Buscadores de asilo

"El más grande centro de buscadores de asilo está bajo tierra.
Son los suicidas, los emigrantes al otro mundo,
inaceptados, reprimidos y torturados en este.
El centro de buscadores de asilo subterráneo ofrece libertad de movimiento
desde la periferia hacia el centro y viceversa,
tres comidas al día y un permiso diario para dar una caminada.
Los buscadores de asilo tienen una etiqueta de tamaño estándar en sus pulseras.
Pero mira, los muertos normales inician una huelga de hambre
contra el exceso de suicidios que les rodean.
Ellos no quieren a los buscadores de asilo cerca de sus pulcras casas,
no quieren sogas en todas partes, frascos vacíos de pastillas,
huesos rotos de caerse y vientres hinchados por ahogamiento.
En lugar de espantapájaros ellos siembran cruces en sus verdes jardines 
para aquellos que murieron contra la voluntad de Dios. Los buscadores de asilo
están confundidos y enojados, con un pie arrastrando todo el tiempo.
Algunos han olvidado dejar un mensaje, otros besar a su hija,
algunos han dejado un traje en la lavandería, otros no han hecho sus testamentos,
algunos no han cancelado sus viajes, otros no hicieron una cita con la muerte.
Y ahora están aquí. Con intérpretes en el pasillo
y carpetas en las manos, esperan ser vistos por el oficial del asilo.
Nacionalidad, sexo, religión. Muchos tienen padres,
pero no patria. Algunos son alérgicos a la tierra arada,
y sin poder besar su suelo, tuvieron que partir bajo tierra.
Algunos fueron fugitivos toda la vida de ellos mismos,
sin nadie que pagara las pastillas para dejar de envejecer.
Algunos han malgastado su desgracia también, no sólo su buena fortuna.
Otros no han hecho el amor con el amor de su vida por años.
Algunos han sido asesinados por sus cercanos y más querido no con 
un cuchillo, sino con aguja o fórceps.
Entre ellos hay personas que están vivas sólo después de su muerte.
El centro para buscadores de asilo está lleno, cercado con alambre de púas en el mundo de los muertos corrientes.

Llegué ayer. Obtuve dos entradas.
Durante el día, estaré en el centro de los buscadores de asilo,
y por la noche en la casa de los muertos comunes.
No sé de cuál de los dos no voy a volver."

Lidija Dimkovska


Diferencia

"Jesusólogos, Allaólogos,
Constantinopla no tiene contemporáneos.
Todo aquí es profesional,
papel de baño, lavadora,
el ascensor, el micrófono, la masa corporal.
Detrás de la perfección, la mente es una caja fuerte abierta a la fuerza
que nada esconde ahora, excepto el luto.
Vivo junto a un templo brotado con cajas de aire acondicionado
como adultos con sarampión tardío.
Alguien me pregunta todo el día por el citófono
si hay un acordeonista en el edificio.
El guardián de las banderas podría saberlo,
una bandera negra raída por animales domésticos,
ondulando desde balcones de suicidas,
la otra, la bandera nacional, se destiñó toda en el lavado,
ondulando desde las ventanas de los asesinos.
Entre el nacimiento y la muerte la vida no tiene garantía,
la única estación de servicio es la que está aún dentro de nosotros mismos.
A veces ardo en deseos de ser una lisiada de guerra
para yacer en el hospital sobre una toalla de playa impresa con una mujer desnuda,
recién llegada de Suecia con la Cruz Roja.
Pero es en vano, porque un día como hoy tiene necesidad de todo mi cuerpo,
y la noche de mi pecho solamente. No importa con qué mano me cruce,
los cuatro lados del mundo
le hacen falta al corazón.
Lo protegeré con una impresión en mi camiseta
de la cabeza del Che Guevara, o con mensajes religiosos:
Taoísmo: La mierda ocurre.
Budismo: No es más que una ilusión que ocurre mierda.
Islam: Si la mierda ocurre, es la voluntad de Allah.
Testigos de Jehová: Toc, toc: La mierda ocurre.
Cristianismo: Ama tu mierda como a ti mismo.
Sólo hay una melodía que puedo tocar en el acordeón,
e incluso aquella es un reencauchado de la historia.
He enviado la muestra de mi conejo enfermo a Viena,
y aquella del santo enfermo a Roma.
Como Ingeborg Bachmann, cada pieza de repuesto
llega a casa en el vehículo de otra persona.
La existencia yaciendo supina en un carruaje fúnebre
a la cual los vivientes al otro lado del cristal
se quitan sus sombreros
y saludan como cuando él nació: Adiós-adiós.
Cuando el amado regresó de Constantinopla cargando los membrillos amarillos,
Fátima le sonrió amargamente desde el otro mundo.
La diferencia entre el hombre y Dios, mi querido, es sólo una:
el hombre encuentra primero, y luego pierde,
Dios primero pierde, luego encuentra."

