Un dato que no conviene desechar es que prácticamente todos
los pueblos, culturas y religiones creen en la existencia de un mundo invisible
que, a veces, suele recibir el nombre de «mundo primordial», el cual se remonta
a la misma creación del universo; lo que diferencia a unas culturas de otras es
lo que respecta a la ubicación del mismo: unos dicen que este mundo está
alrededor de nosotros, otros que está en lo alto y otros en un lugar apartado e
inalcanzable. En este mundo invisible habita el dios principal rodeado de una
cohorte de divinidades menores (diosas y dioses que forman parte de todas las
mitologías) además de las almas de los fallecidos y otras entidades, todas
ellas denominadas genéricamente como «los invisibles».
Jesús Callejo y Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 7
Realmente estamos rodeados de muchos planos superpuestos
unos a otros, invisibles para un ser humano corriente y moliente. Planos en
gran parte desconocidos incluso para los que más se han dedicado a su estudio;
planos que están rebosantes de manifestaciones de vida y de múltiples formas de
energías, entre las cuales podemos señalar los siguientes: Extraterrestres que
nos visitan de planetas cercanos o lejanos al nuestro. Intraterrestres o
habitantes de los mundos internos y subterráneos. Entidades demoníacas,
luciféricas y religiosas. Seres humanos recién fallecidos que no acaban de
despedirse de este plano, también llamados «desencarnados» o «fantasmas».
Formas de pensamiento que flotan en el éter procedentes del aura planetaria (el
llamado «inconsciente colectivo» de Jung) Formas de pensamiento, agregados
psíquicos (égregor) y todo tipo de construcciones imaginativas y fantasiosas
del individuo (tulpas). Dobles, réplicas o doppelgängers de sujetos terrestres
Fauna tanto etérica como astral. Miembros de las logias Blancas y Negras del
planeta Tierra u otros planetas. Devas y entidades angélicas de diferentes
rangos. Seres elementales, espíritus de la naturaleza o «entidades del
folklore». Las características que comparten todas estas entidades, según
autores como Hilary Evans, serían: No son reales, en el sentido aceptado del
término, ya que desafían las leyes físicas. Por el contrario, sí son reales,
vívidas y trascendentales para el sujeto perceptor de las mismas. A veces,
estas entidades trasmiten información y datos de los que el perceptor no
dispone. Se muestran con una actitud inteligente y autónoma, en cuanto a sus
manifestaciones y movimientos. Reflejan a menudo estereotipos culturales, como
lo son los seres extraterrestres o las apariciones de mujeres de blanco. Se
suelen aparecer a personas que se hallan en un estado especial de consciencia
(bien sea a niños, a personas que están pasando una enfermedad, un trauma, por
ingestión de drogas alucinógenas, por estar en un estado hipnogónico, en
ayuno…) Todos estos planos están de alguna manera interconectados.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 8
Creemos que no exageramos si afirmamos que en muchos de los
encuentros con estas entidades da la impresión de que se trata de una prueba a
superar, bien de madurez bien de iniciación, de la cual quien sale airoso será
más sabio y probablemente más rico. Hay gentes que aseguran haber visto a
hadas, duendes, fantasmas y extraterrestres, que han visto a la Virgen o a un
monstruo con dientes de vampiro y todos ellos tienen algo en común; estaban
perfectamente despiertos y cuerdos el día en que, de súbito, se sintieron
especialmente «elegidos» para tener una aparición, vieron algo que cambió su
forma de pensar para siempre.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 14
Los seres desconocidos no actúan en nuestro mundo con plena
libertad. Parece que se someten a ciertos límites que varían según su
particular naturaleza…
En otras ocasiones, los seres mágicos no dependen para
penetrar en nuestro mundo de unas condiciones favorables que generen un área de
incursión, sino que interpenetran nuestra realidad mediante la utilización de
puertas inducidas de doble sentido. Se trata, en este caso, de lugares dotados
de alguna desconocida cualidad magnética o telúrica que en ocasiones «abre» una
entrada hacia otra realidad…
Sabemos, por ejemplo, que los duendes domésticos y parte de
los duendes vampirizantes construyen sus guaridas invisibles a los ojos humanos
en los ángulos de las habitaciones que se convierten de este modo en
«ventanas».
