"Aunque me privara del privilegio del descanso natural, quizás obtuviera algún beneficio: la terrible opulencia del sueño, un mundo rico y henchido alimentado de la extenuación de la carne. El mundo, de hecho, tal cual es."

Thomas Ligotti

"Comenzó a moverse de una habitación a otra en una laboriosa expedición y se convirtió en fugitivo en un mundo de retorcidas suposiciones. Una ventana permitía que penetrase alguna iluminación vidriosa, una luminiscencia cristalina, pero con frecuencia confundida debido a ciertas variaciones que percibía en los diseños de estas habitaciones. Forzado a doblar una esquina invisible, llegó hasta una pequeña puerta, y por el vano se divisaban finas líneas de luz que aparecían y desaparecían de forma intermitente en la oscuridad. Abrió la puerta. Al otro lado había un largo pasillo de techo bajo con una hilera de pequeños faroles que se apagaban y encendían al unísono a lo largo de ambas paredes. Se quedó quieto y observó. Y es que tuvo la impresión de que algo brotaba en el pasillo durante los intervalos de oscuridad, un enjambre de oscuras formas que apenas se dispersaban de forma imperfecta cuando volvía la luz, retorcidos espectros que de alguna manera pertenecían a las propias paredes y se extendían con deformes miembros. Se agachó y luego cruzó los brazos sobre el pecho para no tocar nada que no debiera ser tocado. Cuando la luz volvió a inundar el pasillo, echó a correr por él y se sintió lanzado hacia delante, extrañamente propulsado por una fuerza que no era la suya propia y que no podía controlar. Se quedó trabajo en una barandilla, lo cual evitó que se desplomarse por el hueco de una escalera que se perdía en las oscuras profundidades."

Thomas Ligotti
La voz en los huesos


“Con las restricciones que imponen la realidad convencional y la capacidad personal, podemos elegir hacer cualquier cosa que queramos en este mundo... con una excepción: no podemos elegir lo que será ninguna de nuestras elecciones. Para hacer eso tendríamos que ser capaces de convertirnos en individuos hechos a sí mismos que pueden elegir lo que eligen, en lugar de ser individuos que simplemente eligen.”

Thomas Ligotti


"El que había soñado sobre huesos y sombras -huesos y sombras mezcladas- hablaba con estas voces y conocía el verdadero nombre que llamaba a su poseedor hacia las sombras emvolviéndolo con pliegues de negrura y arropándole en su mortaja."

Thomas Ligotti



“El sufrimiento humano seguirá sin tener solución mientras existan seres humanos” y advierte que, si no se ataja, “este proceso durará todo el tiempo que siga palpitando una sola célula en este pozo negro del sistema solar, esta cloaca de la galaxia.”

Thomas Ligotti


"He reconstruido mi pesadilla en estos momentos por dos razones. En primer lugar, para mostrar el carácter de mi vida interior por aquel entonces; en segundo lugar, para proporcionar un contexto en el que pueda apreciarse lo que encontré el día siguiente en la habitación de Quinn.
Cuando regresé de clase esa tarde, Quinn no estaba por ninguna parte y aproveché la ocasión para investigar las pesadillas que nos habían estado visitando en nuestro apartamento de Nortown. En realidad no tuve que rebuscar muy a fondo entre el desorden casi fosilizado de la habitación de Quinn. Enseguida encontré en su escritorio algo que me facilitó mucho la investigación; una libreta de espiral con una cubierta de imitación de mármol. Encendí la lámpara del escritorio en aquella habitación de oscuros cortinajes y leí las primeras páginas de la libreta. Parecía referirse a la secta a la que Quinn se había unido hacía algunas semanas y era una especie de diario espiritual. Las entradas aludían a las reflexiones de Quinn sobre su evolución interior y empleaba una terminología esotérica que no ha quedado registrada en gran parte debido a que la libreta ya no existe. Sus páginas, según las recuerdo, describían el progreso de Quinn por la senda del conocimiento no convencional, una mirada incierta hacia lo que podrían haber sido reinos meramente simbólicos.
Quinn parecía haberse unido a una sociedad filosófica hastiada, un grupo de degenerados esotéricos. Su raison d’être era una especie de masoquismo místico que forzaba a los iniciados a realizar actos de una temeridad desconocida… «a atisbar el infierno con ojos de hielo», por citar una frase de la libreta que se repite con frecuencia y parece una especie de mantra de poder. Como sospechaba, la secta usaba drogas alucinógenas y no cabía duda de que creían estar en íntima comunión con extraños lugares metafísicos. Su principal objetivo, a la manera de los verdaderos místicos, era trascender la realidad común en búsqueda de estados de existencia más elevados, pero su estrategia era sumamente heterodoxa, un extraño desvío de la senda habitual hacia un conocimiento positivo. Por el contrario, se mantenían en una especie de fatalismo blasfemo, un determinismo maldito que los enfrentaba a esferas de oscuro horror. Quizás era esa misma oscuridad la que exacerbaba su propósito principal, que parecía ser un precario flirteo con su apocalipsis personal, la lucha por detentar un horrible poder sobre el propio horror."

