… uno de los riesgos inherentes de sumergirse en el mundo
del misterio es el vasto, incontrolado y omnipresente fraude que orbita
alrededor de todos los fenómenos paranormales.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 4
La inmersión imprudente en las prácticas esotéricas puede
costarnos nuestro dinero, nuestro libre albedrío, nuestra cordura, e incluso
nuestra vida.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 8
No seré yo quien niegue que exista vida después de la
muerte, espíritus desencarnados, seres extraterrestres o ángeles y demonios que
interfieren en nuestras vidas, aunque pese a mis esfuerzos no he encontrado
ninguna evidencia de ello. Sin embargo, mi experiencia en la investigación de
los fenómenos paranormales me ha llevado a la conclusión de que es el
protagonista de cada caso quien convierte esa vivencia inusual en algo
trascendente.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 12
La ciencia y la fe no son necesariamente antónimos
irreconciliables. Y a la hora de profundizar en el complejo y escurridizo mundo
del misterio es imprescindible una mínima dosis de prudencia y sentido crítico
para evitar que nuestros sentimientos y percepciones subjetivas puedan turbar
la razón. De lo contrario, las consecuencias de esa ceguera de la razón pueden
llegar a ser catastróficas. Por desgracia, la brutal comercialización del
esoterismo, la prostitución absoluta de los antiguos saberes y tradiciones
ocultas, y el sincretismo esotérico-religioso que se ha dado en Occidente han
levantado un muro infranqueable entre ciencia y fe. Los creyentes y
practicantes de cualquier disciplina esotérica, embriagados por su propia
emotividad, ven en los científicos a unos demonios ateos, faltos de
espiritualidad e intolerantes, los cuales, al no entender de cuestiones
trascendentes, las atacan. Por otro lado, los autodenominados escépticos
—generalmente desinformados—, embriagados por su orgullo, acostumbran a juzgar
desde la distancia el conjunto del fenómeno paranormal, basándose en los casos
más infames y comerciales. Normalmente, no llegan a profundizar lo suficiente
para encontrar los aspectos verdaderamente interesantes. Si lo hiciesen, sus
prejuicios contra el misterio desaparecerían para convertirse en curiosidad: un
fenómeno que tantas veces ha ocurrido a lo largo de toda la historia de la
ciencia. Una ciencia que ha avanzado porque han existido investigadores que se
han adentrado en los misterios de la naturaleza más allá del límite de lo
conocido. De no ser así, lógicamente, la ciencia y el conocimiento no habrían
evolucionado. Como siempre, el equilibrio está en un punto intermedio entre la
razón y el corazón. Porque la razón y el sentimiento no son antónimos
irreconciliables, sino la cara y la cruz de una misma experiencia.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 19
… el auténtico camino hacia el conocimiento ha de estar
libre de prejuicios personales. Los fenómenos paranormales también obedecen a
causas concretas, sean cuales fueren. Pero el conocimiento de dichas causas no
afectará en absoluto la existencia de tales fenómenos. Otra cosa es que la
necesidad emocional que del misterio tiene la psique humana prefiera continuar
manteniendo el mito, antes que conocer y comprender su naturaleza. En esa
necesidad emocional, intrínseca a toda sociedad a lo largo de la historia,
radican agazapados muchos de los riesgos que presentan las experiencias
esotéricas. Decía sabiamente el periodista y escritor Manuel Vicent que «el que
busca la verdad corre el riesgo de encontrarla». Nosotros añadimos que, muy
probablemente, no le agrade lo que va a encontrar. Por desgracia, ese tópico
del «buscador de la verdad» es una fórmula estética que abunda en el mundo del
esoterismo. Sin embargo, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, estos
supuestos «buscadores» parten de prejuicios y creencias personales. Con esta
base, lo que buscarán serán argumentos que avalen dichas creencias, sean estas
científicas, religiosas o esotéricas. El auténtico buscador habrá de desnudarse
de todo prejuicio y mantenerse abierto a todas las posibilidades. Sobre todo,
habrá de permanecer alerta ante los muchos riesgos que encierra la práctica de
esa búsqueda, especialmente si el terreno en el que ha de desenvolverse es el
paranormal.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 21
Una de las características que he observado repetirse en
todo tipo de grupos y colectivos mágicos o religiosos es el de la mistificación
del origen del fenómeno.
