A mi mamá

Yo te quiero tanto
madrecita mía
que para mi afecto
nunca habrá medida.

Cuando me sonríes
y cuando me besas,
toda, toda el alma
de dicha se llena.

Hersilia Ramos de Argote


Canto de las vocales

Somos las hermanas
á, é, í, ó, ú;
por el bosque vamos

vestidas de azul.

La brisa al rozarnos
canta, en su run run:
que lindas las hadas
á, é, í, ó, ú

Los frutos son dulces,
el agua muy fresca. . . .
Todo es alegría,
es risa y es fiesta.

Bailaremos mucho,
cantaremos más.
Es día de fiesta,
Vamos a gozar.

Qué felicidad!
Qué felicidad!

Hersilia Ramos de Argote


Este grito

Este grito estrangulado
que agoniza en mi garganta
y se alarga en estertores
lacerando, como garfios, las entrañas;
este grito ardiente, trémulo,
que no pudo sublimarse en una estrofa
ni cuajarse en una lágrima;
que soñó, áurea libélula,
remontarse hasta libar el sacro polen,
miel de luz de las estrellas;
que anheló -prisma de agua-
ser gotita transparente,
diminuta luna diáfana,
con espejos,
donde un iris de ideal se perpetuara.

Este grito,
que en la celda tibia y blonda
de su omnímoda crisálida,
cuna fue de ardiente anhelo,
fragua viva de ilusiones,
núcleo férvido y vibrante
de inquietudes y esperanzas.

Este grito,
que cual flecha luminosa e incendiaria,
fue rasgando los cendales milenarios
de pretéritos atávicos
y de angustias y de ansias
enquistadas;
y en el árbol de la vida
puso el zumo redentor
de una nueva y fresca savia;
y de pájaros cantores y de nidos y de felpas
y retoños
pobló el lecho verde y tibio de sus ramas.

Este grito
que prendió la estrella guía
de otros rumbos y otras sendas
y otros mares y otros cielos y otras ansias,
y dejó la blanca estela
llena toda de su lumbre esmerilada.

Este grito
que hoy crepita, se retuerce
y se ahonda
en convulsas vibraciones
y se extingue lentamente,
abrasado en los umbrales
de su propia llamarada.

Este grito estrangulado
que agoniza en mi garganta
y se alarga en estertores
lacerando, como garfios, las entrañas;
este grito,
fiel imagen de mi vida desolada,
no tendrá jamás la gloria de ser trino
ni el embrujo inefable de ser ala.

Hersilia Ramos de Argote



Flor del Espíritu Santo

De nívea santidad, de astral pureza,
_en los bosques istmeños albergada_ 
semejas la eclosión de una alborada,
prodigio de la gran naturaleza.

Divina flor de excepcional belleza;
en las noches, la luna enamorada
de tu cándida lumbre, sosegada,
con reverente beatitud te besa.

La majestad de Dios en ti se asoma,
inmaculada, prístina paloma.
Del Espíritu Santo, los fulgores

circundan con unción tu transparencia;
y hay en tu augusta, señorial presencia,
efluvios de recónditos fervores.

Como mística hostia suspendida
sobre el silencio, agreste, estremecido,
de la selva profunda; cual latido
del corazón de Dios, Suprema Vida,

eres símbolo y mito en la escogida
tierra de Panamá. Riela, encendido,
de casto amor tu pétalo transido,
crisol del alma libre, redimida.

¡Flor sagrada! La Patria panameña
te hace un ara de honor junto a su Enseña
y, al acorde del Himno Nacional,

tu custodia de cáliz sacrosanto,
imagen fiel del Espíritu Santo,
esplenderá en su nimbo celestial.

Hersilia Ramos de Argote


Mi Patria

Mi patria es un istmo con rumor de mares,
con cielos azules, con fúlgido sol,
y ondula en los vientos, en rítmicos giros,
la linda bandera, pendón tricolor,
con su azul de cielo, su blanco sublime.
Su rojo encendido en llamas de amor,
y sus dos estrellas brillantes y diáfanas
que alumbran senderos de liberación.

Mi patria es un istmo, puente entre dos mares,
puerta a la que asoma, pura en esplendor,
cuando dase al orbe, grandiosa y magnánima,
por la gran herida de su corazón.

Mi patria es un istmo con rumor de mares,
con cielos azules, con fúlgido sol,
con trinos y fuentes, paisajes y flores,
donde riela esplendida la risa de Dios.