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 15-16-17
Las leyendas sobre seres sobrenaturales son casi siempre muy
especiales. Asentadas en la memoria colectiva desde la más oscura noche de los
tiempos, constituyen un verdadero muestrario del sentir colectivo de una
cultura y reflejan una de las formas en las que nuestros antepasados intentaron
dar una respuesta acorde a su forma de pensar sobre muchos hechos que sucedían
a su alrededor y a los que sus ingenuas mentes no podían dar respuesta. Pero,
no se engañen, la imagen actual de los «creyentes» en extraterrestres o en apariciones
milagrosas, no es muy diferente de las creencias de los hombres medievales
temerosos de las acciones de los demonios o de los muertos. Elementales, razas
míticas o especies desconocidas, surgían y desaparecían, alimentando los mitos
y las novelas de la época, como si actuasen por oleadas, destacando la de
finales del siglo XVI y principios del XVII, donde la presencia de fuerzas
poderosas ajenas al mundo de los hombres se llegó a considerar una cosa
habitual.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 18
Respecto a los variados y esperpénticos seres que se puede
uno encontrar en esa nebulosa zona que denominamos astral, hemos visto que
estarían los espíritus de la naturaleza, tanto masculinos como femeninos,
considerados como entidades energéticas muy poco evolucionadas, las cuales
constituyen una categoría de vida que aún no ha alcanzado la autoconciencia. No
tienen actividad por sí mismos sino a través de otros seres más evolucionados y
complejos (los devas), que se sirven de ellos para realizar una acción concreta
o crear determinadas experiencias. A juicio de los teósofos, la función general
de estos seres es absorber «prana» o energía vital de su mundo espiritual o
astral y distribuirla entre el mundo físico. De esta manera hay especies que
ayudan al desarrollo del reino mineral, vegetal y animal.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 21
La Gente Menuda está considerada como una civilización
paralela que ha vivido desde siempre en la Tierra, incluso antes de que el
hombre existiera como tal. Según las leyendas de cada país, se les ha llamado
con nombres tan sonoros como el Buen Pueblo, la Buena Gente, la Gente
Desmemoriada o, sencillamente, Espíritus de la Naturaleza.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 21
Los espíritus de la naturaleza no tienen una clara
valoración moral o ética pues puede asegurarse que no son categóricamente
buenos ni malos, aunque sí existen realidades «buenas» o «malas», creadas por
nosotros con su energía, y sí nos pueden beneficiar o perjudicar en función de
nuestra interacción con ellos. Las tres regiones inferiores del mundo Astral
(de las siete que existen, según ciertas teorías) suelen ser el habitáculo de
los elementales que más gustan de manifestarse ante los humanos y aquellos que
son utilizados en prácticas de magia negra. El mago o persona que conoce estas
prácticas y ritos puede invocarlos y manejarlos a su antojo para un fin determinado,
relacionado, por lo general, con bienes materiales o con la salud de una
tercera persona. Sin embargo, en las regiones superiores se encuentran otro
tipo de elementales que pueden, asimismo, ser utilizados para crear armonía,
belleza, sanaciones, etc., ya que su estado vibratorio es muy superior al de
sus congéneres y, por lo tanto, con sentimientos más puros. El humano que los
invoca tiene que estar en ese mismo nivel evolutivo y vibratorio, sabiendo que
si se pone en contacto con ellos, y éstos acuden a su llamada, podría hacer
auténticos prodigios gracias a su mediación. Son seres muy próximos a los devas
(de los que hablaremos más adelante), deseosos de poder ayudarnos en nuestra
