El hotel Dunav

"Estos brazos tan delgados los tengo como él
a veces también me gusta emborracharme bien
como corresponde a la hija del jefe de sala del hotel
pequeña payasa, lo veía en el acto
escondida detrás de las máquinas de póquer, bien
sobornada
con el chocolate de duty free que a
Vukovar
llegó demasiado tarde
como la Cruz Roja Internacional
como la humanidad
como, en general, todo lo bueno llega con retraso
eterno
a esta parte del mundo
estos brazos tan delgados los tengo como él
no me da pena por mí
sino por, cómo podía defenderse con ellos cuando le
pegaban."

Ivana Bodrožić


La habitación 325

"Los traductores tienen derecho 
a no traducir el término 
El mundo sucede alrededor de mí. 
Yo vivo en un hotel 
y todos los días cuando voy a la escuela 
dejo la llave en recepción 
en la pequeña casilla 325, 
un poco más pequeña que la habitación en la que 
vivimos 
mi madre, mi hermano y yo, 
y el televisor que un día 
tal vez nos diga 
dónde está mi padre. 
Hasta entonces tres de todo: 
camas, tazas, cucharas, 
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, 
y como cobardes compramos 
tres de todo 
como si ya con él 
no contáramos. 
Y hay un cojín para sentarse 
hecho de la piel 
de su chaqueta que 
mi tía salvó de Vukovar, 
es más o menos todo, 
a mi madre nadie, 
nadie 
la salvará, 
ella pasará años en el pequeño baño 
de la habitación 325 
escribiendo cartas a mi padre 
que está DESAPARECIDO. 
Ése es el término oficial."

Ivana Bodrožić




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