El hombre y la mujer
En una narración sencilla
del Génesis he leído
que a Adán estando dormido,
Dios le saco una costilla.
Refiera la tradición,
y el texto calla ex-profeso
que al quitarle Dios el hueso
se le arranco el corazón;
y con el, aun palpitante,
hizo a la mujer primera,
tímida, pura, hechicera,
de amor y de fe radiante.
Y por eso, con franqueza,
algún escritor ladino
llama al sexo femenino
"un corazón sin cabeza".
Y el filosofo Platón,
allá en sus elucubraciones,
defina a los varones:
"cabezas sin corazón".
Y por eso, si un momento
resuelve el hombre sentir,
sin que lo llegue a advertir,
siente con el pensamiento.
Y si, en muy rara ocasión,
la mujer quiere pensar,
sin llegarlo a sospechar,
piensa con el corazón
Ricardo Carrasquilla
Dios es quien es...
"Dios es quien es; la inmensidad, su manto;
la creación, diadema de su frente;
las dos eternidades, su presente;
verdad, belleza, amor, su nombre santo.
Bajo sus pies se hunde con espanto
los firmamentos; es la luz ardiente
sombra de su mirada omnipotente;
ángeles y hombres, de su gloria el canto.
Con innúmeros soles de diamantes
vi su poder inmensurable escrito
en la cóncava esfera rutilante;
y de pasmo y amor lanzando un grito,
¿Dónde, exclamé, se oculta tu semblante?
En las alturas de mi ser habito."
Ricardo Carrasquilla
Hoy ninguna maldad...
"Hoy ninguna maldad al hombre enloda,
y los nietos del mono y la monada
sólo saben el «sé que no sé nada»,
y fundan en dudar la ciencia toda.
La Esperanza y la fe no están de moda;
la misma caridad es anticuada;
los sagrados derechos de la nada
sólo los niega ya la gente goda.
Es preciso buscar alguna idea;
pero debo advertirte acá, en secreto,
que ni de fe ni de esperanza sea.
Musa, al revés hagamos un soneto;
es decir comencemos la tarea
por escribir el último terceto."
Ricardo Carrasquilla
Suerte de mis versos
“Malditos los especieros, boticarios y pulperos,
que profanan,
¡ay de mí!
Mis mejores producciones, envolviendo
camarones, ungüento blanco y maní.
Si escribo al desdén de Rosa composición
lacrimosa, a poco tiempo,
¡ay de mí!
Miro mi triste elegía en inmunda chichería
envolviendo ajonjolí.”
Ricardo Carrasquilla
Un buen método de vida
Madruga a las diez don Blas,
dura almorzando una hora,
y un vestir no se demora,
pues gasta tres cuando más.
Sale a la buena de Dios,
muy peripuesto y muy tieso,
y en la barra del congreso
se está mientras dan las dos;
y en tanto que dan las tres,
para abrir el apetito,
toma en la fonda un traguito
salchichón y pan francés;
y luego canta un rondó,
mientras ponen la comida,
o a don Farruco convida,
y juegan al dominó.
Deja el juego al calcular
que está la comida puesta,
come bien y duerme siesta
hasta el tiempo de cenar.
Si en comer es moderado,
es parquísimo en la cena:
se toma una taza llena
de café, y un pollo asado,
un buen trozo de jamón,
dos panes, dulce de fresa,
y fuma de sobremesa
un cigarro de Girón;
y un poco antes de acostarse
suele leer la gaceta,
porque dice que es receta
que le impide desvelarse;
y con esto, y un biscocho,
y una copa de jerez,
ronca bien desde las ocho
hasta el otro día a la diez.
Ricardo Carrasquilla
Un sabio
Estaba Crispín el sabio
con otros sabios un día;
se habló de sabiduría
y no despegó su labio.
Acerca de Meca y Moca
con entusiasmo se habló;
y don Crispín no movió
su sapientísima boca.
Tratóse con gran porfía
de Dumas y Lamartine;
pero el señor don Crispín
no dijo esta boca es mía.
Hablóse al fin de Cantú,
don Crispín movió sus labios,
callaron todos los sabios
y él dijo muy serio: ¡MU!
Ricardo Carrasquilla
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