evolución espiritual. Cuando se habla de la Gente Menuda tenemos que estar
especialmente receptivos a las sorpresas, pues, por regla general, no son lo
que parecen ser y mucho menos la imagen que de ellos nos han transmitido los
edulcorados cuentos de hadas.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 25
En la psicología de un elemental, partiendo de esta base, se
dan varias características tales como las siguientes: Imponen la prohibición de
que un humano revele el origen de las riquezas o el poder que han obtenido
gracias a ellos. No les gusta ser espiados por los humanos mientras realizan
sus actividades. No les gusta que se les regale ropa, pero sí comida (aunque no
toda clase de alimento) y de ello hablaremos un poco más adelante. Si se les
hace alguna clase de daño, suelen ser muy vengativos. En cambio, si se les
ayuda y están en deuda con un humano, le suelen devolver el favor centuplicado,
en bienes materiales, sobre todo.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 26
… el mundo de los supuestos extraterrestres y el mundo de la
Gente Menuda no están tan alejados.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 31
¿Sabían que un espíritu de la naturaleza, sobre todo los
pertenecientes al elemento tierra (duendes, enanos, gnomos…) además de ser
sumamente escurridizos e invisibles, pueden ser capturados con un procedimiento
tan pueril como ofrecerles comida? Y así es si hemos de creer algunas de las
tradiciones que nos han llegado. Y no sólo poniendo como cebo su comida
favorita (leche, miel…) sino también tabaco, pues algunos de ellos —como los
gnomos— son muy aficionados a fumar en pipa, si bien es verdad que se trata de
un tabaco muy especial que contiene hachisch.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 32
En nuestro mundo material todas las formas son estables y no
suelen cambiar con facilidad, pero en el «mundo astral» o «mundo de los deseos»
es muy distinto porque, según afirman casi todas las doctrinas herméticas, allí
las formas cambian a voluntad de la vida que las anima y los «elementales» en
general, como habitantes de ese plano, poseen esta facultad, aunque suelen
inclinarse siempre por algunas muy concretas y predeterminadas.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 35
A pesar de todo, nos hemos aventurado a mostrar unas cuantas
de estas contradicciones —de las muchas que poseen— y que, de alguna manera,
singularizan a los pequeños habitantes de estos extraños mundos paralelos a los
nuestros.
- Se
dice que odian la sal; sin embargo, las sirenas y «mermaids» viven y
disfrutan en el mar y el océano.
- Odian
el hierro (como los follets o los korred), pero algunos de sus miembros se
dedican a profesiones vinculadas directamente a este metal, como son los
enanos herreros.
- Sienten
aversión a las iglesias y a los campanarios; no obstante, algunos elfos
(como los «Church grims» ingleses o los «Kirknwaki» finlandeses) hacen sus
casas en las torres del campanario o bajo los altares.
- No
pueden soportar la luz del sol, lo que no impide que algunos espíritus
femeninos de la naturaleza se dejen ver en pleno día.
- Por
regla general, suelen medir en torno al medio metro de altura, aunque
algunos elementales son verdaderos gigantes y otros, en cambio, son
microscópicos.
- Se
dice que son astutos y poderosos, si bien a los duendes domésticos es muy
frecuente engañarles con todo tipo de tretas infantiles (como desparramar
el cereal por el suelo).
- Nunca
se separan de su gorro, que siempre llevan puesto, pero los espíritus
femeninos de la naturaleza acostumbran a lucir una melena rubia ondeada
por el viento y algunos espíritus de las nubes no siempre van cubiertos.