(…)
Es tan acuciante la necesidad de mitos que asola al ser
humano, que este tiende a subestimar las maravillosas capacidades de su mente,
buscando el origen de todo fenómeno fuera de ella.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 23
Con frecuencia, los investigadores de campo nos hemos visto
en la difícil situación de informar a un testigo implicado emocionalmente con
su experiencia, de que esta tenía un origen natural. Y resulta complicado a
veces transmitirle este hecho sin dañar la ilusión de haber encontrado algo
maravilloso en una vida hasta entonces monótona. Sin embargo, en vista del
cariz que está tomando el mundo esotérico, resulta urgente desmitificar todo lo
desmitificable por pura higiene social. Pues la experiencia paranormal, ya sea
real o un simple error de apreciación, puede ser un pasaporte a un mundo de
locura si no se acompaña en todo momento de una prudente dosis de sentido
común.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 23
En su día, Gabriel Carrión y
yo subdividíamos los casos de posesión esotérica en cuatro campos genéricos:
— Posesión diabólica. El sujeto cree que el diablo o cualquier
entidad demoníaca se ha introducido en su cuerpo. Puede acompañarse de otra
fenomenología supuestamente sobrenatural, como dermogramas, conocimiento de
sucesos por vía no sensorial, animadversión violenta a los símbolos religiosos,
hiperdinamismo o sansonismo, etc.
— Posesión angélica. Referente a la pretendida incorporación de
ángeles, de Jesucristo o de la Virgen, que se manifiestan a través del místico
en trance. Puede ir acompañada de otros «signos de divinidad», como estigmas,
don de lenguas, etc.
— Posesión espírita. No son ángeles ni demonios, sino «entidades
astrales», o los espíritus de humanos descarnados los que se apoderan del
cuerpo y de la mente del médium. Supuestamente puede rodearse de otros efectos
físicos y psíquicos, como materializaciones, levitación, poltergeist,
etc.
— Posesión extraterrestre. Es la moda más reciente. En la
transpolación tecnológica del espiritismo, que son los contactos con ovnis,
aparecen también episodios en los que supuestamente seres alienígenas utilizan
el cuerpo y la mente de seres humanos para manifestarse. En los casos más
llamativos los mensajes pueden, supuestamente, predecir avistamientos de ovnis
previa cita, etc.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 35
Psiquiatría esotérica
Desde el punto de vista psiquiátrico, autores como mi
compañero en la vicepresidencia del Centro de Análisis de la Criminalidad
Sexual y Violenta (CIAC), el doctor José Antonio García Andrade, exponen
distintos tipos de psicopatías obsesivas; a saber:
I. Representaciones obsesivas, que se corresponden con
las esferas sensoriales, como pueden ser la «persecución» de una melodía, la
visión de un demonio, voces sobrenaturales, etc.
II. Ocurrencias obsesivas, como pensamientos estrictos
que se acompañan de angustia. Por ejemplo, el miedo de dejarse la llave del gas
abierto y levantarse varias veces por la noche para comprobarlo.
III. Sentimientos obsesivos, aquellos en los que la
emoción correspondiente a un sentimiento es rechazada por incomprensible o
absurda. Por ejemplo, […] reírse cuando se da el pésame a la familia de un
difunto.
IV. Impulsos obsesivos primarios son los que no se
derivan de ninguna ocurrencia. Secundarios, aquellos surgidos como consecuencia
de las ocurrencias obsesivas. Por ejemplo: sería primario el contar las
baldosas de la calle; secundario, el temor a contagiarse de una enfermedad al
abrir o cerrar los picaportes de las puertas con las manos.
