Arrebatada Muerte

Rosa en botón, en llama de la aurora,
todo vino de ti: el mar, la risa, la caricia
del sol que se acalora.
La tempestad enfado de la brisa,
y el mejor ruiseñor de mis cantares.
Tú, mi rosa mejor, mi alba sonrisa.
El más alto llorar de mis llorares
mí purísima luz enceguecida,
los náufragos encantos por mis mares
Se fueron por tus márgenes dormidos.
Rosa en mi soledad, recuerdo mío.
ola del hondo mar que no se olvida.
Mi mejor soledad, muerta de frío.
Olvidarme en tu fe, llorar tú viento
mi soledad de luz, tu inquieto hastío.
Fue malherir mi ardido pensamiento,
dejarme como ciervo en el olvido
desesperado en tu dolor mi acento;
Fue como nube en el dolor dormido,
como locas campanas derramadas
como libres claveles desprendidos
Tu, mi rosa mejor, mi camarada,
el único habitante de tu hastío,
que al hacerte ademán de la alborada.
Al llegar a mi mundo muerto y frío
tu aletear de palomas en arrullo,
te llamé soledad, recuerdo mío
hoy se mira mi amor en tu
murmullo.

Mariano Lebrón Saviñón


Fuego en el río

Tierra, libres caminos para el hombre.
Trópico libre amor, para el camino.
Trópico nunca dicho por tu nombre.
Sigue cantando en tu tambor sin gentes,
sigue, sigue feliz, yo te adivino,
en tu callado amor resplandeciente.
La sangre está corriendo por tus montes,
la sangre se estremece en tu pradera,
mancha, cubre, se inclina en tu horizonte,
con un silencio vivo de pantera.
Sube la sangre, gime, el río crece,
se va al cielo, lo roba, lo transforma.
Invade el caimital, va, lo estremece.
Va al flamboyán para encontrar su forma.
Chisporrotea en tu árbol, va a las venas,
corre por las heridas de la arena,
el fuego va a la sangre, corre al río;
el hombre muere, surge, grita, salta,
la sangre; el fuego corre vivo, asalta.
Sangre, fuego de amor, trópico mío.

Mariano Lebrón Saviñón



Grillo

Gala del ruiseñor, mínimo hermano
que en soledad y amor hablas, te exhibes.
Va subiendo tu voz, plata y pantano,
por el torso del sol, el sol te inscribe.

Pequeño torcedor que en la amargura
al viento y al solaz vibras tu cuerda.
Hablas en soledad que te recuerda.
Gala del matorral, grillo en tu altura.

Mariano Lebrón Saviñón


Rosa mejor

Y cayó un ruiseñor y otra campana,
y otra rosa mejor y otra mañana,
y otro ademán de amor y otro sentido
y otro elevado acento del olvido.

Tierno sólo en mi fe, toma su escudo.
Libre sólo al amor, toma sus alas:
nadie podrá lo que mi amor no pudo.

Mariano Lebrón Saviñón


Tengo la soledad Llorando

Tengo la soledad llorando en mi sentidos
y el dolor de mi vida solloza en mi recuerdos,
asidos por los brazos de la duda,
todo lleno de ti, de amor sollozo.
Me cerca el porvenir que me arrebata
y una alondra se queja en mis delirios
 estoy de pie, sereno y palpitante,
frente a tu corazón deshabitado.
Yo soy mi soledad.
Y  soy mi tarde.
Y soy la sensitiva despreciada
que se abre al sol y tímida se cierra.  
El tenebroso mal de los dolores.
Yo soy el que de la noches de mis ansias
te llena de dolor por que te ama.
El que rogó los libros de tu senda.
El que te habló de amor.
El que te ama.
Ya todo me es adverso. La mirada 
de un ojo desolado  me persigue.
Yo soy la soledad en mi recuerdo
que parte en dos flor de mi sentido. 

Mariano Lebrón Saviñón



"Vuelvo a ser ruiseñor nostálgico de auroras,
vuelvo a la lluvia alegre, a la canción del pino.
Aunque es de escarcha y nieve mi nostalgia
he vuelto al primer trino."

Mariano Lebrón Saviñón













No hay comentarios: