida que podrías haber vivido. Las emanaciones de algunas personas son muy potentes y otras se crean nuevamente a sí mismas fuera de su propio cuerpo... Cabe la posibilidad de que yo no esté aquí, de que todas las partes de mi ser que bordearon todas las elecciones que hice y que no hice se rocen fugazmente... Regresar después de mucho tiempo enloquece porque a los que dejaste no les gusta pensar que has cambiado, te tratan como siempre lo hicieron y te acusan de ser indiferente cuando sólo eres diferente..."

Jeanette Winterson
La niña del faro





No hay comentarios: