II

Pensarán que inventábamos países de juguetería
calcando en relieve mapas de territorios prohibidos.
Que redondeábamos los riscos de coral, los farallones
con crípticas arboladuras, por imposibles dominios.
Y se nos hará lucir las galas de los amantes vencidos
acusados de una suerte de incoherencia delictiva:
de hacernos guiños falsos en la paradoja del olvido
atrapando las caricias subitáneas del desvelo
que se caen de su estatura 
y no se quiebran.

Y se hablará
de encantamientos: que hubo pacto, maleficio.
Que traíamos ya indispuestas las líneas de las manos
y una cartilla de deudas en expansión perpetua.
Que nos habíamos hecho prófugos
de nuestras pobres narrativas
fermentando como espuma la fatiga de los vientos.
Y que atrapados como estábamos
entre el río y su turbulencia
discurríamos hacia arriba, alrededor, sin punto fijo:
(como esas necias crónicas viajeras del paisaje
que se acercan por detrás huyendo de los riesgos).

Giovanna Benedetti
Del poemario "Música para las fieras"


El canto de la noche 

Nota: este poema está basado en una ceremonia tradicional del  “Canto de la Noche” o “Fiesta de la Chicha Cantada”, oficiada por un jaibaná (chamán), de la cultura chocó que habita el territorio selvático del Darién panameño y el litoral del Pacífico colombiano.

Avive el fuego en la noche
sople el viento en la montaña
lleguen los jais de mi tierra
(ya vienen..)
venga la selva cantando
salga la sombra del sueño
(ya sale…)
llore el agua en la quebrada
(ya llora…)
venga aquí a soñar la chicha
(ya sueña…)
cante la chicha conmigo
(ya canta…)

Viento de agua llame al trueno
venga el trueno traiga el fuego
(ya trae…)
salgan los jais de la noche
canten la chicha conmigo
(cantan…)
…ayayai ayayaiii
fuegoooo/aguaaaa
adauii adauiii…

Brujo jaibaná yo canto
noche tierra/avive sueñe
sueñe jaibaná maestro
cante jaibaná soñando
…jai jai majuidichi
jai jai jai majuinará
jaibaná tigre
tigre imamá…

Venga ahora/oiga llegue
traiga chicha /chicha tome
chicha pildé/tonga intúa
chicha fuerte borrachero
…que yo soy brujo
tigre/imamá
jaibaná tigre
brujo/antumiá…

Venga sapo/sapo feo
sapo-borokó del monte
venga sapo-memburé
sapo-memburé del río
llegue cante sapo grande
venga yo le mando a usté

(ya viene…)

sapo-borokó
bajío/curcumiá
sapo-meburé
bajío/ burumiá 

Que yo soy jaibaná tonguero
yo mando a usté/yo le ordeno:
yo soy jaibaná
yo canto
yo sueño la noche 

(sueña…)

jai jai jai
majudichí
jai jai jai
tigre imamá
brujo antumiá
aribamiá 

Que yo canto aquí la noche
que yo soy el que canta chicha
yo llamo al bidigomía
al dueño de la montaña
salga ya bidigomía
salga que le quiero ver
(ya sale…)
jai jai jai
bidigomía
no sale más/ya no más

Que yo soy brujo
brujo/imamá
que yo soy tigre
tigre/antumiá.

Giovanna Benedetti



Señora de la ubicuidad

Hiératicas
con sus antorchas,
se parten en espiral
las avenidad de ojos vivos,
las pupilas de ascuas
crudas,
las lenguas bífidas
que van apareciendo
y desapareciendo
como escorpiones,
como orquídeas
que crecen y se asoman
y salen lascivas
de sus oscuridades.

Allí están,
mirándome
con sus cabezas triangulares
negras, verdiazules,
roja sangre coagulada
que brilla
sobre pellejos
fríos de escama
y plumas
y nácar. 

Y yo sé
que son las mismas:
las espléndidas
aladas
las antiguas;
son las nagas, nagalis
son las nazcas,
las naguas
son las nahoas
las míticas nagualis
(son los
disfraces
de los dioses)
las pieles de agua recurrente,
es la ofídica Na-Coatl.
Y es Naxcit,
el árbol
renaciente
de la ubicuidad
(tiempo y espacio)
tronco umbilical del jenené.
Y es Nuah
la creadora,
la primera, abuela
y anciana de los días,
arcana de los siglos,
madre y padre a la vez.

Y son esas mitológicas
y ctónicas nepay,
las jepas,
las jubas,
las kan
y las cha.
Y son las grandiosas napas
y es también el uivre
el rayo (el ruach)
que vibra
que transita
por las profundidades
que germinan. 

Y es también
la rítmica Nimac-can
y es Cumatz
que es la memoria
del agua primitiva,
el lago serpentino
entre los tiempos contínuos. 

Ellas son
las creadoras
y son las formadoras.
Ellas son
las que trajeron
en su aliento la palabra.
Y es la ardiente Nay-Amáru
guardiana del misterio;
y es la celeste y titánica Naboia;
y es la perpetua
Anaconda, relámpago del río,
la inmensa
la monstruosa
Señora de la Ubicuidad.

Giovanna Benedetti








No hay comentarios: