Ansias

Se me van los ojos buscando las lindes.
¿Por qué no estar en todas
partes a la vez?

Querría sentirme en las sierras,
en los valles y llanuras,
en los ríos y el mar a la vez.

Nacer y morir en el Todo
entrando en las cosas inermes y ser
grosera materia ignorante y fecunda,
Átomo pensante y consciente a la vez.

Guijarro e idea, brazo y ala,
instinto y sien,
celaje y pantano y voz y silencio
y odio y amor a la vez

Regino Boti


Cielo carnal

(Proemio) 

Solos con nuestras cuitas en la alcoba, 
frente a la blanca luna del espejo, 
la atraje hasta mi hombro con un mimo 
y la retuve con la miel de un beso.

Tendió sus dulces alas el abrazo;
y en la doble clausura comprimidos, 
mudos, con el silencio de los éxtasis, 
como un junco a otro junco nos torcimos.

La voluptuosidad, onda de fuego
que se quiebra en las playas de la vida, 
puso la somnolencia en nuestros ojos, 
borró de nuestros labios la sonrisa.

Como el loto que dobla su penacho 
mustiado por el tedio de la tarde, 
rendida a mis palabras inclementes 
con mano inquieta desciñose el traje.

Profanando su olímpico arrebato, 
la acompañé en la erótica tarea 
hasta que vi brotar bajo el encaje 
la rósea malla de sus carnes tersas.

En torno a aquel mutismo religioso 
recitaba el placer su canto obsceno, 
y nos estremecimos asustados... 
de vernos en la luna del espejo.

Regino Boti


En la bahía

"Prima noche: anchurosa se distiende
ante mí la dalmática del cielo,
y pone un tinte de ventura y duelo
en cada albino luminar que enciende.

Su incólume silencio al mar extiende
dominando en la ola y en el vuelo
con un grisáceo tremolar de velo
y una antífona lúgubre de duende…

Sobre la mansa superficie rueda
cual cintilante vibración de seda
un reguero de luces tornasoles.

Y es que del mar en el rugoso velo
Palpitando invertido está otro cielo
cuajado de archipiélagos de soles."

Regino Boti


En la magia del crepúsculo

Desde el balcón ruinoso de barandal antiguo
que como boca horrible del muro se contrae,
miro con ojos tardos hacia el vergel contiguo
en donde el viento airado las pompas verdes rae.

En el confín borroso, un horizonte ambiguo
de mar y de montaña, glaucos remedos trae,
cuando el crisol de ocaso vierte su chorro exiguo
de púrpura encendida que en el paisaje cae.

Mis sueños de conquistas morales y preseas
me acusan de cobarde; me execran mis ideas;
la soledad me arrulla con su mordiente dejo.

Imagen de mi vida de solitario, un triste
y añoso cocotero llora, reza y asiste
al gran sepelio gualda con manto de oro viejo.

Regino Boti


Ignición crepuscular

"La tarde era una aurora; el sol poniente
incendio, entre las lindes del ocaso.
Rojas nubes amantes a su paso
le besaban con ósculo fulgente.

Hacían mar y cielo un ascua ingente;
y, fingiendo montículos de raso
purpurino, el oleaje en giro laso
tremía como el chorro de una fuente.

El éter, todo sangre, en el misterio
de sus llamas de luz, dejó un instante
brotar del horizonte inquieto grumo.

Mientras, cual un giboso megaterio,
paseaba ante el incendio centelleante
un barco errátil su melena de humo."

Regino Boti


Luz

"Yo tallo mi diamante,
yo soy mi diamante.
Mientras otros gritan
yo enmudezco, yo corto, yo tallo;
hago arte en silencio.

Y en tanto otros se agitan
con los ritmos batallo
y mi nombre no agencio.
Yo soy mi diamante,
yo tallo mi diamante,
yo hago arte en silencio."

Regino Boti


Sobre el mar

"Perla, ópalo y gris: la madrugada
–dijérase sibila triunfadora–
anuncia el rojo de la vieja aurora
con una urente brisa fatigada.
Traman feble batista opalizada
el mar y el cielo. La ilusión traidora
del horizonte la esfumó la hora
con la luz de su red eterizada.

Sobre la inmóvil linfa avanza el bote;
surge por barlovento rudo islote
que cual negra amenaza se distingue.

Y es en su torso la unidad del faro
–cíclope a quien devora el desamparo–
un rubí que se enciende y que se extingue."

Regino Boti


Visión en la alcoba

"Consumado el placer, un nerviosismo
sutil y doloroso me espolea,
y la carne invencida se recrea
en ese breve vértigo de abismo.

La acendrada ignición del erotismo
pone sobre mis párpados su hiblea;
y en mis ojos cerrados se pasea
la roja caravana del sadismo.

Entonces ella, de mi ardor triunfante,
rompiendo la estrechez de aquel connubio,
salta del lecho con andar de loba.

Eva, la vi, bajo el reflejo rubio,
blanca y desnuda: parecía un gigante
lirio que deambulaba por la alcoba."

Regino Eladio Boti y Barreiro




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