En busca de la medianoche
Él besó mis labios a la medianoche
Yo lo permití
Él me quitó la blusa
Yo lo permití
Él me quitó el brassier
y tocó mi seno
Yo lo permití
Él me quitó los pantalones
Yo lo permití
Me quitó mis prendas íntimas
y me miró, de pie
en este cuarto extraño, oscuro
blanco y negro.
… Yo lo permití
Una pequeña luz se desvaneció
en la ventana
vi brevemente
la ciudad donde vivimos,
pero no conocemos…
Luego él se equivoca
al pronunciar mi nombre
y yo lo detengo…
Le pregunto si alguna vez
ha sido exiliado o encarcelado
si alguna vez ha enviado
cartas a una mujer antes
amada pero que jamás
habrá de ver otra vez
si piensa que se puede regresar
a un amante aún si
el amor ya no fuera posible
una segunda vez,
le pregunto si acaso
había asaltado una pequeña tienda de víveres
o robado el pan de un campesino,
o si acaso había cruzado
los mares, costas y montañas
aún incapaz
de llegar…
Él responde:
En mi país, no pronuncié
mi nombre correctamente
y entonces fui torturado,
en la línea del enemigo, no pronuncié
mi nombre correctamente
y fui exiliado
al llegar, no pronuncié
mi nombre correctamente
y me dieron nuevos documentos…
Ya ves. Un corazón que busca la medianoche
es solo un corazón, todo lo demás es igual,
excepto lo que espera el otro …
Nathalie Handal
Horas azules
En la hora azul,
llora la negrita, yo me escondo
no para engañar la oscuridad
o a mí misma…
La negrita no está lejos
de donde estoy
sus cejas
su única mano…
Ahora también soy visible, detrás del árbol
tras la noche, tras el llanto
y lo único que quiero saber
es su nombre
y preguntarle:
¿alguna vez has escuchado
tu corazón desvestirse,
has visto un perro perdido a medianoche,
dándote cuenta de que él entiende esta hora
mejor de lo que entendemos cualquier hora?
¿te has visto a ti misma en cada mujer
con tus ojos o en mujeres con ojos
más difíciles que los tuyos?
¿has realmente escuchado tu voz,
haciendo eco en tus pezones?
Ella me ofrece té,
pero terminamos bebiendo café,
intentando sin miedo alcanzar el fondo
de la taza….
ahora, mis dientes están manchados, mi inglés
me falla, mi árabe se disipa
mi español comienza a tener sentido …
ahora estamos en una finca—
tal vez estemos seguras,
tal vez no deseemos nada más,
pero no puedo dejar de arrodillarme en oración
cinco veces al día,
mi país viene a mí, me dice:
Compatriota— Siempre te encontraré
sin importar el idioma que hables.
Nathalie Handal
Las horas colgantes
"Cuando yo me vaya, las ventanas estarán cerradas
el aire en la habitación se hará húmedo, la ciudad ruidosa,
el teléfono no dejará de sonar, la electricidad
será intermitente, el café hervirá
y todo habrá de continuar
Cuando me vaya el cielo se vestirá de azul claro
antes de vestirse de negro, la gente que conozco
sentirá lágrimas fluir de sus ojos a sus manos
antes de secarlas y continuar
La cama que habré de abandonar quedará tibia
el otro cuerpo no sabrá de mi ausencia
hasta el día siguiente, cuando las horas cuelguen
y él se encuentre a sí mismo
en una suave estación, en un lugar salvaje
donde múltiples alientos se congregan en la recámara."
Nathalie Handal
Une seule nuit a Marrakech
El aire ha perdido el aroma de jazmín.
Un té ensombrecido llena el cielo.
Esta noche en Marrakech, sólo mariposas blancas
dejan manchas en las sombras.
Miro una joven cepillarse el cabello,
trenzar el día de su boda y observar viejos congregándose
en los limoneros, escuchando canciones andaluzas
repitiendo, Hel’lou, qu’elle belle musique.
Caballeros apuestos beben café
en pequeñas tazas, un aroma dibujando el mapa
de su patria, piedras y cerámica
azul oscura, azul claro, turquesa…
Es primavera pero regreso a mi habitación de hotel,
enciendo mi linterna, como pastel de miel, kab el ghzal,
bebo té de menta, después arak,
miro las luces atenuarse contra mis pies descalzos,
comienzo a contar y pierdo la cuenta
de la forma salvaje de la oscuridad,
las marionetas y juegos de guerra,
lozas ocultando las sombras
de aquéllos que ya no quiero ver,
y los abayas amontonándose al lado de mi cama.
Nathalie Handal
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