V. Los actos obsesivos también pueden tener un
carácter primario o secundario, según se deriven o no de sentimientos u
ocurrencias obsesivas, dejando el nombre de fobia en los casos en que la
acción reviste omisión, como no cruzar la calle o negarse a subir en ascensor.
Todas estas manifestaciones, grados y tipos de
obsesión pueden encontrarse en numerosos grupos y sectas esotéricas.
Especialmente en fenómenos como el contacto extraterrestre, la mediumnidad
espírita, el satanismo, el channeling, las experiencias de los visitantes
de dormitorio, etc. Los investigadores hemos de perder mucho tiempo estudiando
casos que resultan ser meras patologías psíquicas, las cuales deberían tratar
psicólogos y psiquiatras, y no investigadores del fenómeno paranormal.
Con demasiada frecuencia acuden al investigador del
misterio individuos aquejados de alucinaciones cognitivas o representaciones
obsesivas relacionadas con supuestos fenómenos paranormales. Bien porque han
sufrido una experiencia real que los ha trastornado, o porque su propio delirio
crea fantasmas en su mente, lo cierto es que las víctimas de shocks
esotéricos atestan los archivos del estudioso.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 51
Sin embargo, el terror y la angustia que nos transmiten
algunos de esos testigos es totalmente real. Nuestra impotencia es brutal, al
no poder hacer sino limitarnos a escuchar con toda la atención, comprensión y
respeto. Pero eso no es bastante. Por ello, es nuestro deber moral intentar que
cada vez más psiquiatras y psicólogos adquieran los suficientes conocimientos
sobre los fenómenos anómalos para que puedan brindar una ayuda real y efectiva
a miles de personas que son víctimas en todo el mundo de alguna experiencia
presuntamente paranormal. Quien sufre un trastorno debido a una experiencia de
este tipo necesita una sensibilidad y comprensión exquisitas. Mal comienzo en
estos casos es recetar a bocajarro un puñado de fármacos o sonreír con gesto
irónico ante la descripción de ese supuesto encuentro con el misterio. Porque, si
bien un alto porcentaje de los casos probablemente tiene su punto de partida y
retorno en la mente del sujeto, existen otros episodios probablemente
originados por causas exógenas al testigo, y son precisamente esos los que
suponen todo un reto para la apertura mental y la profesionalidad del psicólogo
o psiquiatra que se enfrenta a ellos.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 53
En la inmensa mayoría de la bibliografía existente sobre la
ouija se afirma que esta palabra es una conjunción de las voces francesa oui
(que significa «sí») y alemana ja (que también significa «sí»); sin embargo, en
opinión de especialistas como Robert Murch el origen es todavía más pintoresco.
E ilustra perfectamente qué es y cómo funciona la ouija… a través del efecto
ideomotor. Cuando la junta de inversores de Novelty Company Kennard se reunió
para decidir el nombre del nuevo producto comercial, alguien de los presentes,
Helen Peters Nosworthy (hoy conocida como «la madre de la ouija»), cuñada del
inversor Elijah Bond, y prometida del también socio Ernest Nosworthy, sugirió
la audaz idea de preguntarle directamente al tablero cómo quería llamarse. Al
fin y al cabo, estaban buscando nombre para un tablero que supuestamente tenía
la capacidad de hablar… La planchette del tablero señaló las letras «O», «U»,
«I», «J», «A», y cuando le preguntaron qué significaba esa palabra, respondió,
como suele ocurrir en estos casos, con algo fantástico e incomprobable: que
significaba «buena suerte» en una lengua que se hablaba en el Antiguo Egipto.
