Conclusiones de Miguel Peyro sobre el fenómeno OVNI

1. El fenómeno existe. Es decir, se produce realmente y, si en tiempos anteriores sólo podía consignarse verbal o literariamente, hoy ha sido registrado por todos los medios de grabación humanos, producto del maquinismo. de igual forma, el fenómeno OVNI ha sido reportado por toda serie de personas, pertenecientes a los mas dispares estamentos sociales y con las más estrictas responsabilidades éticas y morales.

2. Las manifestaciones del fenómeno no se reducen a las observaciones de platillos volantes, tal y como suelen entenderse, sino que abarcan otras modalidades como las “marianas”, las de seres monstruosos y aún las relacionadas con la moderna parapsicología.

3. El fenómeno, como tal, se apoya en los cimientos de la observación. Sus observaciones son fugaces pero se interrelacionan en una continuidad (oleadas, alineaciones, frecuencias) Que deja profunda huella en el hombre de tal suerte que se considera al fenómeno compacto y homogéneo.

4. El fenómeno OVNI tiene una intencionalidad no dirigida a otro sino al propio testigo. Los “números” de recogida de plantas, medido de minerales, arreglo de aparatos y mensajes orales no son sino elementos esencialmente falsos con la naturaleza misma del fenómeno. Sin embargo se recubre de estas actuaciones para producir una impresión conveniente en el inconsciente del testigo.

5. El fenómeno es globalmente absurdo en cuanto al aspecto de los objetos, características de la observación y mensajes dejados. Seria incontable la ingente cantidad de formas de OVNIs reportadas, lo que ha llevado a ciertos investigadores a creer en una “estructuración” de los presuntos “aparatos” para cada misión específica, y a otros a afirmar que no se han visto jamás dos OVNIs iguales. Esto también deja a un lado las hipótesis sobre ciudadanos cósmicos y similares.

6. El fenómeno se basa en el “caso” para presentarse. El OVNI no existe en nuestra realidad ni antes ni después del avistamiento- y solo durante ese lapso de tiempo ocupa un lugar espacial. Se podría demostrar fácilmente cómo hay una absorción de energía en el entorno por parte de la aparición mientras esta es tal esto se da tanto en los casos normales de apariciones No Identificadas como en las ‘marianas”, como en las visiones de índole mediúmnica.

7. El fenómeno ofrece, a pesar de todo, su propia explicación a través de loe tiempos, acorde con el momento cultural y tecnológico de los hombres. Esto se evidencia con su presencia como magos en la Edad Media, científicos julesvernescos en el siglo XIX, pilotos de aviones secretos en la década de los treinta y astronautas del espacio en nuestra llamada “Era espacial”. La cadena no parece detenerse aquí y posiblemente continúe en sucesivas etapas históricas con formas mas complejas. El Fenómeno se adapta a cada momento cronológico con un camuflaje perfecto, imposible de desvelar para un testigo de una época determinada. El estudio del elemento absurdo y el análisis histórico del Fenómeno  nos ayudan a encontrar la clave para la solución parcial del enigma.

8. El fenómeno OVNI ofrece siempre una explicación paternalista autoritaria, en alusión directa a seres inteligentes por encima de los hombres.

Lo expuesto nos lleva a formular la siguiente teoría:

9. El fenómeno OVNI es fundamentalmente psíquico. La quimera acerca de unos seres increíbles que se pasean por nuestro planeta, el hecho de que estos seres se muestren en ocasiones muy contadas y en condiciones desconocidas, el mismo trasfondo de la mecánica de estos casos, su forma de ocurrir y el efecto dejado en las mentes de los testigos – con los que los elementos de la observación están en íntima relación – solo es explicable desde el punto de vista del psiquismo humano con el nacimiento de lo que podría llamarse una nueva mitología. El factor agente del Fenómeno es la propia colectividad humana.

Miguel Peyró
Del libro: ¿Ovnis? Si, pero…




"La comunicación verbal tienen limitaciones tanto espaciales como temporales. En el espacio está condicionada por el alcance físico de la voz; en el tiempo, por su escaso lapso de duración. La primera función de las escrituras ha sido trascender estas fronteras. Conservar un mensaje verbal más allá del momento en que se pronunció, llevarlo más lejos de lo que nunca conseguiría hacerse oír. Las características de los soportes físicos de las escrituras del mundo, los objetos sobre los que se ha escrito a lo largo del tiempo, reflejan este doble propósito: Materiales de vocación imperecedera para intentar convertir los mensajes en eternos, como en el caso de las inscripciones en mármol del mundo grecorromano. Materiales ligeros, como el papiro egipcio, para transportar cómoda y rápidamente los mensajes a cualquier lugar. La evolución de los soportes físicos de las escrituras refleja la incesante búsqueda de materiales y técnicas que aúnen las dos pretensiones de la producción de un texto escrito: que pueda conservarse indefinidamente y que pueda alcanzar en teoría cualquier destino. No siempre ha sido posible conciliar ambos propósitos: las fibras vegetales, tan ligeras, se consumían con el paso del tiempo; la piedra, tan resistente, no podía ser movida sin gran esfuerzo.

