A Cristo

Señor, padre del Universo
Las fiestas de Jerusalén han sido crucificadas
Este año.
En tu día,
Todas las campanas, Oh Señor
Están silentes!
Ellas han sonado durante dos mil años
Pero ahora
Están confundidas
Las cúpulas sombrías
Terribles noticias nos arrollan
Jerusalén se lamenta
En la cruz
Jerusalén se desangra
En las garras de la tortura. 

Fadwa Tuqan


Cuando la peste se propagó por mi ciudad

Cuando la peste se propagó por mi ciudad,
salí con el pecho descubierto
gritando al viento lo implacable de la tristeza.
Sopla, viento, y tráenos las nubes,
haz que la lluvia caiga
para que purifique el aire de mi ciudad,
para que lave las casas, las montañas y los árboles.
Sopla, viento, y conduce las nubes a nosotros
y que la lluvia caiga, que la lluvia no pare de caer.
Me basta con morir en mi país,
con ser allí enterrada,
con disolverme y anularme allí,
resucitar hierba en su tierra,
renacer flor
que cortará algún niño crecido en mi país,
me basta estar en el regazo de mi patria.
Tierra, árbol, flor.

Fadwa Tuqan


En las olas

Aquella noche
Las caras se desvanecieron en torno nuestro
Y todo desapareció
Menos el brillo azul de
Tus ojos y la llamada
En aquel brillante azul
Donde mi corazón
Navegó cual barco
Guiado por las olas.
Las olas nos condujeron
A un mar sin playas,
Sin límites
Y sin resistencia
A que las olas contaran
La eterna historia de la vida
Resumida
En una mirada.
Y la tierra se inundó con
El impulso de la marea, el viento y la lluvia.

Aquella noche
Mi jardín se despertó
Y los dedos del viento
Arrancaron su cercado.
En mi jardín, la hierba,
Las flores y los frutos se estremecieron
Con la danza del viento y la lluvia.
Todo se desvaneció
Aquella noche
Menos el brillo azul de tus ojos
Y la llamada
En el brillante azul
Donde mi corazón navegó
Cual barco guiado por las olas.

Fadwa Tuqan
Traducción: María Luisa Prieto
(Del poemario: Ante la puerta cerrada (1967)


La roca

Mira cómo esa negra
Roca ha sido amarrada a mi pecho
Con las cadenas del arrogante destino,
Con las cadenas del absurdo tiempo.
Mira cómo aplasta
Mis frutos y mis flores,
Me esculpe con el tiempo
Y me destruye con la vida.
¡Déjame! No podemos vencerla.
Las cadenas de mi prisión no se romperán.
Permaneceré en soledad
Mientras el destino sea mi prisión.
Déjame
Permanecer así:
Sin luz,
Futuro
Ni esperanza.
La roca negra no tiene escapatoria
Ni refugio.

En vano intento retirar su peso de mi pecho
Olvidándome.
¡Cómo he penetrado en el corazón de la vida
y he recorrido cada dirección!
Me he divertido,
He cantado
En las fuentes de la juventud.
Dame mi copa
Y beberé con ansia
Hasta ausentarme del alegre mundo
Que tanto me ha decepcionado.
En su regazo están mi dolor
Y mi desgracia.
He huido del
Mundo de mis sentimientos
Y he danzado con
La agilidad de los pájaros
Y una risa loca. Luego, desde
Las profundidades de mi desesperación,
Una llamada sacude mi espíritu
Y en secreto amenaza:
“No escaparás.
Estoy aquí.
No hay escapatoria
Ni refugio”.
La sombra de la roca negra traza
Figuras deformadas.
En vano intento retirarla,
En vano pretendo huir.
No hay escapatoria.

¡Cuánto he explorado la tierra de
la desgracia!
He aspirado el elixir del consuelo
En la miseria de los prisioneros como yo,
Prisioneros del destino.
He penetrado entre la gente,
Donde están las tragedias
Y las lágrimas,
Donde los látigos silban y caen
Sobre los rebaños humanos,
Sobre las espaldas desnudas
Y los humillados cuellos,
Donde los dóciles esclavos
Huyen en grupos
Hundiéndose en lágrimas,
Sangre
Y sudor.
Continué: busqué consuelo
Para la desgracia
Pero no hay escapatoria.
La maldición de la negra roca
Nació conmigo
Para ser mi sufrimiento.
Muda,
Pegada a mí,
Su sombra sigue los pasos de mi vida.
Mira cómo se ha instalado
Con su arrogancia
En mi pecho.
¡Déjame!
No podemos vencerla.
Las cadenas de mi prisión no se romperán.
Mi espíritu permanecerá
Cerrado
Y yo seguiré solo
En la lucha.
Solo
Con el intenso dolor,
Con el tiempo,
Con el destino.
Solo
Con esta roca negra
Aplastándome.
No hay escapatoria.

Fadwa Tuqan
Traducción: María Luisa Prieto
(Del poemario: La encontré (1957)


Solo quiero estar en tu seno

Sólo quiero morir en mi tierra,
Que me entierren en ella,
Fundirme y desvanecerme en su fertilidad
Para resucitar siendo hierba en mi tierra,
Resucitar siendo flor
Que deshoje un niño crecido
En mi país.
Sólo quiero estar en el seno de mi patria
Siendo tierra
Hierba
O flor

Fadwa Tuqan







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