Thomas Ligotti
Grimscribe


"La experiencia de lo extraño es un hecho fundamental e inexorable en nuestra vida. Existe un conocido relato en el que se cuenta lo que sigue: Un hombre se despierta en medio de la oscuridad y alarga el brazo para coger las gas de la mesilla. Alguien o algo coloca las gafas en su mano. (...)  Entonces, la propia mente del lector se llena de la oscuridad de aquel dormitorio en el que alguien, cualquiera persona, se despierta. Así pues, el interior del cráneo del lector se transforma en las paredes jalonadas de sombras de aquel dormitorio y todo el drama transcurre en un lugar del que no se puede escapar."

Thomas Ligotti


“La mayoría de la gente aprende a salvarse limitando artificialmente el contenido de su consciencia.”

Thomas Ligotti



"Le parecía que los viejos misterios habían sido creados para otro universo, y no para el que él había llegado a conocer. Sin embargo, no había ninguna duda de que en otro tiempo le habían impresionado profundamente. Ebrio de asombro, del mismísimo crudo asombro, podría no haberse apartado jamás del filo dorado blandido en alto por manos ensangrentadas, de la máscara con siete ojos, el ídolo de las lunas, de la ceremonia llamada la Noche de la Noche, junto a otros ritos de iluminación y todas las inmemoriales doctrinas derivadas de sus frenesís. ¿Cómo es posible que le fallaran? ¿Cuándo fue la primera vez que se sorprendió a sí mismo impacientándose con su música y sus rotaciones, cuándo tuvo lugar el primer momento en el que contempló estos misterios y descendió hasta otra clase de asombro?
Antes de que se descubriera su decepción, se marchó y regresó a su antigua secta. Sin embargo, no perdió ni un minuto en tratar de encontrar una nueva. Desafortunadamente, se planteaban los mismos problemas en todas ellas: todas, desde su punto de vista, quedaban anuladas por sus propias profundidades y por un conjunto de misterios que no alcanzaban a romper la superficie del alma insondable, no lograban mirar de frente a las cosas. Todos estos misterios condenaban así todo lo que quedaba fuera de ellos como algo trivial, mereciera dicho destino o no. La injusticia era su esencia y su poder. ¿Se habían creado estas rutinas de iluminación realmente para un universo no socavado por la farsa y la confusión? Pero incluso soñar con un lugar de esas características resultaba inútil, especialmente cuando él podía concebir un plan más ajustado a sus propósitos. Estos propósitos implicaban ni más ni menos que la invención de un culto, sin duda un culto solitario, más ajustado a su visión profana.
Se propuso localizar un lugar de veneración, un emplazamiento abandonado, viejo, aislado y decrépito. De hecho, tenía muchos lugares entre los que elegir y, por un método de selección completamente arbitrario, pronto logró instalarse en uno de ellos. En esta estructura sobrenatural —tejado desmoronado y maltrechas paredes— se atrincheró con los fetiches de su nuevo credo. Éstos consistían en cualquier cosa que pudiera encontrar y que tuviera un aura divina de desuso, de incumplimiento, de desesperanza y desintegración, de grotesca imbecilidad y sinsentido. Tenía expuestas muñecas con las caras rotas en los rincones y sobre pedestales desmoronados. Arrancó de raíz flacos árboles sin vida de sus tumbas naturales y los trasplantó a las losas agrietadas del mosaico del suelo; luego colgó lámparas con gruesas tulipas de cristal verde con cadenas oxidadas desde el techo, y las marchitas ramas de los árboles se bañaron de tonos de moho lívido, así como los rostros de las muñecas y las de varias criaturas momificadas, incluyendo dos abortos humanos que flotaban en tarros en extremos opuestos de un altar recubierto con harapos."

