Atalaya
Voy mirando tu rostro cada día.
Los años que han pasado no mermaron
esa luz de tus ojos, ni lograron
que perdieran su brillo y su alegría.
Siguen siendo ese faro que es la guía
del loco corazón con que te amaron.
Siempre brillan igual que ayer brillaron
con todo su esplendor y su energía.
La antorcha que ilumina mi sendero
y disipa tinieblas a su paso
marcándome el camino verdadero;
si me miras no llegará el fracaso,
seguiré con mi afán aventurero
y marcharé en la vida sin retraso
María Sierra Varo
Huele a tierra mojada
Caen las gotas de lluvia, huele a tierra mojada,
sobre el campo reseco que esponjándose humea,
densos pasan los vientos por la vieja cañada
silenciosos se marchan sin que nadie les vea.
En el cielo las nubes de color ceniciento
con sus rayos y truenos amenazan tormenta,
cantarinas las gotas tintinean su acento,
sobre el suelo marchito de la tierra sedienta.
Oportuno aguacero bendición de los cielos,
cual cortina de agua que en cristal se resbala,
diminuto un arroyo se desliza en los suelos
burbujea cantando y en la calle se instala.
Van saciando la sed la campiña y el llano,
en la sierra, allá arriba la arboleda se agita,
un paisaje lluvioso se divisa lejano
¡ya el otoño en el valle ha llegado a su cita!
María Sierra Varo
La estrella majareta
Hay en el cielo una estrella
que se ha vuelto majareta
pues quiere una bicicleta.
Se enfadó con doña Luna
y le ha regañado el Sol,
porque ha perdido el control.
Escondida tras la Tierra,
a Venus le ha dado un susto
y se ha llevado un disgusto.
Todo se lo toma a broma
y en un cometa colgada
hace la barrabasada.
Llora ya con desconsuelo
esa estrella majareta,
pues quiere cruzar el cielo
montada en su bicicleta.
María Sierra Varo
Soneto a tus ojos
Voy mirando tu rostro cada día.
Los años que han pasado no mermaron
esa luz de tus ojos, ni lograron
que perdieran su brillo y su alegría.
Siguen siendo ese faro que es la guía
del loco corazón con que te amaron.
Siempre brillan igual que ayer brillaron
con todo su esplendor y su energía.
La antorcha que ilumina mi sendero
y disipa tinieblas a su paso
marcándome el camino verdadero;
si me miras no llegará el fracaso,
seguiré con mi afán aventurero
y marcharé en la vida sin retraso
María Sierra Varo
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