Hersilia Ramos de Argote


Mi primer libro

"Al azar, un día, empolvado y viejo,
encontré mi libro del grado primero.
De entre las ajadas y pálidas hojas,
volaron recuerdos como mariposas
Visiones felices de mi bella infancia,
De mis travesuras y mis chiquilladas.
El aula, de clases, el patio de juegos,
la maestra buena, y mi s compañeros…
Infantiles cantos de la edad aquella,
lejanos e ingenuos cuentos y leyendas…
Oh libro, mi amigo, mi fiel compañero,

eres en mi vida cofre de recuerdos!"


Hersilia Ramos de Argote



Oda a La Patria

¡Oh Patria que te extiendes, egregia y soberana,
sobre un istmo radiante de luz y de verdor;
te arrulla el armonioso murmullar de dos mares
y te cobija un cielo de espléndido fulgor!

Tierra predestinada, que la Naturaleza
ha enclavado en el mismo corazón tropical
para que seas vórtice de los altos designios
que vislumbró Bolívar en su ensueño genial.


Surgiste en el consorcio de las naciones libres
con tu diadema diáfana de estoica dignidad;
tu historia es un compendio de férvido heroísmo
y tu lema, un baluarte de confraternidad.


Eres puente que abraza a los pueblos del mundo
en comunión de anhelos de paz y libertad,
y aunque pareces frágil, por dimensión geográfica,
grande eres por tu fuerza de solidaridad.

¡Oh dulce Patria amada, ubérrima y señera,
que vibras y palpitas con latido inmortal,
en cada sacro pliege de la bandera augusta
y en las trémulas notas del himno nacional!


Nosotros, los que abrimos los ojos en tu tierra,
y en tu entraña bebimos la sabia maternal,
somos, Patria, tus hijos. Y nuestra sangre es chispa
saltada de las vetas de tu ígneo pedernal.

Por eso la ofrendamos, solemne, en tus altares,
por tu soberanía, prosperidad y honor
y porque ondule siempre, altiva, inmaculada,
bajo tu cielo límpido, la enseña tricolor.

Hersilia Ramos de Argote


Panamá

Salud, PANAMÁ, la verde,
hermosa faja risueña
arrullada por dos mares
que enamorados la besan;
la que luce con donaire
su montuno y su pollera
mientras triunfa el tamborito
tradicional en las fiestas.

El Canal Interoceánico
que en sus entrañas se asienta
es lazo de unión que hermana
a los pueblos de la tierra.

Y, así, tendida en un istmo
__como cantó su poeta__
cabe, por leal y por noble,
por soberana y señera,
en el alma y en la sombra
augusta de su bandera.

Hersilia Ramos de Argote



Romance del nombre tuyo

Estoy bordando tu nombre
en la tela de mi ensueño...
¡Hebra azul de una quimera 
sobre el manto del recuerdo!

Las campanitas de gloria
que, como níveos pañuelos,
agitan en lontananza
la cortina de los sueños,
las campanitas de gloria
están tocando de nuevo,
porque ha caído una lluvia
de estrellas sobre mi huerto.

Un leve rumor de alas
estremece el viejo alero;
la dulce canción de antaño
viene vibrando a lo lejos
entre los pliegues dormidos
de los románticos ecos.

La canción que tú cantabas
cuando el verde limonero
en floración milagrosa
cubría de azahares el viento;

la canción que tú cantabas
cuando el azul de los cielos
rivalizaba en matices
con el azul de mi anhelo;

la tierna canción de dicha
que me enseñaron tus besos
bajo el fulgor apacible
de los distantes luceros...

Estoy bordando tu nombre
en la tela de mi ensueño.
Sobre el musgo de los años
triunfa el milagro de un beso.

Son mis manos como noches
que van vertiendo luceros
sobre las viejas heridas
de los dolores eternos.

Son mis manos como aquella
floración del limonero
que va cubriendo de aromas
las asperezas del viento;
como el tierno y jubiloso
despertar del viejo alero,
como faroles prendidos
entre las brumas del puerto.

¡Estoy bordando tu nombre
en la tela de mi ensueño!

Las campanitas de gloria
que, como níveos pañuelos,
agitan en lontananza
la cortina de los sueños,
las campanitas de gloria
están tocando de nuevo,
porque ha caído una lluvia
de estrellas sobre mi huerto.

¡Ya está bordado tu nombre
sobre el azul de mis sueños!

Hersilia Ramos de Argote









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