"Cuando mi primer poema fue publicado en un periódico, me sentí  muy, muy feliz. Les envié otro y  también lo publicaron. Así que seguí escribiendo."

Toyo Shibata


"Desde que, pasados los 90,
empecé a escribir poemas,
cada día tengo algo por lo que vivir.
Aunque estoy en los huesos,
mis ojos calan el corazón del prójimo,
mis oídos oyen bien el susurro del viento,
mi boca, ¿sabéis?, se expresa con vigor.
Y al recibir las alabanzas de todos
me alegro y se renueva
mi deseo de esforzarme."

Toyo Shibata


En el aniversario de tu muerte

"He soñado contigo
y, al contárselo a Ken´nichi,
me ha dicho.

¿Cómo os peleabais, ¿verdad?
Yo estaba muy nerviosa
Y no sabía qué hacer.
Ahora él me trata con mucha dulzura,
Juntos componemos poemas.
¿Por qué no participas tú también?"

Toyo Shibata


La fuerza para vivir

Ahora, superados los 90,
qué precioso es cada día.
La brisa que me acaricia las mejillas,
la llamada telefónica de algún amigo,
las visitas que recibo.

Cada una de esas cosas
me procura la fuerza para vivir.

Toyo Shibata


La respuesta

"El viento en mi oreja 
"Ya es hora 
para el proximo mundo 
Vamos, ¿qué dices? " 
Con voz suave, como acariciar a un gato. 

Así que respondí rápidamente 
"Me quedare aqui 
un poco más 
Me quedan cosas por hacer " 

El viento 
con una cara preocupada 
Se detuvo y se fue a casa."

Toyo Shibata


Madre I

"Pienso en mi desaparecida madre
cuando, tal como yo ahora,
llegó a los 90 años.

Cada vez que iba a a visitarla
a la residencia de ancianos,
la hora del regreso era penosa.

Mi madre siempre me acompañaba
hasta la salida.
Todavía recuerdo claramente
aquel cielo nublado
y las flores de cosmos mecidas por la brisa."

Toyo Shibata




“Mi nombre es Toyo Shibata. Tengo 101 años. A lo largo de mi vida he protagonizado momentos buenos y malos. He sufrido guerras, bombardeos y terremotos. He experimentado el miedo y en ocasiones he deseado morir debido al acoso, a la traición y a la simple tristeza. He sido madre. En la actualidad vivo sola y recibo a menudo la visita de mi hijo. Cuando se acerca la hora de su marcha pierdo el ánimo pero intento reconfortarme y me digo «sé fuerte, aún se puede recoger la luz del sol con las manos». Empecé a componer versos a los 92 años y me he dado cuenta de que a pesar de las dificultades existo gracias a mis recuerdos y a las personas que me han acompañado en este viaje. Aunque me pese la soledad cada mañana me pinto ligeramente los labios y me alegro de ver el sol a través de la ventana, otra vez…, y sonrío.”

Toyo Shibata


Para mí misma

"Una a una
las lágrimas caen
sin cesar del grifo.

Sean cuales fueren tus penalidades,
por triste que sea lo que te suceda,
amargarte pensando en ello
no te servirá de nada.
Abandónate
abre bien el grifo
y deja que las lágrimas caigan
de una sola vez.

Ya está, y ahora
tomemos café en una taza nueva."

Toyo Shibata








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