Despedida

"Contigo quedan mis huellas
el gozo de las llegadas
el recuerdo de cascadas
la magia de nuestras selvas.
El tintinear de botellas
el recitar de ovillejos
el palmear en los festejos
y mi diario bendecir.
Si mañana he de partir
tú jamás estarás lejos."

Pedro Rivarola Urdanivia


Macario  

Me presento, soy Macario
barbero de profesión
malambino es mi salón
lo mejor del vecindario.
No hay día del calendario
que no tenga clientela
ni mi fray Martín su vela
y en la cocina, mi esposa
canturrea presurosa
dale y dale a la candela.

Jerónima es mi señora
mi Chombita, mi rosal
¡Qué manos para el tamal!
su sazón marca la hora.
Mi hija, morochita, mora
es Manonga, Manuelita
sus ojos son dinamita
su figura, no describo
pero, ¡Qué aplausos recibo
cuando cocina mi hijita!

Anoche ¡Pobre de mí!
se fue de casa Manonga
techera gata morronga
granito de ajonjolí.

La encontré cerca de aquí
con cierto mocito cunda.
– Que el firmamento se hunda
si no se casa con ella!
– Don Maca, Manonga es bella
mas no acepto la coyunda.

– ¿Qué dice? ¿Que no se casa?
– Es que no puedo señor
consulte con mi doctor
Federico de la Gasa.
– ¡Hable claro que me abrasa
la duda. ¡Hable sin truco!
– ¡Soy castrado, soy eunuco!
– ¿Y se roba a mi lucero?
– De cocinera la quiero
que bien prepara el olluco.

Pedro Rivarola Urdanivia



Plazuela de La Salud

¡Pelotón! Es voz de mando
Plazuela de la Salud 
¡Apunten! Ruge el teniente
era un teniente del sur
¡Fuego! Rugen seis fusiles
y cae el humano bull
cae el peruano Juan Granda
derriban su juventud
seis basa, plomo verdugo
y surge sangriento alud
se acerca a Granda el teniente
y el tiro de gracia... ¡Pum!
Eran tiempos de la guerra
con el vecino del sur
la capital ocupada
Lima tenía su cruz
saqueos, multas y cupos.
¡Por algo vencimos, pú!
20 de julio, las once
Plazuela de La Salud
pasean Muñoz y Pérez
dos artilleros del sur
los rodea el vecindario
recio, limeño simún
Pérez queda malherido
Muñoz va a ver a Jesús.

De inmediato los chilenos
toman presos al tun-tún
inocentes o culpables
¡Adentro peruano, pú!
No caen los responsables
no cayeron al baúl 
les dan dos días de plazo
a que salgan a la luz
si no lo hacen, por sorteo
Alguien muere. ¡No hay tus tús!
Salazar, Palacios, Granda
los aguarda un ataúd
no besarán a sus novias
no verán el cielo azul
ya no tomaran cerveza
ya no comerán atún
no saldrá de sus entrañas
el grito ¡Viva el Perú!
No aparecen los culpables
la Muerte juega su albur
ni Salazar, ni Palacios
a Granda le dice ¡Tú!
La muerte señala a Granda
Juan Granda de mi Perú
Sencilla cruz lo recuerda
Plazuela de La Salud.

Pedro Rivarola Urdanivia


Se muere el pintor Morales

En Guadalupe agoniza
lejos del mar y del vino
se muere el pintor Morales
sin pinceles, sin amigos.
Acaba su negra historia
llega al final del camino
sin paisajes luminosos
sin flores y sin cariño.
—Morales, te vas a Europa.
—¿A Europa, yo? ¿Sin un cinco?
—Te conseguiré una beca
el Presidente es mi primo.
Pardo a París lo mandó
a París, luz y latido
donde estudió con maestros
de notables apellidos.
Usó el óleo, la acuarela
el pastel y el carboncillo
hizo cientos de bocetos
dibujó veinte castillos
pintó en Roma bodegones
retrató en Milán bambinos
en Nápoles a madonnas
pintó en Bruselas molinos.
Dos años vivió en Europa
¡Qué dos años! ¡Dos suspiros!

De vuelta a nuestro Perú
de vuelta al Callao querido
otra vez cerca a los muelles 
otra vez con los amigos.
¿Y la novia que dejó?
Ella tiene ya marido.
¿Las promesas que juró?
¿Qué promesas? ¡Tiene un hijo!
Morales se da a la pena
Morales se entrega al vino
en cantinas de Zepita
llora su triste destino
entre dibujo y cerveza
entre poemas y gritos
en chinganas y billares
retrata por un sencillo
en América y Castilla
su sed es arte y gemido
en la esquina del Cañón
borrachito se ha dormido.

Acaba su negra historia
llega al final del camino
se murió el pintor Morales
lejos del mar y del vino.

Pedro Rivarola Urdanivia









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