Lidija Dimkovska


La poética de la vida

"Ya no hablo en lenguas humanas.
Soy tan libre como un mensaje de fax. Legible-ilegible,
llega adonde debería. Voy a llegar a tiempo
para hundir mis rodillas en la marca de casta de la estufa
y Krishna empezará a oler a una pizza tipo ‘Quatro stagione’.
¿Cuánto tiempo puede el murciélago en mí permanecer
invisible ante los invitados, ahora que él también puede ver durante el día
(Después de la operación en la Clínica Oftalmológica Fyodorov en Moscú),
sin que mi tía mezcle rábanos con carne,
frita en grasa humana? Esa es mi dieta favorita.
Saúl me dijo: no terminarás en un horno, pero tampoco vas a terminar en el catálogo de la Biblioteca Nacional.
¡Hay que ganar para vivir!
¿Sí? Así que muchas tareas, Dios, no hay tiempo ni para suicidarse.
El diario rebosa de acontecimientos, todo está bajo control,
sólo los controladores no se ven en ninguna parte: durante todo el día deambulan en el supermercado donde organizo los frascos de 
agua bendita.
Ellos la compran al por mayor y la revenden por libertad metafísica.
Mi tiempo no está todavía en ninguna parte para ser visto. Verano e invierno
De pie al lado de la carretera, lo espero. Pero todavía no llega.
Tampoco manda noticia, ni vuelve.
Los trabajadores migrantes, incluso cuando no estaban regresando, enviaban al menos una bolsa de dinero. ¡Mira estas venas varices!
Y la piel es como cáscara de naranja,
que ni siquiera el gel más caro para la celulitis suavizaría!
¿Es así como se paga el exilio llamado poesía?
Ojeras 
sin ojos, Mademoiselle Pogany en los brazos de Walt Disney,
París que no es París cuando no pienso en él. Voy a pasar todo el día de mañana
arrodillada ante el Diccionario de Religiones y pidiendo
que la esposa del sacerdote que me casará muera.
Si llego a ver la vejez,
Que pueda al menos lograr que Pablo, que enredó no sólo los hilos 
de los corintios, sino de los extraterrestres también, me vuelva a casar.
¡Sin duda, mi momento llegará también!
Altos oficiales del estado lo han dicho en sus declaraciones. Me quité las gafas
para estar sola. ¿Cómo se reirán a carcajadas una vez me entiendan?
¡Cuán querida me volveré para ellos! Al igual que el premio mayor de la lotería,
como el reconocimiento al nombre de mi país,
como un mundo sin fronteras mi cruz será para ellos.
Es sólo que no sé si creo en ustedes, bebés,
que todo lo que están haciendo es jugar,
¡que no van a devorar mi dedo mágico!"