- Cuando
dan un consejo hay que seguirlo al pie de la letra por extraño, absurdo o
imposible que parezca, aunque algunos de estos consejos o recomendaciones
hay que interpretarlos al revés.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 33
Los «Duendes Dañinos de Dormitorio» son una extraña familia
de duendes individualistas y aparentemente agresivos, que, según ciertos
indicios, viven de absorber la energía vital a los seres humanos y de tener
contactos carnales con ellos, provocando pesadillas y enfermedades a los que
eligen como víctimas. Actúan generalmente en casas solitarias donde construyen
sus guaridas y su presencia, por fortuna, es menos abrumadora que la de los
Domésticos, pudiendo adoptar formas muy variadas: grandes manos peludas, perros
negros, enanos… Habría dos subcategorías dentro de este grupo para entender
mejor su complejidad. Por un lado, los «duendes vampirizantes» o efialtes,
entre los que estarían los Tardos, los Ingumas, las Pesantas, las Manonas o los
Pesadiellos y, por otro lado, los «duendes lascivos» o íncubos, seres de aspecto
masculino con evidentes inclinaciones libidinosas y que dieron mucho que hablar
a nuestros teólogos medievales.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 38
Se ha repetido que los humanos sólo pueden ver a las hadas
entre dos parpadeos de un ojo, pero unas cuantas pueden utilizar su poder
mágico llamado «glamour» (derivado de la antigua palabra escocesa glamerye),
que funciona tan sólo con el poder de la mente (sin necesidad de tener varitas
mágicas), y así permitir que los mortales las vean.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 45
Es inevitable recordar a las «parcas» de la mitología
romana, que suponen la transposición latina de las Moiras griegas, también
llamadas «tria fata» (sabiendo que fata significa destino). El carácter de
hadas parece evidente por varias razones, entre ellas que, según antiguas
tradiciones bretonas, al nacer un niño se ponen tres cubiertos encima de la
mesa rebosante de comida, pero en una habitación alejada a la del bebé, a fin
de que las parcas se vuelvan propicias y favorezcan con sus dones al recién
nacido, como ocurría en el cuento de La bella durmiente. Las Parcas hilaban
lana blanca para una vida feliz y prolongada y lana negra para una vida corta y
desgraciada. Cuando la vida de un hombre llegaba al último período, hilaban
siempre lana negra. Es posible —como comenta José María Iribarren— que las
expresiones «tener la suerte negra» o «el hado negro» aludan al hilo de lana
negra de las Parcas en relación con el destino de una persona.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 55
En el prefacio de la Saga de Hrolf, el historiador danés
Torfeo, del siglo XVII, recoge el testimonio que sobre las hadas tenía el
erudito islandés Einard Gusmond: «Estoy convencido —escribía— de que existen
realmente y de que son criaturas de Dios; se casan como nosotros y tienen hijos
de ambos sexos: tenemos prueba de ello en lo que sabemos acerca de los amores
que tuvieron algunas de sus mujeres con simples mortales».
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 59
Los devas son formas de energía, espíritus que suelen
adoptar diferentes aspectos físicos tales como nubes, lluvia, árboles,
vegetales, incluso personas… lo que no quiere decir que, por ejemplo, cada uno
de ellos represente al espíritu de una planta o de un árbol en particular. Su
grandeza radica en que representan, más bien, al espíritu luminoso y superior
de la especie. Si nos circunscribimos al ser del castaño, éste contiene en su
consciencia el plan arquetípico de todos los árboles de la especie del castaño
del mundo y velan por su bienestar. Los devas serían —y así lo admiten los
especialistas— los constructores de nuestro planeta (aparte de otros) pues
gobiernan lo que podríamos llamar el «reino de las energías» y las transmutan a
estructuras cada vez más complejas y físicas, incluso a estructuras emocionales
y mentales, hasta convertirlas en materia. Tanto unos como otros —devas y
elementales— trabajan dentro y para el Absoluto, Gran Hacedor o Dios,
entendiendo estos términos como guste a cada cual, y su deseo más ferviente es
cooperar con el hombre en su tarea de cuidar y defender la Tierra, lo que ha
sido verdaderamente difícil hasta ahora, pues durante generaciones el hombre
los ha temido y los ha ignorado sistemáticamente y hasta ha negado su