Thomas Ligotti
Noctuario


"Lo siniestro, lo terrible, jamás nos engaña: el estado que nos aporta es siempre un estado de lucidez. Y sólo ese estado de descarnado conocimiento nos permite una comprensión total del mundo que tenga en cuenta todas las cosas."

Thomas Ligotti
La Medusa



"Lo único que tenía el Creador en mente era una atracción de feria de tercera categoría."

Thomas Ligotti

“Los auténticos aficionados a lo macabro son tan raros como los poetas y forman una sociedad secreta por el hecho de figurar en la lista negra de los demás clubes, que en algunos casos cancelaron su afiliación desde su mismo nacimiento.”

Thomas Ligotti
La conspiración contra la especie humana



"Los lugares deben verificar su existencia."

Thomas Ligotti



"Los objetos cotidianos parecen curiosamente propensos a ser percibidos como siniestros, porque los vemos cada día y sabemos cómo deberían ser y no deberían ser. Un día esos zapatos en el suelo de tu armario pueden atraer tu mirada de un modo en que nunca lo habían hecho. De alguna manera se han convertido en algo abstraído de tu mundo, apariencias que no puedes situar, trozos de materia sin cualidad ni significado fijo. Te sientes confuso mientras los miras. ¿Qué son? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Por qué debería haber algo en vez de nada? Pero antes de que tu consciencia pueda hacer más preguntas la retraes para que tu calzado vuelva a parecer familiar y no siniestro en su ser. Eliges unos zapatos para llevar ese día y te sientas a ponértelos. Es entonces cuando te fijas en los calcetines que llevas y piensas en los pies que ocultan… y en el resto del cuerpo al que están unidos esos pies ocultos… y en el universo en el que ese cuerpo vaga de un lado a otro en compañía de tantas otras formas siniestras. ¿Y ahora qué?, parece decir una voz desde el otro lado del ser. Y qué ocurriría si te mirases a ti mismo —el objeto más cotidiano que hay— y te sintieses incapaz de asignar una cualidad y un significado a lo que se ve a a lo que lo ve. Y ahora qué, en efecto."

Thomas Ligotti
La conspiración contra la especie humana



"Por mucho que haya aprendido y viajado, esta no se encuentra entre las deidades de las que haya oído hablar, no está entre esas divinidades de las que haya podido reírse. Podría estar remotamente relacionada con esos númenes de los sistemas romanos de alcantarillado y pozos ciegos. Pero no es una simple Cloacina, ni un Mefitis o Robigo. Este dios es conocido por el nombre de Cynothoglys: el dios sin forma, el dios de los cambios y la confusión, el dios de la descomposición, el dios enterrador tanto de dioses como de hombres, el metaenterrador de todas las cosas."

Thomas Ligotti


"¿Recuerdas Andrew, las aventuras de un tal Arthur Pym en una tierra fantástica donde todo, sus gentes y el paisaje, es de una negrura perfecta: el país antártico de Tsalal? Era esta una de las mejores evocaciones que encontré sobre esa negrura que nadie había visto jamás, una revelación literaria de la existencia sin alma ni sustancia, sin signfiicado ni necesidad."

Thomas Ligotti
El Tsalal



“Toda negación viene adulterada o formulada a hurtadillas por un espíritu positivo. No se puede proferir un “no” inequívoco ni obrar en consecuencia con él.”

Thomas Ligotti


"Un ser humano no es una “persona” sino un “automodelo fenoménico” de funcionamiento maquinal que simula ser una persona. La razón por la que no podemos detectar estos modelos es que vemos a través de ellos, por lo que no podemos ver los procesos de los propios modelos. Si pudiéramos, sabríamos que no somos más que estos propios modelos. Esto podría llamarse “la paradoja de Metzinger”: no puedes saber lo que eres en realidad porque entonces sabrías que no hay nada que saber y nada para saberlo."

Thomas Ligotti







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