Lidija Dimkovska
Traducción de H. G. Leogena, a partir de la traducción inglesa de Ljubica Arsovska y Margaret Reid



Las paredes

"Las paredes duelen desde los tapices gobelinos de mi madre.
La niña de pequeño sombrero, la Mujer Pirata, Dirty Jean,
e incluso más desde las fotografías colgadas junto a ellas,
la de la boda de mi hermana, la de la recepción donde el Presidente.
Hoy han colgado mi diploma de un clavo
y se abrirá campo para algunas Medallas de Trabajo, también.
Mañana deberemos pegar el calendario ortodoxo
junto a aquel que supuestamente cuenta un tiempo diferente.
Quienes sea que vengan dejan señales de sí mismos,
fijan pequeños cuadros y ganchos de plástico,
y cuelgan sus sombras alrededor del reloj de pared
en clavos recién martillados.
Tuve que sostener las paredes con mi vida hasta el amanecer
cuando los albañiles vinieron a reconstruirlas de nuevo.
Las paredes se durmieron, yo ya había muerto.
No las despiertes con martillos, ruego no las despierten,
déjenlas desnudas, y yo a solas con ellas, y yo a solas con ellas."

Lidija Dimkowska- Macedonia
Traducción de H. G. Leogena, a partir de la traducción inglesa
de Ljubica Arsovska y Margaret Reid


Llave

"Cuando la llave colgaba de tu cuello
tu cabeza era la panza de Buda,
sobada por familiares y empresarios
con un deseo invariable de Año Nuevo
(Dinero = salud, felicidad y amor),
ellos tenían su sueño favorito, tú tenías tu pesadilla favorita,
Bach en la radio, frijoles en la taza, y Bruno Schulz
en posición firme en la ducha.
Un hombre feliz se recarga afuera, y se vacía en casa
(Bolsillos, estómago, cerebro y esperma),
sólo el vacío en la almohada anatómica
que recuerda tu cabeza
incluso cuando la llave ha perdido desde hace tiempo su pita.
Y ahora, cuando la infelicidad es también un cargarse,
la panza de Buda necesita que la soben contra la funda de almohada
o ser sustituida por una deidad más reciente,
cambiar la ropa de cama cambia también la fortuna,
como un cargador de baterías que ya no parpadea.
Necesitas una llave para todo menos para tu conciencia,
arreglo horticultural para un jardín inglés, una estatuilla de gnomo, y una cerca con alarma,
un hogar donde el único dios sólo es la enfermera municipal
que viene de visita tres días después del nacimiento y tres días antes de morir.
En su bolso negro cerrado con una llave hendida
esta vez lleva balanzas para pesar la vida, la próxima vez para sopesar la muerte."

Lidija Dimkovska


Mi tumba

Todos los días veo mi tumba en el patio,
incluida en el precio de la casa,
con una tabla que tapa el hueco,
con una lápida de caliza blanca,
con una fotografía en un marco de oro,
y el año de nacimiento separado por un guion
del espacio vacío de la muerte.
La tumba está allí bajo el peral frente a la casa
mirándome fijamente aun cuando yo le dé la espalda.
En primavera los gatos aflojan la tabla,
y los gorriones en el árbol cagan en ella para la buena suerte,
en verano ocasionalmente una pera podrida
astilla un pedazo de la piedra sepulcral,
en otoño la lluvia adelgaza su columna vertebral, muerde su figura,
en invierno la nieve la embiste más profundamente en el suelo.
Es el punto focal de cada rayo,
de cada sismo es el epicentro.
Se deshace, se desintegra, se descompone,
se vuelve cada vez más pequeña, más arrugada, es llevada a arrodillarse.
la tumba está desapareciendo ante mis ojos,
está cayendo en su propio hueco, tornando del polvo al polvo.
La miro esta mañana, lo que queda de ella no es más
que una pequeña pila de piedra caliza dispersada por el viento,
fragmentos lo suficientemente grandes como para construir nidos,
y la foto en su marco de oro
revolotea alrededor del guion entre nació-murió. Mi tumba está desapareciendo cada vez más rápido,                                                                                                                                                                                                            [tal como mi vida.

Lidija Dimkovska
Traducción de George Mario Ángel Quintero [a partir de la traducción inglesa de Ljubica Arsovska y Margaret Reid]







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