"Aunque no es posible salvar a todos, hay que esforzarse para ello. Además, creo que no sólo debemos ayudar en las emergencias médicas, sino también prestar asistencia espiritual, como los capellanes. A veces hay que ayudar a curar el alma de las personas también. En especial cuando usted sabe o percibe que ese herido no va a sobrevivir. Por lo tanto, usted debe ser capaz de decir palabras de consuelo a estas personas. Siento que mi trabajo ha sido muy gratificante. No tengo pesares. Simplemente, estoy muy agradecido por haber tenido el honor y el privilegio de servir a Dios ya mi país. Y hay algo más que aprendí: Lo que Dios ha hecho conmigo, Él puede hacer también con otras personas."

Desmond Doss


"Creo de todo corazón que todos mis colegas de pelotón oraron conmigo en aquel momento, porque no hay incrédulos cuando se trata de enfrentar la muerte. Sé de eso porque algunos de ellos vinieron a mí y me pidieron que orara por ellos, incluso los que me habían molestado o me burlaron de mí antes."

Desmond Doss



"Ingresé al servicio militar como la mayoría. Se trabaja en un astillero de Newport News ,Virginia (EEUU), estaba bien de salud y sentía ser un honor servir a Dios ya mi patria. Pero, acabé quedando en la categoría de "objetor de conciencia", o sea, entre aquellos que sirven al ejército, pero no combaten en las batallas, no portan armas y no matan. Como adventista del séptimo día, no estaba de acuerdo en sacar vidas humanas. Siento que la vida viene de Dios y no estaba en mis manos el poder de sacarla. Recuerdo que cuando yo era niño, mi madre tenía en casa un cuadro ilustrado de los diez mandamientos en el que había una imagen de Caín, que mató a su hermano Abel. Y me preguntaba cómo era posible que alguien hiciera algo así contra su propio hermano. Eso me impresionó mucho. Además, siempre me interesó por el trabajo médico y por eso hice el curso de primeros auxilios en la Cruz Roja, para poder servir mejor como soldado."

Desmond Doss



"Señor, ayúdame a bajar uno más. sólo uno más."

Desmond Thomas Doss



"Si Dios no se hubiera levantado en mi favor, no sé cómo habría sacado a todos aquellos hombres de un despeñadero como aquel. Sólo disponía de una cuerda, que era para izar las municiones y suministros hasta la cima del acantilado. Era necesario bajar todos los heridos desde arriba. Cuando llegué donde los hombres estaban, atendí primero a los que tenían heridas más graves. Había 155 hombres y yo era el único médico. Era una tarea humanamente imposible, por eso quiero dar a Dios la gloria que le es debido. Y hay una razón por la que quiero enfatizar esto. Al rescatar a aquellos hombres, al intentar bajarlos desde lo alto del despeñadero, la vida de todos corría peligro. Estábamos a pocos metros de los japoneses, que nos lanzaban granadas todo el tiempo. Las balas también pasaban raspando. Agradezco a Dios porque en esta terrible experiencia del despeñadero ni siquiera he sido herido. En la guerra, fui herido cuatro veces, pero no allí. Humanamente hablando, era imposible rescatar a tanta gente de aquel lugar escarpado sin ser alcanzado por el ataque japonés. ¡Lo normal sería haber muerto allí, pero yo ni siquiera fui herido!"

Desmond Doss












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