"En realidad no se trata de un descubrimiento puesto que yo sabía desde hace tiempo que las llamadas Cuevas de Tayos existían. El cometido de la expedición era fotografiar, filmar y, de esta manera, poder aportar pruebas documentales de un yacimiento arqueológico desconocido… También debíamos sentar las bases necesarias para la segunda parte de la expedición, cuyo objetivo era demostrar que este mundo de galerías subterráneo fue producto y constituyó el escenario de los creadores de la humanidad… Este sistema de cuevas tiene una extensión de miles de kilómetros y se extiende sobre una gran parte del subsuelo del continente americano, en particular por debajo del macizo de la cordillera. El aire allí dentro es puro, hay una ventilación perfecta y se encuentra a una temperatura media de 20 °C. La entrada está a una altura de aproximadamente 1000 metros por encima del nivel del mar y unos 300 metros por debajo de la cima de las montañas. Una vez se ha traspasado ese umbral y se ha accedido al mundo de las cuevas, se es testigo de una vista fascinante a la luz de las antorchas y las linternas. Nos encontramos en una enorme galería que mide entre 60 y 80 metros de ancho y entre 100 y 120 metros de alto, cuyas muros y techos están hechos de bloques de piedra finamente tallada y placas. Y todo esto no es más que el principio de un larguísimo pasaje. La parte del sistema de cuevas que nosotros hemos explorado es solo el comienzo. Nosotros pudimos localizar numerosos pasadizos, galerías y salas que salían del pasaje principal pero no pudimos examinarlos…"

Juan Moricz
Tomada del libro La historia miente de Erich von Däniken



"He descubierto, en la región Oriental, provincia de Morona-Santiago, dentro de los límites de la República del Ecuador, objetos preciosos de gran valor cultural e histórico para la humanidad, que consisten en láminas metálicas que elaboradas por el hombre contienen la relación histórica de toda una civilización perdida de la cual el género humano no tiene memoria ni indicio todavía. Tales objetos se encuentran agrupados dentro de variadas y distintas cuevas, siendo de diversas clases en cada una de ellas. He realizado el descubrimiento de manera enteramente fortuita, en circunstancia en que, en mi calidad de científico, investigaba aspectos folklóricos, etnológicos y lingüísticos de tribus ecuatorianas. Los objetos por mí descubiertos tienen las características siguientes, las cuales he podido constatar personalmente: Uno: Objetos de piedra y metal en distintos tamaños, formas y colores. Dos: Láminas de metal grabadas con signos y escritura ideográfica, verdadera biblioteca metálica que contiene la relación cronológica de la historia de la humanidad, el origen del hombre sobre la Tierra y los conocimientos científicos de una civilización extinguida.
(...)
Pido a usted se digne nombrar una comisión nacional ecuatoriana de control y de supervisión, a fin de dar a conocer a sus integrantes el lugar exacto en que se encuentran las variadas cuevas y cavernas que contienen los objetos descubiertos. Dejo constancia de que me reservo el derecho de posteriormente presentar ante quien usted determine, fotografías, películas, e incluso muestras originales que sirvan para ampliar la descripción e identificar claramente la forma, tamaño, disposición y calidad de los objetos por mí descubiertos. Dejo constancia, además, de que en uso de mi derecho de dominio sobre la parte que me corresponde en el hallazgo en conformidad con la Ley, me reservo el derecho de proceder al señalamiento y ubicación exactos del lugar donde los objetos se encuentran una vez que se haya designado oficialmente la comisión que solicito, y ésta se halle reunida e integrada con los científicos, investigadores y observadores que yo por mi parte designe en salvaguarda de mis derechos."

Janos Móricz o Juan Moricz Opos
Extracto de la Escritura notarial
Tomada del libro El muñeco humano y otros artículos deAndreas Faber-Kaiser, página 111



Moricz: "Pueden tildarme de loco, pero hay seres superiores bajo la tierra”

El Universo: “¿Cree que hay hombres allí abajo?

Moricz: “Sí, con un dios inmortal”.

El Universo: “¿Pero cómo los concibe físicamente?”.

Moricz: “De carne y hueso, pero genéticamente superiores”.

El Universo: “¿Ha estado Ud. con ellos?”.

Moricz: “Por eso puedo darle detalles del asunto”.

El Universo: “¿Y qué hacen en ese mundo subterráneo?”.

Moricz: “Hay talleres de tecnología avanzada”.

El Universo: “¿Los platillos voladores serán aparatos salidos del centro de la Tierra?”.

Moricz: “Quién sabe…”.

El Universo: “¿Los shuaras habrán visto estos seres?”.

Moricz: “Es posible, son sus dioses”.

El Universo: “Si aceptasen sus condiciones, ¿Ud. conduciría a sus acompañantes a ese lugar?”.

Moricz: “Primero tendría que seleccionar a los expedicionarios”.

El Universo: “¿Y con esto basta?”.

Moricz: “No. Tengo que establecer contacto y ver la posibilidad de ser recibidos”.

El Universo: “Repare que para muchos esta versión asoma increíble”.

Moricz: “Así es. Hace cierto tiempo me tildaron de loco; nadie creyó ni siquiera en la existencia de las cuevas. Ahora dicen que son una maravilla. Pues bien, imagino que con lo que le he contado volverán a considerarme un chiflado. Sin embargo, el mundo subterráneo existe y los seres de que le hablo están abajo. No les podemos ver, pero ellos sí a nosotros.”

Juan Móricz
Entrevista que se publicó el viernes 6 de agosto de 1976, en el periódico de Guayaquil “El Universo”


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