Ciertos aspectos de nuestra vida están más allá de nuestras decisiones, por cuanto han sido previstos con mucha anticipación; han sido programados para que ellos nos conduzcan a la realización y cumplimiento de unas metas. Aunque no todo está predeterminado, ciertos sucesos y acontecimientos responden a un marco creado durante las negociaciones o acuerdos previos a nuestro nacimiento con los «Guardianes del Destino», o «Señores del Karma», entidades espirituales que coordinan las encarnaciones y el plan de vida para la evolución de las almas. A mayor edad evolutiva o madurez de conciencia, mayor capacidad de negociación, pudiendo escoger en gran medida las circunstancias que lo rodean a uno.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 4


Con el transcurrir de los años aprendimos en contacto con los Guías Extraterrestres y con nosotros mismos que todo es pensamiento, todo es actitud y que todo es amor; que las experiencias no solo se dan a un nivel físico, sino también mental y espiritual; que el primer contacto que necesitamos mantener es con nosotros mismos, y que sin este permanecemos aislados del cosmos; que vivimos en un universo sin límites, y que el único límite es nuestra ignorancia. Aprendimos también que debíamos ejercitarnos permanentemente en el arte de leer en los acontecimientos, aprendimos a no desperdiciar las señales y a usar la intuición y la sensibilidad a cada paso. Porque cada situación suele venir acompañada de símbolos que, como claves en el despertar de la conciencia, deben ser sentidos y entendidos, porque son claves activadoras de nuestro recuerdo. Y que, cuanto más nos abriéramos a compromisos mayores con disponibilidad, tanto más mágicas y espectaculares se tornarían nuestras vidas, transformándose en canales de fuerzas y energías superiores en beneficio de todo y de todos.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 8


La humanidad se encuentra en la condición de discípulo de la vida. Hoy por hoy, todo nos enseña, todo nos dice algo si sabemos mantener los sentidos despiertos, tanto los físicos como los internos. El momento actual ha dispuesto la liberación del conocimiento y la accesibilidad del mismo, con el riesgo de los errores que conlleva la gran cantidad de información, mucha de ella contaminada. Después de una etapa caracterizada por una gran abundancia de maestros, escuelas y organizaciones, hoy por hoy todo apunta al despertar del maestro interno, aquel que no nos engaña y que puede ayudarnos a discernir e intuir la verdad que hay detrás del momento actual y de cuanto por allí circula. Esta es una etapa con experiencias insólitas, encuentros insospechados y revelaciones asombrosas, a las que cada uno debe abrirse por sí mismo, tomando la parte que le toca y que está en disposición de digerir.
(…)
En los grupos de contacto hemos continuado recibiendo mensajes de los Guías Extraterrestres, pero en ellos se nos ha venido insistiendo sobre la necesidad de prepararnos para vivir contactos con los maestros intraterrestres; contactos propios de la etapa vigente de la Misión de Contacto. Como estos contactos han sido avalados por experiencias de campo, nos hemos abierto a estas experiencias, las cuales también se han venido multiplicando en cantidad e intensidad. Por eso, en este momento podemos hablar de una conexión intraterrestre. A propósito de esto, sabemos que hace miles de años descendieron en el desierto del Gobi, en Mongolia, un grupo de treinta y dos seres extraterrestres, de igual número de civilizaciones diferentes, que se establecieron en una extraordinaria ciudad subterránea, llamada Shamballa construida a propósito para albergarlos. Estos seres, que fueron enviados para actuar como Instructores Planetarios de una floreciente humanidad, llegaron a instancias del Consejo de los Veinticuatro Ancianos de la Galaxia o Gobierno de Sabios Maestros de los planetas evolucionados de la Vía Láctea, para acompañar el proceso evolutivo del hombre en la Tierra, y para preparar a aquellos que fuesen dignos de ser los guardianes de los Archivos del Conocimiento Oculto de la Humanidad o de la verdadera Historia Planetaria, aquella que nos emparenta con los visitantes de las estrellas. Llegaría el tiempo en que el conocimiento profundo de nuestro proceso sería necesario que fuese accesible a todos los seres humanos de buena voluntad, para que quien estuviese preparado encontrara en él las respuestas necesarias para saber y hacer entender la misión y el destino colectivo. Aquellos extraterrestres que llegaron y descendieron en Asia establecieron más tarde una red de túneles y galerías que enlazarían a todo el planeta, conectando otras ciudades que se irían formando después, debido a la dinámica propia del planeta y de las civilizaciones. En algunas de estas ciudades intraterrenas, establecidas en puntos estratégicos del mundo, se ubicaron unos cristales capaces de retener en este plano a un colectivo de seres conspiradores que fueron deportados aquí por su actitud inadecuada y su mal comportamiento, y que son conocidos en nuestros mitos y leyendas como los «Ángeles Caídos».

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 11


Desde que se estableció el reino intraterreno de «Agartha» cuya capital seria Shamballa, muchas personas con espíritus elevados de nuestro mundo han sido convocadas a unirse al Gobierno Interno Positivo Planetario. Los llamados a llegar a estos Retiros o ciudades intraterrenas pertenecen a muchas religiones, escuelas y filosofías, algunos incluso poseen altos rangos jerárquicos a los que obviamente deben renunciar una vez que se integran en este reino del universalismo. Precisamente con todos ellos se ha ido formando lo que actualmente se conoce como «La Gran Hermandad Blanca de los Retiros Interiores» o «Gobierno Interno Positivo Planetario». Algunos permanecen allí aislados y otros, eventualmente, se infiltran en nuestra sociedad para tomarle el pulso a los acontecimientos y enlazar a nuevos convocados.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 13


A mediados del siglo X, en Macedonia, un aldeano que se hizo llamar Bogomil («amigo de Dios») se lanzó a predicar una religión de paz y no violencia, de aceptación del orden de las cosas (leyes universales), de serenidad y equilibrio. Ese predicador creó una escuela que rápidamente caló hondo en la gente, por ser accesible a todos y dar una explicación clara y profunda, sensata y seria a los problemas de la vida humana, así como a las preguntas cruciales de la existencia. Sus seguidores fundaron monasterios y conventos y predicaron como máxima la bondad por excelencia. Ofrecieron su versión de las tesis dualistas existentes hasta ese entonces. Su originalidad consistía en hacer de Satán un auxiliar aceptado por Dios, puesto que en la aventura de la vida el Hacedor había aceptado insuflar un espíritu libre en las criaturas de barro moldeadas por Satán. El principio del Mal no se planteaba expresamente, puesto que los pensadores bogomilos prefirieron el relato mítico a la abstracción filosófica: se daba por sobreentendido que Satán había pecado en cierta ocasión, pero nunca era evocado el motivo de su falta. Según esta historia, en el año 1167 el patriarca bogomilo Niketas fue a predicar al Languedoc (sur de Francia), siguiendo el camino de otros adeptos de su fe que lo habían precedido, pero su papel sería fundamental, pues instaló definitivamente la que fue la Iglesia Cátara.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 49


La humanidad aún no se ha dado cuenta de que las circunstancias de la vida la han colocado simbólicamente delante de un conjunto de espejos en una feria; algunos normales y otros deformados a propósito, en donde todos nos reflejamos y podemos aprender a reconocernos tal como somos, si ponemos la debida atención; o también podemos confundirnos con las distorsiones. Nuestra tarea es ahora distinguir las imágenes distorsionadas que abundan en la aventura de la existencia, provocando risa, pena o angustia, de las imágenes reales; aceptándonos como somos para así modificarlo que sea necesario rectificar en nuestras vidas. Este es el tiempo del autoconocimiento, el tiempo de ser sinceros y honestos; este es el tiempo de final de los tiempos, cuando había solo un tiempo, que es el real y que depende de una apertura mental y de darse cuenta de que tenemos una misión individual y otra colectiva que, a la vez, son inseparables, pues conociendo la primera y realizándola damos cumplimiento a la otra. Nunca antes como ahora, el futuro de la humanidad depende tanto del compromiso que cada uno esté dispuesto a asumir en su aventura personal. Y que mejor oportunidad que esta, la de un fin de un ciclo cósmico, para cambiar y generar grandes cambios a nuestro alrededor. Por ello, no desaprovechemos la ocasión y pongamos nuestros potenciales en acción.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 155



En Sudamérica también había un oráculo muy importante, ante el que desfilaban los peregrines de los diversos remos, llevando ofrendas y procurando respuesta a las diversas inquietudes de su pueblos, caciques y gobernadores. Este centro ceremonial, de casi dos mil años de antigüedad, se llamaba Pachacamac. Pacha era la Tierra, y camay, el creador, por tanto, era el centro cultista dedicado al “Creador de la Tierra” y al “Señor de los Temblores” y que los incas respetaron incorporándolo a su panteón de dioses. A la llegada de los conquistadores españoles, el lugar aún era un centro muy importante de consulta. Sus ruinas se encuentran a unos veinticinco kilómetros al sur de la ciudad de Lima (Perú), al lado del fértil valle de Lurín y situadas estratégicamente frente al mar. Es un lugar entre cerros desérticos, donde se edificó una impresionante ciudad de pirámides de adobe, que llego a tener 50 000 habitantes. Una de aquellas pirámides estaba dedicada al dios Pachacamac o Ismay, y tenía forma de laberinto ascendente. En lo más alto estaba el santuario, un lugar al que no podía llegar cualquiera, y en; el que el sacerdote (que había recibido previamente las consultas de los peregrinos en la gran plaza donde la gente aguardaba las respuestas) entraba pasando por una puerta revestida de láminas de oro y plata, y de la que colgaban cantidad de conchas marinas o “mullu” (de gran valor ritual y económico que eran traídas de Ecuador). Dentro del santuario había un oscuro ídolo de madera de lúcumo (de estilo Tiahuanaco-Huari), que tenía apariencia humana. A él se le hacían las consultas, y otros sacerdotes detrás, amparados en la penumbra del santuario, contestaban en nombre del dios (previamente habían consumido algún tipo de planta alucinógena que les permitía conectar con otros planos y contar con la ayuda de los elementos de la naturaleza).

