"Como veo que no eres como los demás palagis, de esos que cargan grandes mochilas es sus espaldas y solo vienen a hacer fotos marchándose a los cinco minutos, te voy a contar algo más acerca de la historia de este trilitón, que me ha sido trasmitido de generación en generación desde hace 700 años. El undécimo Tui Tonga era de origen divino. Durante su reinado los tongoleños ampliamos nuestros dominios por el Pacífico sur. Nos desplazábamos en kalias o canoas dobles. Fue en una de ellas como, desde la isla de Futuna, trajimos unos bloques coralíferos que servirían para la erección de este trilitón que tienes enfrente, el único en todo el Pacífico. En realidad se trata de un observatorio astronómico, necesario para los grandes viajes de nuestro pueblo polinesio entre los tres vértices que conforman nuestro triángulo: Nueva Zelanda-Isla de Pascua-Hawái, siguiendo la dirección de la Vía Láctea y orientados por las estrellas más brillantes de su contorno. Nuestro pueblo, aun desconociendo el compás, era capaz así de viajar distancias enormes entre archipiélagos; de Tahití a Hawái, por ejemplo, empleábamos 21 días. Pero para eso necesitábamos una guía: el trilitón."

Jorge Sánchez
Mi viaje a los archipiélagos del Pacífico
Tomada del libro Grandes misterios de la arqueología de Jesús Callejo, página 332


"La casuística ufológica está repleta de detalles «rocambolescos» como este. Jeringuillas hipoalergénicas, material quirúrgico como tijeras o bisturís, escalerillas de mano para acceder al aparato y un larguísimo etcétera. Aquí surgen diferentes hipótesis y planteamientos. Lo cierto es que tocamos un fenómeno extremadamente complejo como para poder decantarnos hacia una u otra opción, a la hora de tratar de «concluir» sobre todo ello. Tergiversación de los recuerdos, fantasía, influencia de nuestro propio contexto cultural... Quién sabe. A título personal, tan solo puedo decir que, curiosamente, este tipo de «detalles» se dan curiosamente en muchos casos. Detalles que, de repente, nos sorprenden por el «surrealismo» que conllevan, dentro de una situación ya de por sí difícil de encajar. Seguro que usted mismo, querido lector, se estará haciendo la misma pregunta que nos hemos replanteado los investigadores en este y en otros casos: ¿qué sentido tiene atravesar el universo para terminar pidiendo un vaso de agua a un par de niñas en mitad de la nada? Quizás, esa «teatralidad» que caracteriza al propio fenómeno ovni de la que se ha hablado en infinidad de ocasiones, sea «necesaria» para hacernos a los humanos «más cómodo el episodio». O quizás, sencillamente, esos elementos y situaciones doblemente incomprensibles formen parte de algo que jamás alcanzaremos a comprender."

Jorge Sánchez
Tomada del libro DISTORSIÓN. Ovnis, apariciones marianas, bigfoots, hadas, fantasmas y extrañas criaturas ¿una teoría explicativa? de José Antonio Caravaca












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