Dios

Yo

exijo

amor

incondicional

y

libertad

absoluta.

Por eso

soy

terrible

Svetlana Makarovič


La aguja

Camina camina la aguja silenciosa

ligera, con pasos minúsculos de acá para allá,

cose con apenas visible hilo

uno con el otro.

Que siga cosiendo, que siga cosiendo

a mí con vos, a vos con él,

cuanto más densa es la costura,

menos palabras pronuncio.

Pincha, tira, tensa

delgado, filoso, hilo ardiente,

cuando te das cuenta, ya es demasiado tarde,

con mil puntadas estás cosido.

Garganta con garganta, la tuya con la mía,

cada vez más denso, cada vez más fuerza,

la piel se injerta en otra piel,

cada vez más apretado, cada vez más cálido.

Junta las mejillas, las espaldas,

los pechos, los miembros sudados,

ya siento tu aliento de odio,

ya no podés apartarte de mí.

Qué es mío, qué es tuyo,

apuntás con la piedra entre mis ojos –

la aguja se apura, pincha la palma,

que se afloja y la deja caer.

Lo que fue anudado,

no se puede desatar

y lo que fue arrugado,

nunca más se alisa.

A uno se le corta el aliento

y presiente y reconoce.

El camino se revela solo.

Es un camino para uno solo.

Se estremece con fuerza, se lanza,

arranca la piel de los huesos,

se levanta entre los harapos del cuerpo

y se pierde en la oscuridad.

Allá en lo desconocido. Allá en lo alto.

Fue y es y será.

Allá en lo infinito. Allá único.

Esa estrella sobre la montaña.

Svetlana Makarovič



La mañana

Caminas cuidadosamente entre los trozos del sueño.

Las estrellas, grandes, pálidas y dulces,

Están desvaneciéndose en el húmedo amanecer.
Tímidamente sorbes plata

De la copa de la madrugada.
Las caras grises de la noche gris

ciegas fijan su mirada en lo gris.

Muriéndose,

Apoyadas en tus hombros.



Anda con cuidado.

A algo amargo huelen

las hierbas de la mañana.

Svetlana Makarovič



Mujer ajenjo

"La ninfa recoge el ajenjo,
¿a quién convidará?
hierve el amargo vino gris
¿a quién envenenará?

La ninfa recoge el ajenjo
con sus frías manos,
recoge el ajenjo, un canto
entona por los muertos.

En campo de serpientes la ninfa
con ajustado ojo de lince
sirve entre la gente
una jarra de vino de ajenjo.

Ninfa mujer ajenjo mujer.
Cada cual estará solo en el mundo,
cada cual en su campo de serpientes
en el ano del ajenjo."

Svetlana Makarovic
Traducción: Juan Octavio Prenz


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