"Desde lejos,
me están avisando a gritos:
que no vaya, que no venga,
que no me mueva del sitio.

     Que es aquí
donde nacerán los lirios.

     Aquí,
conmigo.

     Y me miro.
Y este sembrado que soy
apenas está movido.
Apenas asoma el aire
la promesa de los trigos.

     Y quiero andar. Y de nuevo
las voces que el aire trae
me están gritando lo mismo:

     que no vaya, que no venga,
que no me mueva del mundo
que estoy sosteniendo en vilo."

Trinidad Sánchez Mercader
Tomado de POESÍA femenina española (1939-1950) ANTOLOGÍA de Carmen Conde. Libro Clásico Bruguera, Barcelona, España, 1967


Mayo de los amantes

"Mayo de los amantes,
madurador de labios, nuevo fruto,
cómo rebosa el agua de mis ojos en sombra
por donde las estrellas calan en lo profundo.
Mi voz está volcando
su cesto de manzanas en júbilo.
Tacto de la caricia,
mira cómo renace la yerba de mis dedos.
y este ritmo en desorden que el corazón ordena
pone en fuga las aves del desnudo en que bebo
agua ciega del beso: verbo mudo.
Mayo de los amantes,
enamoradamente te descubro."

Trina Mercader
Tomado de POESÍA femenina española (1939-1950) ANTOLOGÍA de Carmen Conde. Libro Clásico Bruguera, Barcelona, España, 1967


"Sobresaltada la lengua,
¿quién va a decidir el hallazgo?

     Una vocación de síes
está inundando el espacio.

     Carne de fe, sangre nueva
contra todos los escarnios,
afirma otra vez en pie
la alegría de sus tallos.

     Un brote que nadie quiso,
que nadie esperaba, canto.

     Vocación afirmativa
–carne y sangre del hallazgo–
no hay muerte para morir
lo que está resucitando.

     Que nadie diga que no,
que está el alma a flor de piel
naciendo de su milagro."

Trina Mercader
Tomado de POESÍA femenina española (1939-1950) ANTOLOGÍA de Carmen Conde. Libro Clásico Bruguera, Barcelona, España, 1967



Tranquilizaos

Tranquilizaos. Miradme.
He dado a mi silencio siete vueltas de llave.

Verdugo de mí misma, con mi propia violencia
voy cercenando el tallo de mi sangre;
la entraña que mantiene mis cortadas raíces,
hiriéndome en el signo por el que soy,
negándome.

La angustia que me crece no la sabréis. Miradme.
Llevo oculto mi fuego,
mis hondas libertades.

Quiero vivir muriendo
en este denso enigma
que me resume toda en duro arcángel.

Quiero ser vuestra, sí.
Quiero ser sólo madre.
O mujer. Mujer sólo, sin reverso ni orilla
y amaros en silencio, dulce, pasivamente,
sin que lo sepa nadie."

Trina Mercader











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