Hoy estrenamos juntos el otoño

Hoy estrenamos juntos el otoño,
tu cuerpo me regala la luz de los membrillos,
y un olor a promesa
que incendia nuestros besos
lleva al aire tu nombre de abalorios,
y tu voz se insinúa hasta alcanzar mi piel.
Con tu pulso de plata
llegas hasta mis pechos con dedos infalibles,
dibujando los círculos que encierran
los pezones de ámbar,
corolas que se afilan,
caricia de alfileres en los poros,
relámpago de gozo que arrastra la ternura.
Y tu río sagrado y transparente
desciende y se derrama hasta alcanzar mi copa.
El mundo se detiene en nuestras sábanas
como cachorro que se asoma
a la aventura de la vida.
La noche tiene oídos para todas músicas,
no importa que el otoño queme las violetas.

Milagros Salvador


Igual que la granada

Igual que la granada
que da color de vino a nuestros besos,
me desgrano en tu boca
y bebo de tu sed.
Vértigo de promesas,
cascabel de silencio
en el que me redimo.
En esta noche sin esquinas,
solo vaga en el silencio
el alma sigilosa de la luna.

Milagros Salvador


La noche es violeta

La noche violeta ha quedado en silencio,
y una luz asesina golpea el horizonte,
los niños se protegen
en los brazos de madres apagadas
y vientres de jóvenes que amaron
crecen hacia la muerte
sin piedad y sin tregua.
El humo es hoy mucho más negro,
color en el que yacen
miles de condenados sin condena,
los cuerpos se amontonan
mostrando su esqueleto
entre escombros de escombros,
y en las aguas del Tigris se refleja
el color de la sangre,
del cielo de Bagdad han huido los pájaros,
y las últimas cúpulas olvidaron su luz.

Milagros Salvador













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