Ardieron las últimas coronas de hielo bajo los árboles

Ardieron las últimas coronas de hielo bajo los árboles 
confiadamente los arbustos muestran
sus corazones verdes

En el río valientes nudistas
ofrecen al sol
sus pálidas vidas

Qué indefensos y frágiles son

Por los ancianos de los bancos no hay que temer
Ya no sueñan con la felicidad, temen perderla después,
no llaman en balde a la perdición

Viola Fischerová



En la mano

Todavía te siento en la mano
los hombros flacos con los huesos marcados
y la cabeza en el regazo
todavía te siento en la mano
en aquella penúltima hora 

Buscabas esa noche a la mujer
a la que amaste
De ti se escondía
la niña que creaste 

Llamé en la oscuridad
al hombre que fuiste
Encontré asesino al niño
que no engendraste

Todavía te siento en la mano
peso creciente
que se acurruca
y no sabe dónde está 

Todavía tengo las manos llenas
de una ternura que te sobrevive

Viola Fischerová


Te reíste una vez

Cuando cree
que ya no quiere nada
se arrojan sobre ella los lugares de antaño
en el sol brusco del mediodía
-Aquí en las piedras te reíste una vez
a borbotones
completamente feliz-
A mí del futuro me da frío
sólo lo que fue 

Viola Fischerová






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