Curiosamente, y como reconoció el mismo Kennard años más tarde, durante esa
sesión le llamó la atención un medallón que Helen Peters llevaba al cuello en
ese instante. En él se veía la imagen de una mujer y sobre ella la palabra
«Ouida». Se trataba de un colgante con la imagen de la revolucionaria novelista
británica Marie Louise Ramé, una activista por los derechos de la mujer, muy
famosa a finales del siglo XIX por sus más de cuarenta obras en pro del
feminismo y también de los derechos animales. Helen Peters era una gran
admiradora de su obra. Y Marie Louise Ramé firmaba todos sus libros con el
seudónimo de Ouida…
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 71
Dice el primer mandamiento del dogma cristiano: «Amarás a
Dios sobre todas las cosas». En el razonamiento del creyente, la salvación
eterna está muy por encima de la vida terrenal. Si por una circunstancia, sea
cual fuere, llega al convencimiento de que su muerte en virtud supone la
salvación, y la vida en pecado la condenación eterna, no dudará ni un momento a
la hora de sacrificar su vida por su fe. Solemos pecar de subjetivos al juzgar
que el suicidio de un contactado con ovnis o un adicto a la ouija es un acto de
fanatismo, mientras que a los cristianos ejecutados en los circos romanos los
llamamos santos mártires. Y este juicio partidista se debe a que quien esto
opina acepta como propios los credos de los que llamamos mártires, considerando
las creencias de contactados o espiritistas como falsedades o simples psicosis.
Pero si fuésemos realmente objetivos, deberíamos reconocer que tan absurdo, a
la vez que admirable, resulta el suicidio por Cristo que por los
extraterrestres. La patología autodestructiva es la misma. Pese a todo, hay que
tener mucha fe para sacrificar la propia vida por las creencias, aunque esas
creencias a ojos del prójimo puedan parecer una insensatez.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 92
Y es que, a veces, la hermosa luz de las estrellas nos
deslumbra tanto que nos ciega, impidiéndonos ver lo que tenemos a nuestro
alrededor y la realidad que, en definitiva, nos ha tocado vivir en nuestro
mundo. Quizá antes de buscar «muletas extraterrestres» debamos aprender a caminar
por nosotros mismos…
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 106
Nos mienten los políticos, nos engañan los publicistas, nos
timan en la cesta de la compra… Vivimos rodeados de mentiras, y los videntes no
tenían por qué ser una excepción.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 136
Uno de los timos esotéricos más practicados, y que ha
conducido a más videntes ante un tribunal de justicia, es el «timo del
trabajito». La descripción esquemática de este frecuente fraude es la siguiente:
— El cliente acude a la consulta del cartomante, quirólogo o astrólogo, que le
cobrará entre diez y treinta euros. — El diagnóstico, entre vagos aciertos
debidos a deducciones lógicas o simple «lectura en frío» (de una tez pálida se
puede inferir la existencia de una enfermedad; de una alianza en el dedo, que
quien acude a la consulta está casado, etc.), será el de un hechizo o mal de
ojo que es el origen de todos los males del consultante. — A continuación, se
le ofrecerá un pequeño remedio (plantas, amuletos, talismanes, etc.) por el que
pueden cobrar de treinta a trescientos euros, aunque algunos listillos
regalarán ese amuleto para ganarse la confianza de la víctima. — Como el
problema no se soluciona, el vidente le dirá que el «hechizo» es demasiado
fuerte, y es necesario realizar un «contrahechizo» o «trabajito». Este puede
consistir en un ritual mágico en su propia casa, en un bosque o cruce de
caminos, etc. Esto le costará entre trescientos y seis mil euros. — Si el
cliente pica y paga, puede ser el inicio de una larga serie de «trabajitos»,
cada cual más caro porque «hace falta más energía para luchar contra un hechizo
que es más poderoso de lo que se creía». Este sangrante proceso durará lo que
la paciencia del consultante o su cuenta bancaria.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 151
Según uno de mis estudios,
publicado en la revista Policía, es posible seguir unas pautas para
evitar las estafas esotéricas.
1. Los últimos casos procesados policialmente coinciden
en que los falsos videntes realizaban campañas de publicidad no controlable
legalmente, imprimiendo folletos que repartían en la calle, a través de
buzoneo, etc.
2. Desconfíe del vidente que pasa consulta en un hotel o
habitación alquilada. Procure siempre que la consulta sea en un lugar
«controlado».