La escritura surge así como un sistema sustitutivo del lenguaje verbal, como un procedimiento técnico para hacerlo llegar más lejos en el espacio y en el tiempo. Pero el medio, según la célebre tesis de McLuhan, puede acabar apropiándose del mensaje. Las escrituras acaban distanciándose del texto oral originario, creando un nuevo tipo de texto visual. El uso general y continuado de materiales escritos lleva en distintas sociedades del mundo a la aparición del lenguaje literario, una nueva forma de concebir el mensaje verbal según reglas que sólo se aplican a la hora de escribir. Las sociedades altamente literalizadas, aquellas en las que las escrituras han alcanzado una gran difusión, acaban siendo siempre sociedades diglósicas: utilizan en realidad dos gramáticas y dos inventarios léxicos para expresarse, aunque en la conciencia general de sus miembros sólo estén usando dos medios alternativos de un mismo sistema comunicativo: “en voz alta” y “por escrito” [1]. La versión literaria termina creando un código lingüístico de prestigio, que se impone socialmente sobre cualquier variante del habla real, como si constituyera su forma más “perfecta”. Sin duda es un proceso insólito que la copia acabe constituyéndose en modelo de su original. Se ha comparado con el caso de una extraña sociedad donde la gente se sintiera obligada a parecerse a sus retratos...

[1] C. Ferguson: “Diglossia”. Word vol. 15 (1959), pp. 325-340.

Miguel Peyró
Del artículo Los poderes de la escritura



 "El fenómeno ofrece, a pesar de todo, su propia explicación a través de los tiempos, acorde con el momento cultural y tecnológico de los hombres. Esto se evidencia con su presencia como magos en la Edad Media, científicos julesvernescos en el siglo XIX, pilotos de aviones secretos en la década de los treinta y astronautas del espacio en nuestra llamada «Era espacial» … El fenómeno se adapta a cada momento cronológico con un camuflaje perfecto, imposible de desvelar para un testigo de una época determinada."

Miguel Peyró
Tomada del libro DISTORSIÓN. Ovnis, apariciones marianas, bigfoots, hadas, fantasmas y extrañas criaturas ¿una teoría explicativa? de José Antonio Caravaca




"Me dedico a la semiótica intercultural, que entiendo como el estudio de la comunicación desde la perspectiva de la diversidad cultural del mundo. Investigo sobre las claves culturales de los actos comunicativos. Considero que culturas y procesos comunicativos son básicamente dos planos interrelacionados de una misma dimensión humana: Una cultura es ante todo una forma específica de narrar el mundo, una red de contextos —de situaciones con significado— sobre la que adquiere su pleno sentido un mensaje determinado.
La vida social, mediante la que llegamos a tomar conciencia de nosotros mismos, es en esencia una actividad comunicativa ininterrumpida, que refleja y reproduce permanentemente esa descripción colectiva de la realidad que llamamos cultura. Percibimos una cultura a través de los discursos en que se despliega, y acabamos formando parte de ella cuando hacemos nuestros esos discursos, cuando llegamos a hablar sobre el mundo de esa misma manera. Creo que formar parte de una cultura es participar de una gran conversación multitudinaria que continúa a través de los tiempos, una gran conversación en la que se establecen y se rehacen sin cesar numerosos pactos colectivos sobre los significados de las cosas.
Mi interés por la comunicación y las culturas me llevó a estudiar filología, a doctorarme en lingüística y a vivir y trabajar en diversas ciudades de Europa, Asia y África. Mi tesis doctoral trató sobre la lengua oficial de Mongolia y la cosmovisión que se refleja en ella. He sido profesor de las universidades de El Cairo, Oslo y Sevilla y he trabajado con diversas instituciones de Europa y América en el estudio de lenguas y culturas minoritarias. Colaboro actualmente con el proyecto UNESCO Intercultural Dialogue.
He creado este blog para compartir mis experiencias y reflexiones sobre las dificultades y las posibilidades de la comunicación entre culturas distintas, un proceso que implica mucho más que el ejercicio de traducir palabras o frases de una lengua a otra. Mi deseo es que estos materiales puedan ser de utilidad a todos aquellos que, movidos por diferentes proyectos personales o profesionales, se interesan en este campo de investigación y trabajo. La comunicación entre culturas es un terreno fascinante porque, en el proceso de aprender más sobre “los otros”, uno aprende también más cosas sobre sí mismo. Estudiar las imágenes que tenemos sobre las otras culturas acaba llevándonos a tomar conciencia de nuestra propia mirada. Y a descubrir que ser “el otro”, el extranjero, el diferente, es sólo una cuestión de perspectiva."

Miguel Peyró






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