existencia. Por el contrario, la raza de seres elementales es mucho más
«humana» que la de los devas. Están en un nivel inferior de evolución, más en
consonancia con los gustos y las frecuencias vibratorias humanas, hasta el
punto que si el hombre comete una agresión contra la Naturaleza, tanto en el
sentido físico como emocional, los devas, como entidades angélicas y superiores
que son, simplemente se apartan y no muestran aparente aversión u oposición a
este acto, pero, en cambio, los «elementales» (en las diversas formas que
adoptan: faunos, hadas, duendes…) son más proclives al enojo y al enfado
ostensible con el ser humano y pueden manifestar este profundo desagrado
adoptando diferentes actitudes: provocando algunas enfermedades, haciendo
llover o granizar para que la cosecha no sea tan fructífera, promoviendo
terremotos, ciclones, incendios, etc.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 72
El sistema que emplean para comunicarse, sobre todo los
devas, es el telepático. De los elementales hay constancia en el folklore de
todo el mundo que a veces hablan con el idioma del lugar y otras de manera
telepática, sin mover sus labios. Bastantes testimonios coinciden en afirmar
que se oye una especie de zumbido, rumor o silbido…
… Íntimos colaboradores de los Devas de la Naturaleza serían
las hadas, los duendes, los enanos del bosque… y resto de Gente Menuda, cuyo
papel principal —y cósmico— sería el estar encargados de desarrollar las formas
individuales de las plantas y otras especies, utilizando para ello el modelo
proporcionado previamente por los Devas de la Naturaleza. Las hadas, por
ejemplo, estarían encargadas —entre otras funciones— de colorear las flores,
perfumar las hierbas y sazonar los frutos.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 74-75
Analizando muy someramente las características de los
ángeles o devas por los datos que aporta MacLean y otros autores, podemos decir
que éstos:
- Tienen
una sensación de levedad, en el sentido de estar libres y sin cargas, al
no estar encerrados en cuerpos físicos.
- Son
seres con grandes poderes. Pueden saber lo que está pensando una persona y
disponen de inmediato de todo cuanto necesitan saber para llevar a cabo su
labor, como regular los sistemas naturales y ser agentes de los patrones
de la creación.
- Los
devas son una fuente constante de alegría y exaltación. Hacen que su
trabajo sea un juego, un puro deleite y no manifiestan ninguna hostilidad
por actitudes negativas de los hombres.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 78
Las entidades angélicas se pueden manifestar ante nosotros
de muy diversas maneras. Lo normal, en caso de hacerlo, es que lo hagan como
una presencia energética e invisible que transmite revelaciones o mensajes para
una parte o para toda la Humanidad.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 84
Reconoce Javier Sierra que «la evidencia se ha encargado a
veces —pocas desafortunadamente para mi espíritu crítico— de demostrarme que
tras el fenómeno del contacto se encuentra alguna escurridiza inteligencia a la
que, por el momento, todavía no me atrevo a calificar». Pensamos que existen
dos aspectos inquietantes en todos estos fenómenos: que tendrían un origen
común y además en ellos subyace un «efecto contagio». En la medida que más
gente tenga este tipo de experiencias y visiones, más gente será receptiva a
tenerlas o a admitirlas como naturales. Existiría una resonancia morfogénica
que ayudaría a todos a dar un cierto «salto cuántico», para bien o para mal, en
una determinada dirección (tal vez para cambiar conductas, arquetipos o
jerarquía de valores). Pero todo a un cierto tiempo, como si alguien —que
maneja sutilmente los hilos de este Gran Juego— no tuviera prisa en que los
entresijos salgan a relucir con demasiada rapidez.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 95
La Santa Compaña (…) suele seguir un esquema clásico: está
formada por un grupo de ánimas que van en dos hileras, vestidas de blanco o
envueltas en sudarios, con las manos frías y los pies descalzos. Sólo se ven
por delante y no se les puede dar la espalda. Por detrás están huecas como si
fueran de corteza. Van en completo silencio o tocando una campanilla. A esta
lúgubre procesión de difuntos se la ha llamado de diversas maneras: «Santa
Compaña», «Hoste», «Visión», «Acompañamiento» o «Estadea» (tan sólo en
Galicia), «Hueste» o «Güestia» (en Asturias), «Mesnie» u «Hoste» (en Francia).