3. Los precios por una consulta mántica (tarot, lectura
de manos, astrología, etc.) en el mercado esotérico oscilan entre los veinte y
los sesenta euros. Una tarifa mayor puede indicar un abuso y una intención de
estafa.
4. En caso de que le diagnostiquen un «mal de ojo» y le
propongan un «trabajito» recuerde que, según la ley, un cobro injustificado de
más de trescientos euros está contemplado como delito de estafa; si la cifra
reclamada es menor, solo está tipifi cado como falta.
5. Desconfíe de aquellos videntes que por iniciativa
propia se pongan en contacto con usted para advertirle de terribles desgracias
que le esperan, de las que dicen pueden protegerle a cambio de dinero.
6. Jamás someta su dinero en efectivo o joyas a rituales
de purificación mágica, y si tiene el capricho de hacerlo, utilice bolsas
transparentes y no pierda el dinero de vista.
7. Siempre que sea posible acuda acompañado de un amigo
a la consulta. Además de contar con un testigo presencial —que podría declarar
en un juicio—, tendrá el consejo de alguien menos afectado por su problema, y
por tanto más objetivo a la hora de detectar un posible timo.
8. En caso de entregar una gran suma de dinero a cambio
de un trabajo de magia, exija un recibo o factura. Solo así podrá demostrar el
pago si se trata de una estafa. Si no le pueden expedir un recibo, no pague en
efectivo, hágalo con un cheque nominativo a nombre del vidente. Esto podría ser
utilizado ante un tribunal como prueba.
9. Suponiendo que lo paranormal exista, estos fenómenos
son aislados y escurridizos. Desconfíe del profesional que ostente alegremente
supuestos poderes sobrenaturales, y si le es posible, consulte a un
ilusionista. Cuidado especialmente con el truco de los huevos.
10. Y, sobre todo, no tema denunciar una estafa. Ningún
falso brujo que recurra al fraude tiene poderes mágicos reales para hacerle
daño. De tener poderes, no necesitarían recurrir a engaños.
Siguiendo esas diez pautas, y si todavía le
quedan ganas al lector de confiar su futuro a un vidente, resultará mucho más
difícil que le estafen. Y, de hacerlo, al menos tendrá las herramientas legales
para presentar una denuncia e intentar recuperar el dinero estafado.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 161
Nuestro informante, según nos explica, podía comprender que
en un programa de televisión con ese formato, los invitados famosos fuesen, de
alguna forma, «cómplices» del embuste. «La vida de los famosos —nos explica—
puede estar al alcance de cualquiera. Todos podemos tener acceso a sus datos
personales, profesionales… El hecho de que Anne hablase de los seres fallecidos
que les tocaban no me dañaba tanto el alma. Estos señores iban previo pago.
Además, con un contrato de emoción por el que, si no lloraban, no cobraban… Yo
no sé si variaba de un famoso a otro, igual que variaban las tarifas […].
Lógicamente, había una horquilla y no todos tenían el mismo caché. Pero que
existía un contrato de emoción, lo suscribo.»
(…)
Los informes de los famosos que participaban en Más allá de
la vida, que Anne Germain recibía antes de cada programa. Comparados con la
emisión correspondiente revelan que toda la información sustancial que
trasmitían los espíritus ya estaba en estos dosieres.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 173
«A mí me conmovió mucho, concretamente ahora que lo
mencionas, el caso de los padres de Sandra Palo. O el de una madre que perdió
dos de sus trillizos en un incendio… ¡Ufff! O la madre del bombero fallecido en
el retén de Guadalajara… Esos casos me atravesaron el alma. Eso fue lo que me
llevó a decir el basta de este negocio. Porque fue un negocio muy lucrativo
para todos: televisión, productora y Anne Germain… Ver que iba gente con
tantísima fe. Con ganas de una palabra de consuelo, de saber cómo están esos
seres que partieron. Y no encontrar nada más que a una señora que, si no
pagabas, no te decía nada. Ese fue el detonante. Saber que existen auténticos
médiums en el mundo y que esta señora estaba interpretando un papel… Yo creo
que Anne Germain es una gran actriz. Presencié multitud de momentos en los que
gente del público ha querido acercarse a ella al finalizar el programa, para
tener un abrazo, una palabra, y ella no dignarse… La Anne Germain de cara al
público, la cara angelical, ese rostro dulce…, no es la Anne Germain real.» En
esos casos de sucesos mediáticos por su dramatismo, Anne Germain también
recibía un dosier con información que los redactores del programa previamente
habían sonsacado a amigos y familiares.
