Dolor matrimonial

El dolor matrimonial:

la lengua y los muslos, querido, 
se vuelven pesados, 
y nos late con fuerza en los dientes.

Buscamos una comunión
y somos rechazados, querido, 
uno a uno.

Es el leviatán y estamos
dentro de su panza, 
buscando alegría, alguna alegría
que no se conozca fuera

dos por dos en el arca
de lo que nos duele.

Denise Levertov


El tigre de la luna

El tigre de la luna.
Aquí, en el cuarto.
Ha entrado y hurga elegante
por encima y por debajo
de nuestras dos camas.
Mírale la cabeza pequeña,
el color suave de plata, 
oye la pisada sorda
de sus pezuñas grandes.
Mírale las rayas blancas
en la luz que resbala
a través de las persianas.
Nos husmea la ropa,
con el hocico frío 
toca nuestros cuerpos.
Las camas son estrechas, 
pero aun así me acostaré contigo.

Denise Levertov


Hablándole al dolor 

Ah, dolor, no debiera darte el trato
de un perro vagabundo
que llega hasta la puerta trasera por si logra
un trozo de pan duro, un hueso mondo.
Debería confiar en ti. 

Debería halagarte y conseguir
que pasaras adentro y ofrecerte
un rincón propio,
con una vieja alfombra para echarte
y tu propia escudilla. 

Te piensas que no sé que llevas tiempo
instalado en mi porche.
Quieres que quede listo tu sitio genuino
antes de que sea invierno. Necesitas
tu nombre, tu collar, la chapa
de identificación. Y necesitas
el derecho a espantar a los intrusos,
a quedarte en mi casa y
sentirla como propia,
a mí como algo tuyo
y a ti
como mi propio perro.

Denise Levertov


Himno a Eros

"Oh Eros, silencioso sonriente, escúchame.
Deja que la sombra de tus alas
me acaricie.
Deja que tu presencia
me envuelva, como si la oscuridad
fuese un vellón.
Déjame ver esa oscuridad
lámpara en mano,
esta patria se convierte
en la otra patria
sagrada para el deseo.

Amodorrado dios,
detén las ruedas de mi pensamiento
para que sólo escuche
la nieve silenciosa de
tu abrazo.
Encierra a mi amado conmigo
en el anillo de humo de tu poder,
para que seamos, el uno para el otro,
figuras de fuego
figuras de humo
figuras de carne
vistas nuevamente en el ocaso."

Denise Levertov
Traducción: Sandra Toro


Invocación

Callados, cercana la hora de dejar la casa.
La madera cruje, intenta sollozar impaciente.
Los dientes de las ardillas repiquetean en el desván.
Las camas desnudas, los sofás sin sus alegres fundas.

Tapará la nieve densa todas las entradas
y oprimirá el tejado y quedarán oscuras
las ventanas. Oh lares, 
no os vayáis. 
La casa bosteza como un oso. 
Cuidadnos sus sueños profundos,
para que regrese cuando regresemos.

Denise Levertov
Traducción de José Morella


Lo que se da

"Quiero dar a alguien el abrigo grueso
que compré pero que encuentro
frío y anticuado.

Lo llevará la esposa de un hombre, 
y él a cambio desmantelará
el porche feo de una casa vacía,

lo dejará como estaba:
desnudo, digno de verse."

Denise Levertov


No perder el rumbo

Entre tareas
–deshojar fresas,
responder cartas–
o entre poemas,

volver al espejo
para ver si estoy ahí.

Denise Levertov


Tan absoluta es,
que no podría ser
más que la dicha, una respiración
que de tan sosegada
no se escucha.

Denise Levertov


Pensando en Paul Celan

San Celan,
estirado en la cruz
de la supervivencia,

ruega por nosotros. Tú
que finalmente no pudiste
resistir más. Pero nosotros

vivimos y vivimos,
alegres en un mundo
donde los niños matan niños.

Nos sacudimos
del peso de
nuestra propia exención,

florecemos,
sobrepasamos
nuestros días asignados.

San Celan,
ruega por nosotros
porque recibamos

al menos una herida,
azul, azul, imborrable,
nosotros que aceptamos la supervivencia.

Denise Levertov




Una mujer se encuentra con un viejo amante

'Aquél con quien corrí de la mano
por Oak Hill Path pateando las hojas ásperas
hace treinta años,

apareció ante mí con el rostro nervioso, pálido,
casi irreconocible, vacilante,
patético.

Aquél al que no puedo recordar riendo a carcajadas
pero en mi imaginación veo sonreír, autosuficiente,
lloró en mi hombro.

Aquél que siempre pareció
tomar sin ofrecer, al que me llevó
tanto tiempo olvidar,

recordaba todo lo que yo había olvidado hace tanto.'

Denise Levertov



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