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 158


Algunas civilizaciones extraterrestres que vienen visitando la Tierra desde tiempos inmemoriales han buscado a personas sensibles y perceptivas, con una cierta moralidad (algunas veces llamados profetas), para hacerlos depositarios de un mensaje y de una serie de advertencias, que funcionan como profecías o revelaciones procurando orientar a la humanidad hacia un estado superior. A través de esos mensajes se ha reiterado en varias oportunidades que el ser humano puede cambiar el futuro negativo, y que el hecho de conocer las profecías es una suerte de advertencia para corregir los desaciertos, porque generando nuevas causas positivas se puede modificar cuanto ha sido anunciado. Y cualquier modificación —como decíamos antes—, por mínima que sea, traería consigo un futuro diferente.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 159


El vidente o profeta se encuentra revestido de un poder y autoridad que emana de su conexión con lo trascendente, que es la que le da la fortaleza y la sensibilidad para cumplir su ministerio. Su intención no es castigar ni hacer sufrir, sino simplemente educar y orientar los esfuerzos del ser humano hacia lo bueno y correcto, que es siempre lo mejor para todos.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 167


El propósito de las profecías es advertir para corregir, pero los cambios no deben producirse por temor, sino por madurez, que es lo mismo que decir una sincera voluntad de cambio basada en la toma de conciencia de los errores cometidos.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 158

Esto será para vosotros la señal de lo que sucederá: cuando la prole de la perversidad sea encerrada, la maldad desaparecerá ante la rectitud, como las tinieblas ante la luz. Y como el humo se desvanece y ya no existe más, así la maldad se desvanecerá para siempre y la rectitud se mostrará como el sol, ordenador del mundo. Todos los que retienen los misterios de la rebeldía dejarán de existir, el mundo se henchirá de conocimiento y jamás habrá ya en la insensatez.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 170
Qumrán, Libro de los Misterios IQ27, 6-8


La humanidad recibirá mucha información dentro de muy poco tiempo, y será tanta, que mucha gente no estará preparada ni querrá ver, por cuanto su edad evolutiva no posee la madurez adecuada ni le permite percibir más allá. Dentro de poco accederemos a un conocimiento que durante mucho tiempo se nos mantuvo oculto. Y como la única ventaja que tienen las fuerzas de la oscuridad sobre nosotros es «que mientras que ellas conocen sus limitaciones, nosotros ni siquiera conocemos nuestras posibilidades», la balanza se inclinará al expandirse las conciencias de muchos. Y no se necesita que cambien muchos para que cambie el planeta. Se necesita constancia y perseverancia en aquellos dispuestos a cambiar e inspirar cambio en los demás. El conocimiento de todo esto hará que las fuerzas satánicas o negativas queden sometidas a la humanidad por mil años, al cabo de los cuales, y con la ayuda de algunos disidentes espaciales extraterrestres, querrán liberarse aquellos que están atrapados, y entonces se podrá llegar a producir la llamada batalla final. Pero como para pelear se necesitan dos, si la humanidad trabaja el amor en el perdón y en el conocimiento, probablemente nosotros sellemos con nuestra actitud la trascendencia y el cumplimiento del Plan Cósmico, y se produzca una redención incluso entre quienes actuaron negativamente en las más altas esferas. Esperemos estar a la altura de las circunstancias y las expectativas.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 179


El 11 de Julio de 1991 sobre la ciudad de México, una de las más pobladas del mundo, apareció un ovni justo cuando la gente se encontraba observando un eclipse que había sido muy anunciado. El avistamiento empezó a las 13.18 horas y terminó a las 13.31, por lo que duró trece minutos, y en todo momento jugó con esa clave numérica. Y recordemos que el número trece era sagrado para los mayas, porque significaba las trece lunaciones del calendario lunar o calendario de la fertilidad. A partir de ese día se inició la oleada ovni más impresionante que se haya registrado sobre país alguno; una oleada que continúa con intensidad.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 180


O aprendemos a convivir con la naturaleza en armonía, o la naturaleza se purificará de nuestra presencia haciéndonos desaparecer.

Sixto Paz Wells
La antiprofecía, página 181



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