(…)
No nos interesan, desde esta perspectiva, los invitados
«famosos», que cobraban una sustanciosa cantidad de dinero por acudir al
programa. La aseveración que hace nuestra fuente del equipo de Más allá de la
vida sobre la existencia de una «cláusula de emoción» en sus contratos nos hace
cuestionarnos sus lágrimas. Sin embargo, en el caso de los denominados «casos
mediáticos», en los que los invitados al plató eran padres, hijos, hermanos…,
de víctimas de sucesos, asesinatos, accidentes, etc., de gran repercusión
social, consideramos que las emociones que reflejaban durante su encuentro con
Anne Germain eran genuinas. Y partiendo de nuestra conclusión de que las supuestas
facultades mediúmnicas de Anne Germain son un fraude, podemos definirlas como
víctimas. En la inmensa mayoría de esos casos, los invitados se desmoronan
emocionalmente ante las afirmaciones que hace Germain, según ella por boca de
sus hijos, padres o hermanos asesinados o fallecidos trágicamente. La dirección
del programa siempre afirmó que Anne Germain jamás tuvo contacto con esos
invitados y no disponía de información sobre ellos. Pero eso es incierto.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 174-179
durante nuestra entrevista con el trabajador del programa Más allá de
la vida que filtró a la prensa los dosieres que Anne Germain recibía con
información personal sobre cada invitado, famoso o no.
Así pues, y apoyándonos en la cordialidad con la que se
había desarrollado la entrevista hasta el momento, Anne Germain accedió, pese a
la incomodidad que expresó su traductora, a contactar con «nuestros familiares
fallecidos». Uno a uno, Anne Germain nos miró fijamente y comenzó a hablar.
Nuestros pequeños movimientos faciales, el asentir o no con la cabeza, el mirar
hacia uno u otro lado tras cada afirmación, son la brújula que todo experto en
lectura en frío utiliza para extraer información del consultante. Pero nosotros
también lo sabíamos. Yo mismo he utilizado esa técnica en algunas de mis
demostraciones de ilusionismo y mentalismo. No existe ningún espíritu que
transmita ningún mensaje. Y de existir, es un espíritu tan torpe, ignorante y
predecible como la propia Anne Germain. Podemos afirmar, y ahí están nuestras
grabaciones para demostrarlo, que la médium tuvo muchos menos aciertos de los
que serían predecibles por azar. Es decir, que, si hubiese dicho lo primero que
se le ocurriese, habría acertado más que si intentase leer nuestras señales no
verbales, porque realmente no acertó absolutamente nada.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 192
Estoy seguro de que uno de los fenómenos que más ha
contribuido a la prostitución del esoterismo y alentado todos los riesgos y
peligros que existen en las prácticas paranormales es el sincretismo
antinatural que damos en llamar nueva era.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 195
Entre los timos esotéricos más populares abundan los
relacionados con la salud. Es importante resaltar que muchos falsos sanadores o
gurús se sirven de sencillos trucos para ganarse la confianza de sus clientes,
y así poder recetar largos tratamientos.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 202
Si todos estos hipócritas pseudoespiritualistas que tanto
abundan en el movimiento new age se hiciesen de pronto donantes de sangre,
seguramente estarían haciendo más por la humanidad que con tantos discursos
vacíos y caducos. Seguramente, cuando tengamos que enfrentarnos a san Pedro en
las puertas del cielo, es muy probable que una buena acción valga más que mil
horas de meditación o cinco mil repeticiones absurdas de la palabra amor.73 Sin
embargo, y es un rayo de esperanza, un puñado de individuos preocupados por la
predicación de la nueva era también están preocupados por construirla.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 205