Todas ellas tienen una afición común: salen de noche en su eterno peregrinar en
busca de alguien que pase a engrosar sus filas.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 105
El diablo no se aparece a nadie —según la tradición— antes
de la una de la madrugada y esto por una sencilla regla de tres: porque la
Santa Compaña sale a las doce de la noche y el diablo, curiosamente, la respeta
o, a lo mejor, es que también teme encontrase con ella. A esa hora, al decir de
los más devotos y creyentes, los difuntos se levantan de sus tumbas y se juntan
en la iglesia, porque cada feligresía tiene su procesión formada por todos los
muertos enterrados en la parroquia. Cuando están en el recinto sagrado es más
fácil verlos, aunque no todo el mundo tiene esa facultad.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 106
Algo que deben saber nuestros lectores es que cuando se anda
en busca de seres encantados —con o sin libro mágico debajo del brazo— se corre
el peligro de quedar definitivamente encantado con ellos. Lo mismo ocurre con
los seres malditos. Normalmente son seres humanos, que por alguna transgresión
a la Ley Divina o por alguna maldición, pasan a adoptar esta condición que les
obliga a vagar y permanecer así durante toda la eternidad, aunque hay
excepciones.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 119
Sabemos que no podemos estar cerrados a lo que acontece
cerca de nosotros, lo veamos o no.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 133
Cuando en las tradiciones se habla del mítico «País de las
Hadas» ocurren varios fenómenos que se asocian perfectamente a lo que Lüders y
Pauli desarrollaron en su teoría de la «Ley CPT de Simetría» allá por los años
cincuenta. Hablaban de tres operaciones para poder transformar la materia en
antimateria y viceversa: Paridad, que es invertir sistemáticamente la derecha y
la izquierda, como cuando nos miramos a un espejo. Carga, que significa que las
cargas se invierten: lo positivo se convierte en negativo y viceversa. Tiempo,
el cual se haría reversible. Cuando alguien penetra en el «Mundo de la Gente
Menuda» lo percibe todo como si fuera un mundo especular, lo que está a la
derecha se encuentra ahora a la izquierda, etc. La imagen no sólo sería simétrica,
sino que también se ven «dobles» de uno mismo y de otros seres como si se
tratase de un negativo fotográfico y por último el tiempo se deforma, se hace
más lento para el observador que está dentro de estas coordenadas
espacio-temporales, mientras en el exterior el tiempo parece transcurrir con
mayor velocidad. Si damos rienda suelta a nuestra imaginación, podríamos decir
que ocurren todos estos fenómenos porque se entra en un mundo paralelo e
invertido al nuestro, compuesto de una materia mucho más sutil, incontrolable y
peligrosa que, a veces, interactúa con la nuestra. Siguiendo este hilo, se
pueden especular con las más descabelladas hipótesis, como por ejemplo que en
este preciso momento existe, pongamos por caso, un duende, sentado en su
butaca, leyendo un libro sobre el comportamiento de personajes humanos que,
según sus leyendas, dicen que habitan en otra dimensión más física y más
material que la suya y que tienen unas costumbres verdaderamente extrañas…
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 133
Cualquier lector atento a toda esta abundante literatura
sobre los fenómenos inexplicables se da cuenta enseguida que detrás de todos
ellos existe una extraña intencionalidad que actúa en diversos niveles, en
concreto con proyecciones tanto psíquicas como físicas sobre los testigos. Por
eso es tan difícil catalogar todas estas experiencias. El británico Hilary
Evans habla genéricamente de un «enigma entidad». Ivan Sanderson no se complicó
la vida y los denominó como «los invisibles», creyendo que el hombre estaba
influido por diversa clase de seres invisibles que comparten con él el dominio
de la Tierra. El escritor Brad Steiger es más explícito al llamarles «los
embaucadores». El exjesuita Salvador Freixedo se vio obligado a escribir un
libro para alertarnos sobre ellos bajo el título de ¡Defendámonos de los
dioses! y Javier Sierra, concienzudo investigador de los insólito, afirma que
«personalmente no me cabe ninguna duda de que existe una realidad
supradimensional (por encima de nuestro espectro físico) que interacciona
constantemente con nosotros y que probablemente también lo haga con
civilizaciones extraterrestres». Todos ellos por diversos caminos, mantienen la
misma hipótesis de fondo: formamos parte de un extraño Juego, del cual tan sólo
vemos destellos o fogonazos intermitentes desde nuestra limitada realidad.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 139
Todas las actividades de todos los seres animados o
inanimados, humanos como sobrenaturales, quedan registradas en el «Archivo
Akhásico» (o Luz Sideral como lo llamaba Paracelso), tanto sus manifestaciones
en el plano físico, como su vida y experiencias en el plazo astral. Los
encargados de estos Registros y Archivos son los llamados «Señores de los
Registros» o «Devas de los Archivos» (también denominados «Ángeles del
Tiempo»).