Los sueños y esperanzas de un mundo mejor y la fascinación
del conocimiento de lo oculto, intoxicados por el sistema consumista que nos ha
tocado vivir, han terminado por prostituir definitivamente el concepto de new
age. Lo que nació como un utópico intento de construir una sociedad alternativa
al margen del «sistema» ha terminado siendo fagocitado por él. Y ahora, ese
mismo «sistema» nos ofrece música de la nueva era, ropa de la nueva era,
religiones de la nueva era… Y todo ello convertido en lucrativo negocio. Lo que
parece demostrar que la espiritualidad es cosa de ricos. Mientras los gurús de
Acuario realizan sus asanas y meditaciones, mientras proclaman sus
trascendentales discursos y dictan sus akáshicas, holísticas y etéricas
homilías, miles de niños mueren de hambre, centenares de ancianos viven en
soledad, millones de toxicómanos sufren monos e infinidad de marginados duermen
en los metros de todo el mundo. Tal vez ellos no tienen derecho a existir en
esta nueva era, dirigida aparentemente a burgueses occidentales que comulguen
con el sincretismo esotérico teosófico.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 207
… solo continuaremos nuestra búsqueda mientras existan
preguntas sin respuestas. El día en que creamos haber encontrado todas las
respuestas, detendremos nuestra evolución.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 209
Igual que un viaje en tren, el viaje hacia el conocimiento
sigue una vía con numerosas estaciones. En cada una nos enriquecemos más y
adquirimos nuevos conocimientos. Pero si algún día nos apeamos, ya no podremos
enriquecernos con lo que nos aguardaría en la estación siguiente. Por esa razón
conviene mantener una prudente duda de todo lo que veamos, leamos, e incluso
experimentemos en el mundo del misterio. Un mundo en el que las cosas casi
nunca son lo que parecen. Y en el que nuestro mejor aliado será nuestro sentido
crítico. Con serena lucidez, todo aquello que nos enriquezca puede ser
positivo, siempre y cuando seamos nosotros quienes podamos mantener en todo
momento el control de nuestras propias decisiones. Por eso la prudente duda es
una herramienta positiva, ya que mientras haya duda, habrá inquietud por seguir
buscando y enriqueciéndose. Las prácticas que generan dependencias, las
creencias obsesivas y, por supuesto, las filosofías que atenten contra nuestra
propia naturaleza, resultan desaconsejables. Claro que todos somos libres de
equivocarnos y así aprender de nuestros errores… siempre que estos no nos
cuesten la vida.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 209
Las dependencias, obsesiones y estafas motivadas por el
esoterismo se dan, en principio, por culpa de la mala información y la falta de
sentido crítico. Es decir, por nuestra propia mente. Si además decidimos
aceptar que puedan existir demonios, malos espíritus o energías nocivas,
debemos concienciarnos doblemente de la necesidad de una exquisita prudencia a
la hora de introducirnos a fondo en este mundo.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 211
Ciertamente, el mundo del misterio es un campo fascinante y
potencialmente enriquecedor desde los puntos de vista intelectual, filosófico,
cultural y existencial, pero tan anárquico, escurridizo y desconocido que la
duda prudente es la única salvaguardia de nuestra cordura. Duda de todos y de
todo, incluso de este libro. Porque yo podría haber estado engañándote, o quizá
estar equivocado en mis afirmaciones. Y no sería justo que tales errores o
creencias causasen perjuicio a otras personas.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 212
Siempre me he preguntado cuántas vidas podrían haberse
salvado con una transfusión a tiempo de la sangre de los estigmas que Giorgio
Bongiovanni va dejando en su peregrinar por el mundo.
Manuel Carballal
Los peligros del ocultismo, página 229
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