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 144
Es curioso señalar que el tiempo feérico y el tiempo
cronológico humano de un modo u otro se entrelazan. Queremos decir que existe
una correspondencia o interrelación entre ambos. Por poner unos ejemplos, dos
meses equivalen a 200 años, una hora puede ser un día y una noche de
«ausencia», una persona que danza en un círculo con hadas suele ser rescatado
por sus compañeros al cabo de un año, etc. Un fenómeno similar ocurre con las
estaciones de un mundo y otro. Ya hemos indicado que ciertos momentos del día,
del mes o del año son importantes para que se produzcan esta clase de contactos
y para que se abran las «puertas» entre los dos o más mundos. Así, el primero
de mayo, la noche de San Juan o el Día de todos los Santos, son fechas claves.
El mediodía, el crepúsculo, la medianoche y el alba (los cuatros goznes del
día) son los momentos propicios para tener esta clase de experiencias.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 151
Sin prescindir de religiones comparadas de antiguas
culturas, de la mitología y del folklore sobre civilizaciones o reinos de la
infratierra, el mito de la Tierra Hueca se hunde en viejas leyendas y
supersticiones —con una tradición al menos de cinco mil años— que nos hablan de
una raza de seres del subsuelo que, en una edad indeterminada, construyeron
grandes túneles por todo el planeta. Viven bajo los lagos, las montañas y en
las cuevas. Hogar de gnomos, enanos, ondinas, elfos, dragones, etc., y como
recordará el lector, ésta era una de las cuatro teorías que expusimos sobre el
origen de la Gente Menuda.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 186
Daremos una improvisada lista en la que incluimos reinos y
ciudades, preferentemente en Asia y América del Sur, que las distintas leyendas
han dado una gran importancia y que son denominados como:
- Trapalanda,
la Ciudad de los Césares o Thule Patagónica.
- El
reino del Preste Juan, en Etiopía.
- El
Gran Paititi, residencia de la Hermandad Blanca, en el Perú.
- Reino
de Parima.
- El
Gran Quivic o la Gran Quivira.
- la
Ciudad de Erks, en Argentina.
- Reino
de Akakor y Akahim, en Brasil.
- Las
siete ciudades de Cíbola.
- Templo
subterráneo de Ibers, en el Roncador, en Brasil.
- Ciudad
subterránea de Guyana o Parauná. Matto Grosso. Brasil.
- Ciudad
subterránea en la montaña de Cualiacán, en el valle de Santiago, México.
- La
ciudad perdida de Buritaca, en Colombia.
- Ciudad
en las grutas de Loltún, en el Yucatán, México.
- Templo
de la Luna, en Costa Rica.
- Kalapa
o morada de los hombres perfectos, en Asia.
- El
Dorado, en Sudamérica.
- Avalon,
en Irlanda.
- Tir-Nam-Beo
y Tir-Nam-Og, la Tierra de los Jóvenes, en Irlanda.
- La
ciudad subterránea de Kiteje, Reino de la Justicia, situada en Asia
Central.
- Thule
hiperbórea, en el Ártico.
- Belovodie
o País de las Aguas Blancas, en Rusia.
- El
reino subterráneo de los Chud, en Rusia.
- Hadding
Land o Tierra Oculta, en Escandinavia.
- La
ciudad de la Esmeralda Lunar.
- Sambhala
o «Ciudad de los hombres de las estrellas», en Asia.
- Agartha
o la «Inaccesible», en Asia.
- La
Tierra de Tebú, entre el Seutchuan y el Tibet.
- La
Tierra de Aryavarsha, donde esperan los hindúes la aparición del futuro
salvador, Kalki Avatar.
- La
Tierra de Sannikov, en el Ártico.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 196
La descripción de la República y de Salem, su capital, es
todo un ejemplo de lo que los protestantes del norte de Europa entendían que
debía ser el Estado modélico. Salem, construida en forma de cuadrado, tiene
todas sus calles con una longitud de un kilómetro y medio, atravesada por
canales que vienen del río vecino y todas las vías tienen veintisiete metros de
ancho, arboladas en su mitad para obtener frescor y sombra. Todas las casas
tienen un jardín que las rodea y son idénticas. Existe también un cementerio
sembrado de plantas aromáticas, un Museo de Curiosidades Naturales y una
importante Biblioteca.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 209
Es habitual en todas las historias de islas encantadas que
éstas sean un paraíso o bien justo lo contrario, un lugar siniestro y desolado
en el que los navegantes encontraban su perdición eterna, a manos de
indescriptibles seres.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 217
El investigador canario Emiliano Bethencourt, descubridor de
las famosas y polémicas pirámides de Güimar, recogió el relato de «papa Juan»,
un anciano del municipio de Sardina, en el sureste de Gran Canaria, el cual
afirma que hace cincuenta años, cuando se dirigía una noche a una parceria en
la localidad de Castillo del Romeral, vio cómo salía del mar una isla: «Era
como una gran ciudad, con enormes edificios de colores cambiantes». Esta es una
descripción que coincide igualmente con la suministrada por testigos que ven
otras islas fantásticas como aquéllos que tienen la oportunidad de ver grandes
naves u OVNIs saliendo del mar. ¿Tal vez muchas visiones de ciudades encantadas
o extrañas islas luminosas vistas antaño en el océano eran grandes naves
procedentes de otros «mundos»? Tan sólo queremos anotar que el fenómeno, tanto
en unos casos como en otros, vuelve a ser muy similar. La imaginación y la
leyenda hace el resto.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 227
Aunque usted no lo quiera admitir, todo un mundo invisible
nos rodea (repleto de formas energéticas de la más variada gama) y no hay que
ir a ningún planeta lejano a buscar respuestas o claves para el enigma. Tal vez
las artimañas de invisibles titiriteros nos han engañado hasta el punto de que
sus acciones parafísicas puedan resultar absurdas o ilógicas, propias de la
fantasía, pero eso es precisamente lo que desean, confundirnos una y otra vez,
para ocultarse y camuflarse en la magia y en los sueños, generando todo tipo de
alucinaciones o proyecciones psíquicas que algunas veces, curiosamente, dejan
secuelas externas. Así, sus acciones suelen pasar a formar parte de los mitos y
de nuestras creencias religiosas, filosóficas, demoníacas u ocultistas. O, por
el contrario, son rechazadas de plano por aquellos que sólo creen en lo que
«científicamente» se puede demostrar, hasta que un día, en el mar, en el
bosque, conduciendo su automóvil, mirando a los cielos o simplemente en su casa
mientras duermen, sean testigos de otras «realidades» que les puedan hacer
cambiar de opinión…
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 236
El hogar tradicional de los enanos, así como de los gnomos,
son las montañas de Escandinavia y de Alemania, desde donde fueron bajando
hasta llegar al sur de Europa. Este hecho no es hoy en día discutido por
ninguno de los autores que han estudiado su presencia en grutas y cuevas y sus
ocasionales contactos con los humanos a lo largo y ancho de nuestro continente.
El problema principal es, por tanto, determinar desde cuándo los encontramos en
España y cuál es su verdadera presencia en nuestra tierra.
Jesús Callejo & Carlos Canales
Seres y lugares en los que usted no cree, página 247
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